22. La más maravillosa fruta prohibida.

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Escribo esto celosa de cada uno de los besos que no me has dado, y se lo has entregado a otra-
Las tardes de invierno suelen ser íntimas; el frío que atrinchera a la gente junto a la calefacción. Pero en cambio, yo siempre he tenido las ganas de salir, y verte, ver lo precioso que eres aunque diluviase o el viento te despeinara, y no habría nada que me gustase más que salir fuera a dar una vuelta, y encontrarme contigo en cualquier lugar. En mis días preferidos, me gustaría tenerte a mi lado - agarrado a mi brazo. Quizá por eso serian mis días preferidos.

Pero mis días preferidos no sucedían, así que otras veces fumaba, con la mirada perdida en otro sitio. Y no te encontraba, y mientras más pasa el tiempo siento que me muero por dentro. Como si todo se hubiera pausado (incluyendo mi corazón) y nada se hubiera alterado en el universo.

Me dabas el aire y la vida. Y quizás creo que eres consciente de que te si te veo descubro cada destello de esa luz que tienes. Te miro como se mira el arte, entre fascinación y recelo; porque los versos finales de los poemas pueden crear o destruir, y tú no habías dicho la última palabra. Enmudeces la música con tu voz. Y me enmudeces a mí. Y cuando me contabas tus anécdotas y reías. Y yo reía contigo. Pero sólo se escuchaba silencio fuera. Todo es silencio si no escuchaba tú voz. Tienes esa magia con la que todo pierde el protagonismo hasta hacerse ruido blanco y solo suena tu sonrisa hecha música.

Pero eres una sorpresa constante, de esas que me enganchan. Como la más dura de las drogas. Que más que destructiva, es poética. Que más que la pena, vale la vida. La que me dabas cada vez que me dejabas sentir en tus ojos la verdad sin saber describirla.

Debo confesar otra cosa más, tú me salvabas, amor. Cada noche, al cerrar los ojos, y cada mañana al despertar. Tú me salvabas, allá en mis sueños y en mi realidad. Sin ti no hubiese podido dar un paso más. Sin ti, el mundo entero se me hubiese desmoronado encima, y no pudiera haber escrito todo lo que he escrito hasta ahora- puedo decirte que el sabor de tus labios era la más maravillosa fruta prohibida.

Dreams of the HeartDonde viven las historias. Descúbrelo ahora