19. Pasé página, libro y vida...

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Dedicado: Joseph25drums

Hacía tiempo que no abría ese libro, ¿sabes de cuál te hablo? El que cuenta todo sobre ti y que, inconscientemente escribes a lo largo de tu vida. Con tus errores y tus poquísimos aciertos. Con esos amores fugaces y los que esperabas que no duraran tanto. Lo he abierto, después de casi medio siglo, tres guerras y dos golpes de estado. Y ha salido tu foto al final, sin ser portada. Con los bordes doblados y la tinta prácticamente corrida de todas esas veces en las que llovió de más. Me he parado a pensar en lo que era y en lo que al final me he acabado convirtiendo. Y he de decirte, (ex) amor, que la vida, después de todo, volvió a ser vida sin ti y no contigo. Que todos aquellos contras en los que nos habíamos convertido empezaron a ser pros. Mis pros. ¿Y quién dijo que tú, después de haber sido conmigo, ibas a poder volver a ser sólo tú? ¿Y quién creyó que yo, después de haber sido contigo, iba a poder volver a ser sólo yo? Porque lo fuiste. Lo fui. Lo eres y lo soy.
Joder que verdad eso de que nadie muere por nadie porque yo sigo levantándome cada mañana y disfrutando de los días como si realmente fuera el último, ya sabes, por si vuelvo a enamorarme de alguien como tú y siento que muero por momentos. Por si mañana al bajar de la cama piso primero con el pie izquierdo y corro por querer volver a encontrarte en nuestro lugar sabiendo que ni estarás, ni querré que estés. Porque después de todo, si algo le pido a la vida, es no volver a ser contigo. Remediar todas esas caídas y poner tiritas tan permanentes que al quitarlas ni se me pase por la cabeza volver a rasparme las rodillas por ti.
Hoy vengo a contarle al mundo que yo pasé, página, libro y vida. Pasé del amor ajeno y empecé a preocuparme por el propio que a la larga comentan que renta más.
Y ya sabes que a mí los finales no me gustan si no son a lo grande, como pensé que serías tú. Así que esperé a que todo estuviera en su sitio, a sentirme yo de nuevo para estar segura de que iba a poder ser yo sin echar de menos la maldita primera persona del plural. Y me fui. Sin esperar que vinieras detrás. Te puse en la última página y la pasé esperando que, como dice la gente por ahí, venga algo mejor.
Aunque dudase que hubiera algo mejor que tú.
Y aquí me ves, volviendo a pasar por tu página y sabiendo que, aunque las pasara putas, aunque simplemente las pasara (página), no cambiaría ni un maldito te quiero de aquello. Ni un beso. Ni un abrazo. Ni siquiera uno de los múltiples adiós que siempre acababan siendo hasta luego's. Aunque me cueste escuchar nuestra canción. Aunque sonría al recordarte. Aunque me queje de como hicimos las cosas y no quiera volver a repetirlo(te). Aun así, me alegro. De haber sido contigo y de haber podido ser conmigo. De ti. De mí. De haber podido ser, sin más. Que, después de todo, la vida está hecha de buenos y malos errores y aunque en su día me hiciste dudarlo, te coloqué en el de los buenos. En los que merece la pena recordar.
Ya que, como bien sabes amor, quien te hace feliz una vez, un instante, merece ser recordado con una sonrisa. Y tú me diste felicidad eterna rota a temporadas, ¿lo entiendes? ¿Me entiendes? ¿Alguna vez nos entendiste? Porque yo desde que te vi por primera vez y pude mirarte a esos ojos, perdí la cabeza. Y parte del corazón. Espero que lo estés cuidando bien, perdí mucho de mí para dártelo a ti y a veces me siento vacía. Espero...por esperar, que seas igual de feliz que lo fuiste aquellos días. Que lo estés siendo y que siempre, aunque a veces abra este libro, lo seas. Por nosotros. Por el brindis. Por ese último abrazo y aquel grito de 'te quiero' en la estación por última vez.
Me enseñaron que para avanzar hay que cerrar puertas, y me costó lo mío cerrar la suya. Después de todo le cogí cariño a eso de sentirme querida dos días de siete a la semana. Aunque ahora me quiera treinta y dos días de treinta y uno al mes. Y no espero que lo entiendas, solo quería decir que he vuelto ahí, incluso en forma de pasado.

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