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De una forma u otra consigo estar viva. Consigo sobrevivir durante las tres semanas siguientes a duras penas. En cada momento que tengo trato de buscar una nueva forma de salir de aquí, pero algunas veces las ideas me llevan a ninguna parte y otras me llevan a un doloroso final. 

Paso unos cuantos días tumbada en la cama fingiendo estar enferma porque se me acaban las ideas. No hay ningún teléfono, ni tampoco una toma. He visto una pequeña cabaña junto a la casa y puede que sea allí donde Nanuk guarde el teléfono o simplemente sea una cabaña para guardar madera. 

La ventana de mi habitación es demasiado pequeña para salir por ella. Nanuk ha retirado la puerta del baño y ahora cada vez que tengo que usarlo estoy a su vista. 

***

Estoy haciendo la cena con una mano mientras trato de tomar una varilla de metal para carne y escondería en mi ropa, también voy a necesitar una navaja pero eso será mañana. 

Remuevo la ensalada con una mano mientras escondo la varilla de metal y la engancho en mi sujetador para que no se caiga mientras camino de vuelta a mi habitación. 

Le digo a Nanuk que no tengo hambre, pero el me obliga a probar su ensalada con miedo a que esta esté envenenada. Aunque no sé con qué. 

A la mañana siguiente trato de robar la navaja pero una oleada de nauseas me sacude y tengo que salir corriendo hacia el baño, lo que provoca que Nanuk se cabree y salga corriendo detrás de mi. Me inclino sobre la taza del retrete y vomito el desayuno. Nanuk toca mi frente de forma brusca y comprueba que todo está bien. 

- Eres más delicada que ninguna otra cambiaformas que conozca- se queja Nanuk antes de salir del baño. 

Me quedo sobre la taza del retrete al menos media hora con arcadas y sin saber qué hacer. ¿Estoy enferma? ¿Estoy...? ¡No! ¡Venga ya! ¿Embarazada? Si solo lo hemos hecho... eh, no lo sé unas cuantas veces. Ya ni siquiera recuerdo lo qué cuenta como una vez. Se supone que los cambiaformas tenemos un periodo de celos como los animales... ¿era el mío mientras lo hacía con Ramsey? 

Me incorporo torpemente y camino de vuelta a la cocina. 

Durante la preparación de la cena me esmero al máximo en conseguir la navaja y en preparar la mejor comida que he hecho hasta el momento. Sigo las recetas de un maldito libro de cocina y rezo porque este bueno. Realmente quiero salir de aquí. 

Escondo la navaja entre mis pechos y me siento frente a Nanuk para cenar mientras escucho el fuego crepitar. Hay nieve fuera de la cabaña. No estoy segura de cuantos centímetros pero si voy a escapar va a ser un trayecto muy duro hasta donde este la civilización. 

Antes de dejarme ir a la cama Nanuk me palmea el culo con satisfacción y me besa en la mejilla. Le devuelvo la sonrisa débilmente. Me encadena el tobillo como siempre y me tumbo en la cama, pero esta será la ultima vez que lo haga. Está noche voy a escapar. 

Espero durante horas quieta sobre la cama. Los ronquidos de Nanuk resuenan por toda la casa. Meto la mano bajo el colchón y saco la varilla de metal. Comienzo el arduo proceso de liberación de mi tobillo. He abierto candados otras veces, pero normalmente han sido de coas mucho menos importantes como cajas de recuerdos o diarios antiguos en mi casa. Sé la teoría, pero la practica es lo que realmente requiere más maña que fuerza. Y paciencia, infinita paciencia. 

Tras no sé cuanto tiempo el candado hace "click" y la presión en mi tobillo disminuye. Dejo la cadena sobre la cama y me deslizo hasta el suelo. Me coloco mis zapatos de lona, que no son nada adecuados para la nieve pero que es lo único que me ha proporcionado Nanuk para estar en la casa, y camino sigilosamente por la casa. 

Abro la puerta principal justo después de echar un poco de saliva en las bisagras, solo por si acaso. El viento frío de Alaska remueve mis pelos y pone mi piel de gallina, aunque en menor medida que si fuera una humana. 

Salgo a la nieve y los pies se me hunden unos buenos diez centímetros en la nieve polvo. Hay huellas por todos lados y supongo que es porque hace días que no nieva y Nanuk sale a veces a la puerta. 

Camino para adentrarme en el bosque de pinos pero una larga sombra aparece frente a la mia. 

- ¿Ingrid? ¿Estás intentando escapar?- pregunta Nanuk caminando hacia mi. 

- ¡No te acerques!- le amenazo levantando la varilla de metal. 

- ¿Qué vas a hacer con eso, nena? Entra en casa- pide de forma falsamente amable. He aprendido bien que en cuanto ponga un pie dentro de esa casa él va a poner un cinturón sobre mi espalda y una cadera alrededor de mi tobillo. 

- ¡Mi nombre no es Ingrid! ¡Yo no soy tu "nena"! ¡Y esa no es mi casa!- grito enfurecida. 

Lo siguiente que sé es que Nanuk está corriendo hacia mi con una mirada asesina en sus ojos. Me envuelve con un fuerte brazo pero yo le muerdo el hombro y separa una parte de su pecho de mi lo que me da un buen acceso para clavarle la varilla de metal. Yo no quería hacerle daño, pero lo hago de todas formas porque estoy harta de que sea él quien me lo haga a mi. La varilla atraviese completamente su piel, pero es una varilla que se usa para poner trozos de carne muy pequeños por lo tanto no le afecta mucho. 

- No has debido de hacer eso- me advierte antes de pegarme una patada en las costillas que me lanza contra el tronco de un árbol cercano que cruje con mi golpe. Me desmayo al instante. 

Me despierto cuando Nanuk me está levantando del suelo por mi cuello. No puedo respirar, pero eso no importa si él va a volver a encerrarme en su casa, prefiero morir antes que pasar una eternidad encerrada en esa cabaña oscura y tétrica que solo me recuerda al dolor. 

En lugar de luchar contra su agarre guío mis manos hasta el escote de mi camisa y tomo la navaja rápidamente, la despliego y la inserto en el cuello de Nanuk. Él me deja caer al suelo retorciéndome de dolor. Escucho a Nanuk toser la sangre que es lanzada fuertemente por el aire. Algunas gotas caen en mi cara y las restriego como puedo. 

Me tomo unos segundo para recuperarme mientras Nanuk muere a unos metros de distancia. Me levanto de la nieve lentamente y me alejo del lugar en estado de shock. 

Necesito alejarme de aquí, necesito encontrar un pueblo. Cierro los ojos y olfateo el aire. Huelo la cabaña de Nanuk fuertemente y después un débil olor a combustible, a coches y contaminación. Supongo que eso debe de ser el pueblo. 

Sé que cambiarme es una idea tentadora, incluso aunque lo odio, pero la gente tiende a cazar animales, ¿verdad? Y después de todo lo que he luchado mi intención es seguir con vida. 

Me toma toda la noche y la mitad de la mañana llegar hasta el pueblo. La calle principal es realmente pequeña. Necesito encontrar un autobús o algo que me lleve de vuelta a casa de Ramsey. ¿Cómo voy a pagar el viaje? 

Me dejo caer sobre un banco, mareada y con nauseas de nuevo. El estómago vacío y unas ganas incontrolables de llorar. 

Me paseo por una tienda de comida admirando los productos pero sin poder comprarlos. El estómago rugiéndome. Cuando la noche comienza a cernirse sobre el pueblo me paseo por las calles en busca de un coche antiguo. 

Encuentro un modelo casi destartalado, sin alarma y rompo el cristal con el puño haciendo que me sangre el brazo. Quito el seguro y entro en él para tratar de hacer un puente con los cables, por eso necesitaba encontrar un modelo tan antiguo. 

Me pongo en carretera rápidamente y conduzco durante horas sin parar. En el interior del coche encuentro una cartera llena de dinero, restos de comida basura, una botella de agua llena y chicles. También encuentro algunas fotos familiares, pero eso no me es útil, de momento. 

Me paso tres dias en carretera hasta llegar a la ciudad en la que no he estado desde hace casi dos meses. Casi dos meses desaparecida. Casi dos meses secuestrada. ¿Qué sabrán mis padres de mi? ¿Habrán llamado? ¿Les habré dado un susto de muerte? 

Sexy beast #1 [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora