29. Y si era perfecta, ¿por qué te vas?

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Alguien dijo una vez que somos lo que tenemos. Sinceramente; no lo creo.

Creo que somos lo que nos falta, lo que añoramos. Somos nuestros sueños y nuestras experiencias, nuestros errores y nuestros aciertos. Somos lo que nos gusta y lo que no, nuestros defectos, y también nuestras virtudes.
Somos una 'nada' en medio de todo esto. Y nunca he querido ser más de lo que soy, nunca más desde que me dijiste que era perfecta, que te gustaba así, y que no querías que cambiara.

Y ahora no sé qué creer, porque ya no estás,
y si era perfecta, ¿por qué te vas?
Y te necesito para quererte menos y para quererme más.
Y te necesito porque es la única manera que se me ocurre para ser feliz.

Porque soy fanática de tus besos, de tus besos por mi barriga. Que te quiero ver sonreír a centímetros de mis labios, que nuestras lenguas se inventen un baile que solo ellas entiendan y que tú te quedes para siempre, porque como ya he dicho, no necesito más. Tus silencios son la melodía de mi vida, aunque suene vacío. No hay nada tan bonito como que me contemples sin decir una palabra, pero con una media sonrisa en los labios.

Y ojalá tú me quisieras la mitad de todo lo que te quiero,
que ojalá nunca leas esta carta, porque así nunca sabrás que eres mi punto débil.

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