23. Has dejado de dolerme...

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Al final siempre llega el final –no sé de qué me sorprendo-
Tengo un recuerdo clavado en la garganta
y todavía estoy intentando dejar de sangrar por tus mentiras.

Yo siempre he sido la tonta y tú el imbécil,
yo siempre he sido la canción y tú el ruido,
yo siempre he sido la que daba todo y tú nunca has dado nada.

Has dejado de dolerme en el mismo instante en el que te he visto besar la tristeza de otras bocas. No abandono las ganas de matar al silencio, a las horas y a los recuerdos.

He besado el suelo que pisas,
me he tragado tu pasado
y me he raspado con tu corazón.

Tampoco esperaba más de ti; nunca supiste quedarte cuando menos necesitaba al resto.
Nunca fuiste suficiente y a mí nunca me ha gustado ser indispensable.
Siempre quise matar a los demás para que no me contarás cuentos.

No pienso pedir perdón por los golpes,
ni por la lluvia,
ni por los celos.
Tampoco por el olvido,
ni el miedo,
ni los silencios.

Me he quedado con toda la culpa y deberíamos repartirla a partes iguales; tú quédate con los polvos que no me echaste, y yo con la mano que nunca llegué a darte.

Me rindo.

Me he bebido todo y te he visto en todas las canciones.
He besado un par de bocas y me he follado a él idiota de aquel barrio.
He bajado mi braga con otro,
Y he metido mano a otro
Pero nunca será igual como te lo hacia
y me he dejado la sonrisa en casa -no quiero perderla-.

Qué mal se llevan el amor y el sexo.
Qué mal llevo el amor sin sexo.
Qué mal llevo el amor.
Pero no el sexo.

Al final no pudimos salvarnos, y si vuelves será para acabar con lo que nunca empezamos.

Supongo que algún día aprenderé a convertir la rabia en indiferencia. Supongo que algún día encontraré el buen camino y correré en dirección contraria.

Supongo que algún día…
tendré que dejar de ser tan niña.

Y tú tan hijo de puta.

Dreams of the HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora