Capitulo 43

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Cualquier error de adaptacion haganmelo saber, puedo mejorar ❤.

Veintisiete días después.

Seis días después, cuatro domingos después del último domingo, el Coronel y yo estábamos intentando dispararnos uno al otro con pistolas cargadas de pintura al tiempo que alcanzábamos los novecientos puntos con medio tubo.

-Necesitas alcohol. Y necesitábamos tomar prestado el alcoholímetro del Águila.

-¿Tomarlo prestado? ¿Sabes dónde está?

-Sí. ¿Nunca te ha hecho una prueba con él?

-Mmm. No. Piensa que soy un aburrido.

-Eres un aburrido, Gordo. Pero no vas a dejar que un detalle como ese te impida beber.

De hecho, no había vuelto a beber desde aquella noche, y no sentía ningún interés particular por reiniciar el hábito alguna vez en la vida.

Luego casi le doy un codazo al Coronel en la cara, al sacudir los brazos alocadamente como si contorsionarme en concordancia con el juego importara tanto como oprimir los botones adecuados en los momentos adecuados; era la misma ilusión del juego de vídeo que siempre había engañado a Troye. Pero el Coronel estaba tan concentrado en el juego que ni siquiera se dio cuenta.

-¿Tienes un plan exacto de cómo vamos a robarnos el alcoholímetro de la casa del Águila?

-Eres un desastre en este juego -me dijo el Coronel mientras me miraba.

Luego, sin voltear de nuevo a la pantalla, golpeó a mi patinador en las pelotas con un chorro de pintura azul.

-Pero, primero, tenemos que conseguir algo de licor, porque la "ambrosía" se agrió y mi conexión de alcohol está...

-¡Zas! Se fue -concluí.

~

Cuando abrí su puerta, Bethany estaba sentado en su escritorio con unos voluminosos audífonos que le rodeaban toda la cabeza, la cual sacudía al compás del ritmo. Parecía no saber que estábamos allí.

-Oye -dije, y nada.

-¡Bethany! -y nada.

-¡Bethany!

Volteó y se quitó los audífonos. Cerré la puerta detrás de mí y le pregunté:

-¿Tienes alcohol?

-¿Por qué?

-Eh, ¿porque queremos emborrachamos? -respondió el Coronel.

-Fabuloso. Yo los acompaño.

-Bethany -dijo el Coronel-. Esto... Necesitamos hacer esto solos.

-No. Ya tuve suficiente de esa mierda. -Bethany se puso de pie, se metió al baño y salió con una botella de Gatorade llena de un líquido claro.

-Lo guardo en el botiquín -dijo Bethany-. Por eso de que es medicina.

Se echó la botella a la bolsa y luego salió de la habitación, dejando la puerta abierta tras de ella. Un momento después, asomó la cabeza de nuevo adentro, e imitando de manera brillante la voz mandona grave del Coronel, dijo:

-Cristo, ¿vienen o qué?

-Bethany -dijo el Coronel-, está bien. Mira. Lo que estamos haciendo es un poco peligroso y no quiero que te enredes en esto. Honestamente. Pero, escucha, a partir de mañana te contaremos todo.

-Estoy harta de toda esta mierda secreta. El era mi amigo también.

-Mañana. De verdad.

Sacó la botella de su bolsillo y me la lanzó. "Mañana", dijo.

Buscando A Troye || Tronnor (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora