Parte 52: ''Squeeze''

5.6K 532 107
                                    

 ¡¡SORPRESA!! ACTUALIZACIÓN DOBLE! DISFRUTEN LOS DOS CAPÍTULOS.   

  "Cuando estamos solos, te tengo tan cerca, dame el calor, que nunca he conocido.
Cara a cara, atrapados en un abrazo salvaje... Este es el lugar más seguro que he conocido.

Narra Camila:

Cuando volví a despertar, por un segundo sentí miedo al no sentir los brazos de Lauren sobre mi, pero se disiparon al ver a la morocha acostada a mi lado, boca a abajo con su blanca espalda descubierta.
Sonreí al verla tan profundamente dormida, miré el reloj que había en la mesa de noche, daban las doce del mediodía.
Me acerque a Lauren y comencé a besar su espalda dándole pequeños besos por todos lados.

–Mmmmm —fue lo único que la ojiverde musitó.—

–Despierta. —renegue y ella se acomodo en la cama de costado poniendo su brazo sobre mi.—

–No quiero. —respondió con los ojos cerrados.—

–Lauren...

–Camila. —sus labios dibujaron una sonrisa.—

–Tengo hambre. —dije fingiendo la voz se un bebe caprichoso.—

Ella se enderezo en la cama y ahora con sus ojos verdes completamente abiertos sonrió.

–¿Donde vas? –dije al verla salir de la cama y vestirse—

–A buscar comida. —tomo el control remoto de la mesa de noche que había de su lado y lo tiro sobre la cama.— busca algo para mirar. —ordenó y salió de la habitación.—

Apoye la cabeza en la almohada, no podía creer lo que había pasado, Lauren... ¡Dios! Que bien se sentía tenerla cerca, me negué a pensar en algo más, no quería reparar ni en Shawn, ni en Cara, ni siquiera en mi familia. Solo quería pensar en ella.

Narra Lauren:

Al salir del edificio de Camila tome el celular y marque a la única persona que podía ayudarme.

¡Eres una irresponsable! —dijo la voz masculina apenas atendió—

¡No lo soy! —me defendí—

¡Lo eres, no has abierto la tienda!

¡¡Cállate, Chris, si la he abierto!! —retruque—

Lauren Michelle Jauregui... ¡No me mientas!

¡¡¡Que no te miento!!! —respondí con énfasis—

Las llaves están frente a mi. —soltó con tono algo divertido—

Esta bien, no la he abierto.

¿Donde estas? —pregunto cambiando el tema.—

De eso quería hablar, y no te atrevas a dar una opinión, solo necesito que me ayudes.

Dime. —soltó y yo suspire—

Necesito que me cubras por unos días con Cara.

¡Lo haré si me dices donde estas!

Estoy con Camila. —se oyó solo silencio del otro lado de la línea. Sabía que a Chris, Camila ya no le agradaba demasiado. O al menos eso demostraba.—

Le diré que viajaste a Miami porque Mamá te necesitaba.

Bien, gracias Chris.

Lau... —su voz sonó preocupada.—

¿Si?

No quiero que te vuelva a lastimar. Solo... Manejate con cuidado. ¿Okay?

Lo haré. —respondí con seguridad—
Luego de despedirme, volví a guardar el celular en mi bolsillo y entre en una cafetería.—

A veces sabes que estas haciendo las cosas mal, pero ¿como evitar hacerlo? si cuando lo analizas te das cuenta que eso que esta tan mal es lo único que te hace bien.

Compre café, Donuts, algunos chocolates, y los dulces preferidos de Camila.
Cuando regrese al edificio, todo seguía en silencio, no estaba segura si Dinah dormía o se había ido. Pero no traté de quitarme las dudas, me limite a caminar al cuarto de Camila. Cuando abrí la puerta la morena se había puesto unos pantalones cortos y una camiseta holgada.
Cuando me vio su sonrisa apareció.

–¿Titanic? —pregunte al ver lo que ella miraba.—

–No encontré otra cosa. —respondió sin quitar su sonrisa—

–Es solo un barco que termina en el fondo del océano. —me senté tras de ella, poniendo todo lo que había comprado a un costado de la cama.—

Puse unas almohadas sobre el espaldar de la cama y me acomode, indicándole a Camila que se acercara a mi. Ella apoyo su espalda en mi pecho, lo que me permitió darle algunos besos a su hombro. Puse mis manos en su estomago abrazándola. La apreté más a mi.
Oí un botecito de placer salir de sus labios y no pude evitar sentir como se disparaba mi pecho.

–Hay barcos que no se hunden jamás. —murmuró luego de un rato, poniendo un trozo de chocolate en mi boca.—

–¿Como cuales? —indague—

–Como nosotras.

–Yo sabía que mi mamá me había mentido, todo este tiempo creyendo que era una persona y era un barco.
Camila soltó una carcajada, tan sonora y bella que me iluminó el alma.

–Eres una tonta.
Volvió a invadirnos el silencio y aunque tenía miedo, muchísimo miedo de la respuesta, decidí dar ese paso, afrontar la situación.

–Camz... ¿Lo amas? —suspire y sentí como Camila tomaba una bocanada de aire.—

–No.

–¿Y porque estas con el? ¿Porque toleras que te haga daño?
La morena se dio vuelta y quedo arrodillada en la cama de frente a mi.
Puso ambas manos en mis mejillas.

–¿Quieres saberlo? ¿Estas preparada para oír la verdad?

–Si —respondí firmemente—

I Know What You Did Last Summer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora