Buscando A Troye || Tronnor (Gay)

Capitulo 39

Cualquier error de adaptacion haganmelo saber, puedo mejorar ❤.

Nueve días después.

-Tengo una teoría -dijo el Coronel cuando entré a la habitación después de un desdichado día de clases.

El frío había empezado a ceder, pero el encargado de la calefacción todavía no se enteraba, así que los salones estaban demasiado calientes y sofocantes y yo solo quería meterme en la cama y dormir hasta que llegara el momento de volver a hacerlo todo de nuevo.

-Te extrañamos en clase hoy -observé al sentarme en la cama.

El Coronel estaba sentado en su escritorio, encorvado sobre un cuaderno. Me acosté y me tapé hasta la cabeza con los cobertores, pero eso no desmotivó al Coronel.

-Sí, pero estaba ocupado discurriendo la teoría, que es del todo improbable, lo admito, pero es factible. Escucha. El te besa. Esa noche, alguien llama. Tyler, supongo. Se pelean, por el engaño o por otra cosa, quién sabe. Así que el se siente perturbado y quiere ir a verlo. Regresa a la habitación llorando, y nos dice que la ayudemos a salir de la escuela. Y está todo sacado de onda porque, no sé, quizá porque, si no lo puede ir a visitar, Tyler romperá con el. Esa es sólo una mera hipótesis. Así que el sale de la escuela, tomado y todo molesto, y está furioso con el mismo por lo que quiera que sea; va manejando solo, ve la patrulla y de pronto todo encaja: el final a su misterio laberíntico lo está mirando de frente y solo lo hace "derechito y rápido"; tan sólo se dirige hacia la patrulla y nunca gira el volante para evadirla no porque esté borracho sino porque se mató el mismo.

-Eso es ridículo. El no estaba pensando ni peleándose con Tyler. Estaba fajando conmigo. Yo intenté sacar a colación a Tyler, pero el me calló.

-Entonces, ¿quién lo llamó?

Pateé mi edredón y, con el puño apretado, golpeé la mano contra la pared con cada sílaba mientras decía:

-¡No! ¡Lo! ¡Sé! Y ¿sabes qué?, no importa. Está muerto. Carajo, ¿el brillante Coronel va inventar algo que lo haga estar menos muerto?

Pero claro que importaba. Por eso seguí golpeando nuestras paredes de bloque de concreto y las preguntas habían flotado bajo la superficie por una semana.

¿Quién había llamado? ¿Qué estaba mal? ¿Por qué se fue?

Tyler no había asistido a su funeral. Ni tampoco nos había hablado para decirnos que lo sentía mucho, ni para preguntarnos lo que había sucedido. Tan solo desapareció y, por supuesto, yo me preguntaba sobre ello.

Me había preguntado si Troye tenía la intención de sostener la promesa de que continuaría. Me preguntaba quién había llamado, por qué, y qué lo había perturbado tanto. Pero prefería preguntarme a obtener respuestas con las que no pudiera vivir.

-Entonces, quizá iba para allá a romper con Tyler -dijo el Coronel; su voz de pronto sonó más apacible.

Se sentó en la esquina de mi cama.

-No lo sé. En realidad no lo quiero saber.

-Sí, bueno -dijo-. Yo sí quiero saber. Porque si sabía lo que estaba haciendo, Connor, nos hizo sus cómplices. Y lo detesto por ello. Digo, por Dios, míranos. Ya no podemos hablar con nadie. Así que escucha; hice un plan: Uno. Hablar con los testigos visuales. Dos. Averiguar qué tan borracho estaba. Tres. Descifrar a dónde iba y por qué.

-Yo no quiero hablar con Tyler -dije con indiferencia, resignado a la planeación incesante del Coronel-. Si él sabe, de plano no quiero hablar con él. Y si no sabe, no quiero fingir que esto no sucedió. El Coronel se puso de pie y suspiró.

-¿Sabes qué, Connor? Me siento mal por ti. De verdad. Sé que lo besaste y sé que estás deshecho por ello. Pero honestamente, cállate. Si Tyler sabe, no lo vas a empeorar. Y si no sabe, no lo averiguará. Así que deja de preocuparte por tu maldito ser por un minuto y piensa en tu amigo muerta. Lo siento. Ha sido un largo día.

-Está bien -dije, jalando los cobertores de nuevo sobre mi cabeza-. Está bien -repetí. Y, como fuera, estaba bien. Tenía que estarlo. No podía darme el lujo de perder al Coronel.