Cualquier error de adaptacion haganmelo saber, puedo mejorar ❤.
Trece días después.
Debido a que nuestra fuente principal de transporte vehicular estaba enterrada en Vine Station, Alabama, el Coronel y yo nos vimos forzados a caminar al Departamento de Policía de Pelham en busca de testigos visuales.
Nos fuimos después de cenar en la cafetería, con la noche cayendo de prisa y temprano, y caminamos lenta y penosamente por la autopista 119 dos kilómetros y medio antes de llegar a un edificio de estuco de un piso situado entre una Casa de los Waffles y una gasolinera.
Adentro, un escritorio largo que le llegaba al plexo solar al coronel nos separaba de la estación de policía como tal, donde había tres oficiales uniformados sentados en tres escritorios; todos ellos hablaban por teléfono.
—Soy el hermano de Troye Sivan—anunció el Coronel con decisión—. Y quiero hablar con el policía que lo vio morir.
Un hombre delgado, pálido, con una barba rubia rojiza habló rápido por la bocina del teléfono y luego colgó.
—Yo lo vi —dijo—. El golpeó mi patrulla.
—¿Podemos hablar con usted afuera? —preguntó el Coronel.
—Ajá.
El policía tomo un saco y se nos acercó; al hacerlo, podía ver las venas azules a través de la piel translúcida de su rostro. Para ser policía, no parecía salir mucho. Una vez afuera, el Coronel encendió un cigarro.
—¿Tienes diecinueve años? —preguntó el policía—. En Alabama, te puedes casar a los dieciocho años (catorce con el permiso de papá y mamá) pero debes tener diecinueve para poder fumar.
—Entonces múltenme. Solo necesito saber qué vio.
—Casi siempre trabajo de seis a doce, pero ese día tenía el turno de medianoche. Recibimos una llamada sobre un camión que se había doblado y como yo estaba como a un kilómetro y medio, me dirigí allí y acaban de llegar. Todavía estaba dentro de la patrulla y de reojo había visto las luces; yo tenía las luces encendidas y prendí la sirena, pero las luces seguían aproximándose hacia mí y me bajé a toda velocidad; salí corriendo y el me dio con todo. He visto muchas cosas, pero nunca había visto eso. No se movió. No frenó. Simplemente se fue con todo. Yo no estaba ni a tres metros de la patrulla cuando la golpeó. Pensé que me iba a morir, pero aquí estoy.
Por primera vez, la teoría del Coronel parecía factible. ¿No se oyó la sirena? ¿No vio las luces? Estaba lo suficiente sobrio para besar bien, pensé. Seguro estaba lo suficiente sobrio para girar el volante.
—¿No vio su rostro antes de que golpeara la patrulla? ¿Estaba dormido? —preguntó el Coronel.
—Eso no te lo puedo decir. No lo vi. No hubo mucho tiempo.
—Entiendo. ¿Ya estaba muerto cuando usted llegó al coche?—preguntó.
—Yo… yo hice todo lo que pude. Corrí directo hacia el, pero el volante… bueno, yo metí la mano así, pensando que si podía liberarlo del volante, pero no había manera de sacarlo vivo del carro. Le aplastó bastante el pecho, ¿ven?
La imagen me sobresaltó.
—¿Dijo algo el? —pregunté.
—Ya se había ido, hijo —murmuró, meneando la cabeza, y con eso mis esperanzas de últimas palabras se desvanecieron.
—¿Usted piensa que fue un accidente? —preguntó el Coronel conmigo de pie junto a él; mis hombros se encorvaban, deseaba un cigarro, pero me ponía nervioso que él fuera tan audaz.
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Buscando A Troye || Tronnor (Gay)
FanfictionAntes: Connor ve cómo su vida transcurre sin emoción alguna. Su obsesión con memorizar las últimas palabras de personajes ilustres lo lleva a querer encontrar su Gran Quizá (como dijo François Rabelais justo antes de morir). Decide mudarse a Culver...