Parte 53

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FLASHBACK:

–¿Mamá? —me acerque a ella con una postura firme tratando de presionarla a que me explicara.—
Cuando ella no musitó palabra, repare en el hecho de que Sofía no se veía por ningún lado y mi sangre se heló.

–¿Donde esta mi hermana? —pregunte sacudiendola para captar su atención—

–Co-con los... Abuelos. —tartamudeo—
Sentí un aire de calma, casi imperceptible recorrer mis venas.—
Me voltee y camine hacia mi Papá que aun seguía desplomado en el suelo.

–¿Papá? —mi progenitor me miro y se puso de pie desorientado, le hizo un gesto a Shawn para que lo acompañará.—
Como si solo supiera que únicamente mostrándonos podíamos entender la situación.
Caminamos hacia el garage. Al entrar su auto estaba dentro, el no hablo, no murmuró palabra se dirigió al maletero y al abrirlo no pude evitar poner mi mano en mi boca para evitar gritar.
La cantidad de sangre en el cuerpo evitaba deducir si se trataba de un adulto o un adolescente, si era hombre o mujer... Mire a Shawn pero el se había quedado helado contemplando el cuerpo arrollado.

–¿Que paso Alejandro? —me sorprendió la frialdad de su voz—

–No la vi, no pude verla... No sabia que hacer ¡no se que hacer!

–Debemos llamar a la policía —dije e intente caminar pero Shawn tomo mi brazo con fuerza. —

–No llamaras a nadie. Ve con tu madre y tranquilizala, yo hablare con tu papá a solas.
Intenté hablar pero las palabras fueron cortadas por un fuerte y firme grito de Shawn.

–¡¡VE!! —sin decir palabra, obedecí las órdenes y volví a la sala con mi mamá.—
Pasaron horas, hasta que sentimos el auto salir por el garage y luego otras horas más le siguieron en completo silencio.
Cuando los dos hombres aparecieron, estacionaron el auto en la parte de afuera del garage, Shawn entró a la casa, tenia la camisa arremangada, manchada con lodo. Tomo unas esponjas y detergentes de la cocina y salió. Cuando me asome a la ventana vi a ambos hombre lavar el auto con suma concentración.

Media hora después el auto ya estaba dentro del garage.

–Volverás a lavarlo mañana. —Ordenó Shawn y luego de llevar su maletín y su saco a su auto, volvió y se sentó en el sofá de la sala. — Necesito que me digas con detalles que paso, Alejandro.

Mi Papá estaba aun descolocado, pero nos contó con el más minucioso de los detalles como había sido.
Iban por la carretera, volvían a casa luego de llevar a Sofí con mi abuela, cuando una chica cruzo la calle, aunque trato de frenar arrolló a la mujer despidiendola unos dos metros.
Cuando se bajó y se acercó a la chica, esta ya no tenía pulso, ya no respiraba, había pasado el semáforo en rojo y había bebido demasiado alcohol, sabía que si recorría a la policía lo culparian al instante. Así que se aseguró de que no hubiese gente viendo y metió a la joven al maletero. Lo demás claro, ya lo sabíamos.
Shawn escucho con atención, cada sílaba que mi papá soltó.

–Este incidente nunca ocurrió. No iras a la cárcel, Alejandro —sentenció poniéndose de pie— me aseguraré de ello.

Tiempo actual...

–Lauren, dí algo... —la ojiverde se había quedado en silencio.—

–¿Esa es la razón? por la cual te casaste con el.

–No, unos días después Shawn se apareció en mi apartamento, al parecer su trabajo como abogado le enseño a tener todo bajo control. Había grabado la conversación, cada palabra que mi papá había dicho estaba ahí. Me amenazó, si yo no hacía lo que el decía, todos terminaríamos en la cárcel. Y Sofía terminaría en algún orfanato.

–Hijo de puta. —grito Lauren poniendo las manos en su rostro.—

–¿Que podía hacer? Lauren ¿Que se supone que hiciera?

–Ir a la policía –grito la morocha poniéndose de pie—

–¡¡Por favor no te vayas!! ¡No me dejes! —supliqué rompiendo en llanto y Lauren se dio vuelta, caminando hacia mi y abrazándome—

–No lo haré, Camila, no te dejare.

Narra Lauren:

Abrace a Camila con la necesidad de que entendiera que jamás la iba a dejar, pero dentro mío mi cabeza era un desastre, siempre supe que hacer, siempre supe que decir o como actuar, pero esto era demasiado. El la tenía acorralada, hiciera lo que hiciera, o dijera lo que dijera era simple... Shawn tenía a Camila acorralada.

–¿Tus Papás lo saben? ¿Saben que ese imbécil te obligó a hacer?

–No, eres la primer persona a la que se lo confieso. —murmuró aún entre mis brazos.—

–Vamos a solucionarlo, juntas Camila... Tu y yo lo solucionaremos.

–¿No me odias?

–¿Odiarte? Camila tu no tienes nada que ver en esto, tu no ibas conduciendo ese auto, si... Lo sé, tendrías que haber acudido a la policía pero a veces tomamos las decisiones equivocadas y a ti te presionaron para que lo hicieras.

Mis palabras calmaron a una Camila desesperada, trate de manejar las cosas con tranquilidad pero sentía rabia hacia Mendes, sentía un odio profundo. Más ahora que sabía de todas las formas que obligó a Camila. Ella no lo quería, ni siquiera un poco y el había encontrado la manera de pasar su vida con ella convirtiendo su desamor en algo secundario.

Ese fin de semana no salimos del edificio, no volví a pedir explicaciones a la morena, no la presione, no le pregunte más nada, solo me limite a demostrarle que yo estaba ahí para ella y que juntas encontraríamos una solución.

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Bueno acá tienen la verdad de todo! 
Espero haber llenado sus expectativas, la verdad es que planeaba subirlos el viernes pero ¿para que hacerlos esperar?
Dejen su opinión en los comentarios, sugerencias o lo que quieran.
Se que esto no lo hago nunca pero estoy leyendo un libro (leo muchisimo) y hay algo que quiero compartir con ustedes. El libro se llama "La Ladrona de Libros"

"Cuando empezó a escribir su historia, se preguntó por el momento exacto en que los libros y las palabras no sólo comenzaron a tener algún significado, sino que lo significaban todo."

Quizás eso explica un poco porque amo tanto escribir.

Besotes
Gabriela.

I Know What You Did Last Summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora