Epilogo

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Ramsey detiene la camioneta frente a nuestra casa. Hace un día soleado y la pintura blanca brilla. Hemos pasado un montón de tiempo preparando las cosas para la llegada del bebé. Comprando cosas que tal vez ni lleguemos a usar, pero ahora estamos en casa. 

Bajo de la camioneta y abro la puerta trasera. Oskar, nuestro pequeño bebé, duerme en el asiento de bebé para coches. Me da miedo despertarlo por eso voy con sumo cuidado desabrochando su pequeño cinturón y levantándolo en mis brazos. Es un bebé que se equilibra con nosotros, un bebé grande para unos padres muy altos. Seguramente crecerá hasta la altura de Ramsey o incluso más. 

- ¿Quieres cogerlo?- le pregunto a Ramsey. 

Él mira a nuestro hijo entre mis brazos. Tan pequeño e inofensivo. Con su pelo increíblemente rubio y sus ojos verdes cerrados mientras duerme. 

Me pego a Ramsey y coloco al bebé en sus enormes brazos. Oskar casi se puede perder entre ellos, son casi como una cuna. 

- Es perfecto- murmura Ramsey.

- Sí- suspiro de felicidad y alzo una mano para acariciar la mejilla del bebé, quien suelta un gorgoteo. 

 Tan pequeño, tan precioso, tan perfecto y nuestro. Todavía no hay forma de saber qué será. Depende del gen cambiador que haya heredado será un oso pardo o un oso polar, pero estoy por apostar que es mi gen el que ha heredado, está claro. 

Ramsey se sienta lentamente en el sofá tratando de no alterar el sueño del nuestro pequeño. En el hospital se ha portado muy bien porque duerme mucho y llora muy poco. 

- Tranquilo, Ramsey. No es de cristal- le recuerdo riendo. 

Ramsey aparta la mirada del bebé y me aguijonea. Es gracioso verlo convertirse en un padre tan protector, pero los osos somos así. Muy territoriales y protectores. Cuidamos de lo que es nuestro y pobre de aquel que trate de hacernos daño. 

Mis padres llegan mañana para conocer a Oskar y ya hemos preparado la casa de huéspedes para ellos. Es la segunda vez que se quedan allí y están más entusiasmados que nunca sabiendo que por fin van a conocer a su nieto. 

Me siento en silencio junto a Ramsey y apoyo la cabeza en su hombro mientras los dos vemos al nuevo miembro de la familia dormir. 

- Deberías descansar- murmura Ramsey. 

Lo cierto es que el nuevo nacimiento ha tenido loco a todo el mundo. Todos los del clan Russell vinieron al hospital, más las chicas de la agencia. La habitación era una locura, con millones de globos volando al rededor y ramos de flores y tarjetas... y regalos. Todos confinados alrededor de la pequeña cuna del bebé admirando su inocencia. La habitación estaba tan llena que Ramsey decidió imponerse y comenzó a echar a todos de allí con gruñidos de oso protector. Todos comenzaron a dispersarse y por fin pude descansar un poco. 

- Está bien- digo levantándome del sofá. Me inclino hacia delante por encima de Oskar y le doy un beso a Ramsey. 

- Te veré en la cama dentro de un rato- dice mientras me alejo muerta de sueño. 

Este no es el punto en el que pensé que se encontraría mi vida a estas alturas, pero no por eso es peor, solo diferente. 

Sexy beast #1 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora