Eternity [Luke Hemmings]

Capítulo 8

                  

Mis amigos acababan de llegar a mi casa. Pedimos una pizza y nos fuimos al salón a cenar mientras veíamos Los Vengadores.

- Qué bueno está Thor – dijo Daphne.

- Yo prefiero a Steve Rogers la verdad.

- Y yo preferiría que acabaseis esa conversación – replicó Lance.

- Oh cállate Lance, tanto Sofía como yo vemos como babeas cuando aparece Scarlett Johansson. – dijo Daphne, haciendo que las mejillas de Lance se tornasen rojas. – Por cierto, el próximo sábado va a ser el primer partido de la temporada. Iremos a verlo, ¿verdad?

- ¿Vas a hacerme ir a ver esa porquería? – dijo Lance

- ¡No es una porquería!

- Eso lo dices porque quieres ir a ver a Luke – dijo Lance – de verdad, no sé cómo alguien tan inteligente como tú, puede estar así de enganchada por un idiota como ese.

- No es por Luke, es porque me gusta el fútbol, evidentemente.

- Oh vamos, ¡si siempre que te digo de ir a ver un partido de verdad me dices que no!

- Eso es porque estoy ocupada

- Pensando en Luke, ¿no? – dijo Lance riéndose, contagiándome la risa.

- Dejadme en paz – refunfuñó Daphne fingiendo estar enfada.

Continuamos viendo la película cuando mi hermano por fin salió de su habitación para cenar algo.

- Sofía, ¿has cenado ya? – me dijo Will.

- Estamos comiendo pizza, ¿te apetece?

- No quiero molestar – dijo Will.

- Oh vamos, ¿cómo vas a molestar a alguien con esos ojazos que tienes? – dijo Daphne. Will se sonrojó.

- Will, estos son Lance y Daphne, mis amigos del instituto. Chicos, este es Will, mi hermano DE 15 AÑOS – dije mirando a Daphne

- ¿Sólo 15? – preguntó Daphne sorprendida.

- Sí, sólo.

-Pues quién lo diría... - dijo Daphne mientras miraba a Will de arriba abajo.

- Madre mía – dije rondando los ojos.

Finalmente, Will se quedó con nosotros para ver la película. La noche estaba resultando ir bastante bien. Will y Lance parecían estar congeniando muy bien, y eso me alegraba. Ver a Will socializar con otros chicos era bueno, así podía ir saliendo poco a poco de su coraza.

- Oh por dios, ¿por qué hay tantos adolescentes en mi salón? ¿No nos íbamos a quedar sólo con dos? – gritó, como no, mi tío Charlie desde la entrada de la casa cuando llegó de "trabajar".

- Charlie por dios, son unos amigos de Sofía, déjalos en paz – le regañó mi tía, que fue a su encuentro.

- ¿Es que no tienen otras casas a las que ir?

- Charlie, o cierras la boca ahora mismo o te la cierro de un puñetazo – dijo seriamente mi tía – ¿Además, no tienes algún asunto del que ocuparte?

- ¿No puedo tener un momento de tranquilidad?

- No cuando hay cosas que hacer, me encargaría yo, pero no puedo dejar a los chicos solos.

- ¡Podéis dejarnos en casa, no hay ningún problema! – grité desde el salón.

- Niña, ¿no te han enseñado a no escuchar conversaciones ajenas? – me atacó mi tío.