Capítulo 8

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- ¿Alex, estás bien? -pregunta Gideon entre la oscuridad-. ¿Qué haces despierta a estas horas?

Sin apartar la mirada de la ventana respondo:

- Yo podría preguntarte lo mismo. 

- Vengo a beber agua -dice.

- Y yo a beber vino -digo yo alzando la copa.

Se hace un silencio entre los dos en el cual pienso que ya se ha ido y vuelvo a quedarme sola. En cambio aparece a mi lado con otra copa, coge la botella del suelo y se sirve. 
El silencio se hace cada vez más largo, y menos intenso. Como si una presión invisible desapareciera.

- ¿Va todo bien? -pregunta entonces-. Llevas unos días muy rara.

- Estoy bien -miento. 

- Ayer te estaba buscando y entré en tu habitación -empieza a decir-. Como no estabas, di media vuelta para salir, pero entonces me fijé en algo.

Dejo de mirar a la ventana por primera vez en toda esta noche y lo miro a él. 

- ¿En qué te fijaste?

- Vi ese collar. El que llevabas en la primera hoguera y el que llevaste todo el resto del curso hasta los últimos días antes de irte, ahí ya no lo llevabas. ¿Cómo es que lo tienes ahora? No lo había vuelto a ver, ni siquiera lo recordaba. 

El collar. La flor de lis. <<Es un símbolo que se lleva usando desde hace siglos, incluso desde Antes de Cristo. Es un símbolo de poder, soberanía, honor y lealtad. También de pureza de cuerpo y alma. Quiero que lo lleves para que sientas que puedes hacerlo, Alexia. Esta flor te acompañará y sentirás que no estás sola, que puedes lograrlo.>> Honor. Valentía. Lealtad. Todas esas cosas y mucho más es lo que significa ese collar, ese símbolo. Pero para mí significa mucho más. Pensaba que lo había perdido en el incendio como el resto de mis cosas, y de pronto vuelve a aparecer en mi vida igual que Oliver. Y otra vez es él quien me lo ha dado, quien lo ha puesto en mis manos. Quiero a Oliver y no he sido capaz de retenerlo, esta flor es lo único que me queda de él y decidí colgarla en el cabecero de mi cama. Así cada vez que me despierto la veo, y es como si Oliver estuviera ahí conmigo, dándome fuerzas como siempre ha hecho. Aunque no sea estando a mi lado.

- Lo encontré por ahí -respondo.

- ¿Vas a decirme quién te lo regaló?

- ¿Por qué quieres saberlo?

- Creo que es lo único que no sé de ti a estas alturas. 

- No lo sabes todo sobre mí.

- Tienes un número 38 de pie, usas una talla mediana para la ropa. Te gusta el tabaco de menta y no comes chicles. No tienes una comida preferida y no quieres una mascota. ¿Aún piensas que no te conozco? -pregunta-. Llevamos juntos mucho tiempo, Alexia. Y aunque no seamos una pareja... en realidad nos conocemos tan bien como si lo fuéramos. 

Miro a Gideon con la cabeza apoyada en el cristal, con la copa de vino en la mano. Tras unos minutos de silencio termino diciendo:

- ¿Puedes dejarme sola, por favor?

Y, sin decir una palabra, se levanta y se marcha. Yo cierro los ojos y me dejo llevar entre la marea de pensamientos que cruzan mi mente desde que comencé a llorar en el coche.


No podía seguir aguantando la presión en el pecho, iba a estallar. Necesitaba contarle a alguien lo que me ocurría y Brenda me dijo que me pasara por su habitación tras las clases. Estoy a punto de llamar a la puerta y aún estoy pensando si esto es buena idea. O sea, a Brenda le gusté. No sé si es adecuado hablarle de mis problemas amorosos. Los cuales no deberían existir porque ya tengo pareja con la que me voy a casar, aunque no lo quiera. 
Llamo a la puerta y Bren me hace pasar dentro. Me siento en su sofá y ella en la cama, y me mira esperando que comience a hablar. <<Directos al grano.>>

(I'm) Yours: In love?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora