Parte 47

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Narra Camila:

Cuando volvimos con Cara, nos encontramos a ambos mirando cada quien su respectivo celular.
Dentro mío sentía unas ganas casi irresistible de llevarme a Lauren conmigo de sacarla del lado de Cara y llevármela a donde solo estuviéramos ella y yo.

–Que charlatanes, MI DIOS —se burlo la rubia al sentarse. Lauren le sonrió y ahí estaban mis celos disparados otra vez.—

–En realidad estábamos chequeando horarios. Cenaran con nosotros mañana por la noche. —se apresuró a decir Shawn pasando su brazo por mi cintura arrimandome más a el. Sentía un rechazo absoluto, a estas alturas solo sentía asco por el y el tener a Lauren cerca alimentaba más ese sentimiento.—

–Pero ¿y el bar? —pregunto Cara, un poco sorprendida.—

–Harry tiene un amigo un tal Louis que lo ayudara junto con Jacob, ya le he hablado.

–¡¡Genial!! —respondió dándole un beso en los labios. En ese momento sentí que me iba a romper, que no había nada importante en mi vida. La única persona que había amado ya no me amaba.—

Seguimos el desayuno si mayores incidentes, Shawn y Lauren hacían su mejor esfuerzo por conversar, así mismo yo con Cara.
Una hora después Shawn y yo nos dirigíamos a nuestra casa.
En silencio como siempre, en eso se basaba nuestro matrimonio en permanente silencio, miraba por el cristal de la ventanilla cuando el se decidió a hablar.

–¿Vas a decir algo o seguirás pensándo en ella? —mascullo enfadado.—

–Seguiré pensando en ella, si no te molesta. —conteste con ironía—

–No te comportes de esa forma Camila. —grito—

–¿Que no me comporte como? ¿Tu eres quien se empecina en traerla de vuelta, no yo. —apretó el freno con fuerza y de no ser por el cinturón de seguridad me hubiese estrellado contra la guantera del automóvil.—

–¿Que rayos pasa contigo? –grite enojada.—
Soltó su cinturón y se dio vuelta tomando mi rostro fuertemente y golpeandolo contra el vidrio.

–Escúchame un par de cosas Camila, soy tu esposo, harás lo que yo te diga, cuando lo diga y como lo diga, no me importa si es cenar con la lesbiana de tu amante o pretendiendo ser feliz con mi familia. ¿Entendido? —grito con odio en su mirada, mis lágrimas comenzaron a caer sin control, no había escape, nada de lo que pudiera hacer me salvaría de este infierno, me quede en silencio observando su mirada inyectada de rabia, pero para el no fue suficiente... volvió a golpear el costado de mi rostro contra la ventanilla.—

–¡¿Lo has entendido?!

–Si. —solté entre sollozos. Shawn volvió a acomodarse en el asiento del conductor y luego de respirar profundo puso en marcha el auto.—


Narra Lauren:

–Creo que le caes bien a mi hermano. Ambos tienen cosas en común. —sonreí ante su comentario, ella obviamente no sabía que entre su hermano y yo lo único en común era el odio mutuo y el amor por Camila.—
Abrí la puerta del apartamento y le hice un gesto para que pasara.

–¿Sabes que me gusta de tu hermano? —ella me miró inquisitiva— Su hermana —dije arrastrándola conmigo al sofá para sentarme en el poniendo a Cara en mi falda.—

–Lauren...

–¿Que? —corrí un mechón de pelo y acaricie su mejilla.—

–Esta tu hermano.

–Nope, esta trabajando. —respondí con una sonrisa pícara y la mano que tenía en su mejilla se colo entre su pelo.—
Cara hizo un recorrido de besos desde mi frente, bajando cada vez más hasta llegar a mis labios, aumentaba la intensidad a cada segundo.
Mientras sus labios hacían la magia sus manos se colaron dentro de mi camiseta, provocando una cierta electricidad con sus dedos que subían lentamente.
Cerré mis ojos ante el placer mientras ella quien ya se había colocado en un sutil movimiento a horcajadas sobre mi. Atacando sin piedad mi cuello. Besándolo, mordiendolo, mi mente colapso y me jugo una mala pasada, trayendo a Camila en ese momento. Trate de quitarla de mi cabeza y abrí los ojos, para ver a la rubia, totalmente concentrada en su labor.
Puse las manos en sus muslos y sin cortar el contacto me puse de pie llevándola a la habitación.
Cara quito las manos de mi cintura y me rodéo el cuello fuerte, para darme más equilibrio.

