Capitulo 31

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Cualquier error de adaptacion haganmelo saber, puedo mejorar ❤.

El ultimo día.

A la mañana siguiente, el primer lunes del nuevo semestre, el Coronel salió de la regadera justo cuando sonó mi alarma. Al ponerme los zapatos, Kevin tocó una vez y luego abrió la puerta, entrando.

-Te ves bien -dijo el Coronel, de modo casual.

Kevin traía ahora un corte militar y una pequeña mancha azul en el cabello corto a cada lado de la cabeza, justo arriba de las orejas. Proyectaba el labio inferior hacia afuera; el primer escupitajo de la mañana. Se acercó a nuestra MESA PARA CAFÉ, levantó una lata de Coca Cola y escupió en ella.

-Casi no lo logran. Me di cuenta en el acondicionador y me volví a meter de inmediato a la regadera. Pero no lo vi en el gel. En el cabello de Jeff no se nota para nada. Pero Longwell y yo tendremos que conformarnos con el look de marineros. Gracias a Dios que tengo una máquina para cortarme el pelo.

-Te queda bien -le dije, aunque no era así.

El cabello corto marcaba sus rasgos, específicamente los ojos pequeños y demasiado juntos, que no se veían bien tan acentuados. El Coronel intentaba con todas sus ganas verse duro, listo para cualquier cosa que le pudiera hacer Kevin, pero es difícil verse duro cuando todo lo que traes puesto es una toalla anaranjada.

-¿Tregua?

-Bueno, me temo que tus problemas no han terminado -dijo el Coronel, refiriéndose a los reportes de progreso ya enviados pero aún no recibidos.

-Está bien, si tú lo dices. Hablaremos cuando hayan terminado. supongo.

-Supongo -dijo el Coronel.

Cuando salió Kevin, el Coronel le dijo:

-Llévate la lata en la que escupiste, imbécil antihigiénico.

Kevin sólo cerró la puerta detrás de él. El Coronel tomó la lata, abrió la puerta y se la lanzó a Kevin, sin atinarle por mucho.

-Tranquilo.

-No hay tregua aún, Gordo.

Pasé la tarde con Olly. Estábamos muy encantadores entre nosotros, aun cuando no sabíamos ni un ápice uno sobre el otro y casi no hablábamos. Pero nos besuqueamos. El me agarró el trasero en cierto momento y yo medio brinqué. Estaba acostado, pero logré el mejor salto que se puede dar cuando uno está acostado, y el dijo:

-Perdón.

Y yo contesté:

-No, está bien. Estoy un poco adolorido, por lo del cisne.

Caminamos juntos a la sala de televisión y yo cerré la puerta con llave. Estábamos viendo The Brady Bunch, que el nunca había visto. Era el episodio en donde la familia Brady visita el pueblo fantasma de minas de oro y terminan todos encerrados en la cárcel por un viejo loco; el anciano, de los que lavan el oro y tienen una barba blanca rala, era especialmente horrible y nos dio mucho de qué reírnos. Lo que funcionaba bien, porque no teníamos mucho de qué hablar.

Justo cuando estaban metiendo a los Brady en la cárcel, Olly súbitamente me preguntó:

-¿Alguna vez te la han mamado?

-Mmm, eso salió de la nada -dije.

-¿La nada?

-Sí, como del jardín izquierdo.

-¿Jardín izquierdo?

-Como en el béisbol. Como de la nada. Digo, ¿qué te hizo pensar en eso?

Buscando A Troye || Tronnor (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora