- ¿Hoy no vienes a comer con nosotros?- pregunta Lexa cuando me ve super agobiada en los vestuarios.
No quiero hacer esperar a Ramsey para poder comprar las pinturas y con algo de suerte no tendré que saltarme el almuerzo.
- No, lo siento. He quedado- respondo.
- ¿Es un chico?- pregunta ella intrigada.
- Sí, pero no es lo que piensas. Es el tipo al que...- se me ocurrió una mentira rápidamente- al que le tengo alquilada la casa.
- ¿Y quedas con él?- pregunta Lexa extrañada.
- Para unas cosas de mantenimiento. Nada muy romántico- dije antes de levantarme de los bancos de madera para irme-. Nos vemos después del almuerzo.
- Adios- se despide levantando una mano.
Salgo de la compañía a toda prisa y encuentro la camioneta de Ramsey aparcada frente a la puerta.
- Hola- lo saludo mientras me deslizo en el interior de su coche.
- Hola- gruñe sin mucho entusiasmo.
- Valeeee- digo cautelosamente-. ¿Listo para pasar un rato comprando pintura?- pregunto animada.
- No- responde secamente.
- ¡Genial! Sinceridad ante todo. Me encanta- digo con falso entusiasmo. Me palmeo los muslos mientras Ramsey pone el coche en marcha en dirección a la tienda de pinturas... o dónde sea.
Los viajes en coche en silencio no me importan demasiado y aprovecho para mirar el paisaje por la ventana antes de llegar a la gran tienda de bricolaje.
Bajo de la camioneta dando un pequeño salto y con mi bolso al hombro. Camino junto a Ramsey quien se alza unos diez centímetros. Es poca diferencia teniendo en cuenta que la mayoría de las mujeres que pasan junto a nosotros son al menos veinte centímetros más bajas que él, y eso como poco.
- ¿Qué color te gusta para tu casa?- pregunto cuando llegamos al pasillo de pinturas.
- Cualquiera- responde sin emoción.
- Bueno, realmente no te recomiendo el azul porque es un color que quita el apetito- apunto con voz de experta-. ¿Tal vez un color vainilla?
- Me da igual- murmura.
- Venga, Ramsey. Es tú casa no la mia- me quejo. Suspiro y me paso una mano por la frente-. Da igual. Si no te gusta lo que escojo solo tienes que quejarte y ya está.
Tome los botes de pintura color vainilla más grandes que había y los puse en el carro, hasta que Ramsey comenzó a ayudarme. Después tome botes de igual tamaño de color blanco para las paredes exteriores.
- No puedes pintar las paredes exteriores hasta que no estén lijadas- suelta de repente.
Levanto la vista hacia él y parpadeo unas cuantas veces.
- Entonces tendré que lijarlas.
- Ni hablar- me corta-. Contrataré a alguien.
- ¿Estás seguro? Tú mismo has dicho que llevas años viviendo en esa casa y todavía no has hecho reformas.
- Tal vez sea hora de hacerlas.
Doy un asentimiento en respuesta y camino junto a él mientras empuja el carro hacia la caja para pagar todas nuestras pinturas... o su pintura.
Cuando la cajera comunica el precio total Ramsey comienza a sacar dinero de sus bolsillo.
- No, no, no- le digo agarrando su mano para que la deje quieta-. Yo pago la pintura.
Ramsey me mira con el ceño fruncido y suelta un pequeño gruñido.
- Tú me dejas tu casa de huéspedes sin alquiler, yo te regalo pintura para tu casa.
Y la mano de obra, pero bueno.
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Sexy beast #1 [Terminada]
FantastiqueAdentrándose en una ciudad desconocida, Audrey Dutti oculta un extraordinario secreto: es una were-osa polar, capaz de transformarse en un majestuoso oso polar a voluntad. Su reciente mudanza no solo responde a la búsqueda de sus sueños, sino tambié...