Cuando llegamos dentro del cuarto, la recosté con cuidado en la cama e hice lo mismo, sus mejillas se ruborizaron un poco cuando nuestras miradas se encontraron.

–¿Estas bien? —pregunte con vos suave, ella mordió su labio inferior y con un rápido movimiento se puso encima de mi.—
No contesto simplemente volvió a besar mis labios intensamente.

–La ropa. —trate de decir separandome de ella.—

–¿La ropa?

–Si, me molesta la ropa ya no puedo soportarlo. —fingí un puchero y ella se puso de pie.—
Me enderece en la cama y la observe mientras se quitaba cada prenda que traía tan lentamente que tuve el impulso de hacerlo yo misma, pero cuando quise ponerme de pie ella puso su mano en mi pecho y negó con la cabeza.
Me permitió ser única espectadora en ese arte que tan sutilmente me regalaba. Cuando quedo en ropa interior me fije en cada extremidad de su cuerpo, hipnotizada, perfección era el único calificativo que se me ocurrió pensar.
Dio un paso al frente y tomó mi mano indicándome que me pusiera de pie.
Manteniendo una tortuosa distancia fue quitando esta vez mis prendas, hasta dejarme tal cual ella estaba.
Volvimos a acostarnos en la cama y su juego comenzó, tomó mis manos poniéndolas encima de mi cabeza.

–No te muevas. —susurro en mi oído provocandone escalofríos.—

Fue besándome mientras bajaba cada vez más, sus labios en mi cuello dejaban pequeños besos, mientras sus manos quitaron mi brasier, me estaba volviendo loca, y ahí, una vez más, como un castigo, Camila, otra vez aparecía Camila, apreté los ojos con fuerza, quería que desaparezca, quería sacarla de mi mente.
Me negué a hacerle caso a Cara y de un solo movimiento me puse encima de ella y luego de mirar sus hermoso y eléctricos ojos azules junte nuestros labios.
Esta vez yo recorrí su cuerpo besando y mordiendo todo a mi paso, pero una punzada en el pecho hizo que me enderezara en seco, tristeza, sentía una tristeza indescriptible.

–Estas bien. —me pregunto mi novia preocupada—

–Si... –murmure con la voz rota— Es solo, yo.

–No tenemos que apresurar nada, Lo, tenemos tiempo. –golpeó varias veces el colchón para indicarme que me acostará a su lado y cuando lo hice me cubrió con las mantas abrazándome fuerte.
Nos quedamos en silencio, juntando nuestras manos y entrelazando nuestros dedos, jugando con ellos.

–Arruine nuestro día. —dije luego de unos minutos.—

–Te quiero Lauren, tenemos tiempo, solo quiero saber si crees que lo nuestro tiene futuro.
En ese momento me sentí fatal, quería decirle todo, hablarle de Camila, decirle la verdad, pero... No quería perderla.
Era egoísmo puro.
Le di un beso a su mano y me gire para mirarla a los ojos.

–Siento que si. Siento que tu y yo tenemos un futuro.
Vi la más hermosa de las sonrisas en su rostro. No quería mentirle, no quería decirle que no estaba segura de poder olvidar a Camila. Pero vuelvo a repetir, yo no quería perderla y sabía que si me sinceraba con ella así lo haría.
Espere a que se durmiera para levantarme de la cama y meterme en la ducha, y ahí, en completa soledad llore. Llore por qué la angustia en mi pecho no se iba, porque necesitaba hablar con Camila, necesitaba verla y no me entendía por más que trataba no entendía porque sentia esto.

I Know What You Did Last Summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora