Capitulo 25

41 8 0
                                    

Cualquier error de adaptacion haganmelo saber, puedo mejorar ❤.

Navidad.

Todos nos fuimos a casa a pasar Navidad, incluso Troye que decía no tener casa.

Recibí un reloj mono y una billetera nueva, «regalos de adulto», los llamaba mi padre. Pero sobre todo, me pasé esas dos semanas estudiando. Las vacaciones de Navidad en realidad no fueron vacaciones, dado que era nuestra última oportunidad de estudiar para los exámenes, que empezaron al día siguiente después de regresar.

Yo me enfoqué en precálculo y biología, las dos clases que más amenazaban mi meta de un promedio general de aprovechamiento de 3.4.

Quisiera decir que lo hacía por la emoción de aprender, pero todo era por la emoción de entrar en una buena universidad.

Así que, sí, me pasé buena parte del tiempo en casa estudiando matemáticas y memorizando vocabulario de francés, justo como hacía antes de entrar a Culver Creek. La verdad es que esas dos semanas en casa fueron como regresar a mi vida antes de Culver Creek, excepto que mis padres estaban más sentimentales.

Hablaron muy poco acerca de su viaje a Londres. Creo que se sentían culpables. Eso es curioso de los padres. Aun cuando casi me quedé en el Creek el día de Acción de Gracias porque yo así lo quise, mis padres seguían sintiéndose culpables.

Es bueno tener personas que se sientan culpables por ti, a pesar de haber podido vivir sin que mi madre llorara en cada cena familiar. Ella decía: «Soy una mala madre». Y mi papá y yo de inmediato respondíamos: «No, no, no lo eres».

Incluso mi papá, que es afectuoso pero no sentimental, de vez en cuando, mientras veíamos Los Simpsons, decía que me extrañaba. Le dije que también yo lo extrañaba a él, y era cierto. De algún modo. Son personas tan lindas.

Fuimos al cine, jugamos cartas, les conté las historias que pude sin horrorizarlos y ellos escucharon. Mi papá, que vendía bienes raíces, pero leía más libros que cualquier otra persona que yo conociera, me hablaba sobre los libros que yo estaba leyendo para la clase de Inglés, y mi mamá insistía en que me sentara con ella en la cocina para aprender a preparar platillos sencillos, como macarrones con queso y huevos revueltos, ahora que estaba viviendo «solo».

No importaba que no me gustaran ni los huevos ni los macarrones con queso. No obstante, para Año Nuevo ya podía prepararlos.

Cuando me fui, los dos lloraron; mi mamá explicó que era sólo el síndrome del nido vacío, que ambos estaban muy orgullosos de mí y que me querían mucho.

Eso me formó un nudo en la garganta y dejó de importarme el día de Acción de Gracias. Yo tenía una familia.

Buscando A Troye || Tronnor (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora