CAPÍTULO 9

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Así que me olvide del dolor en mi corazón y el ardor de mis manos y le di una bofetada que mi sangre y le quedó la marca de mi mano por la fuerza que había lanzado, se pudo observar como le abrí el labio y la mejilla.

-¡Te enseñas a respetarme gorda estúpida!  -le grite empujando sus hombros, mirandole a los ojos con odio.

-¡A mi no me amenaces!  - grito.

-¡Qué te calles no he terminado de hablar, dijiste ser mi amiga!, ¡y! ¿¡Qué es lo que haces!?, ¡me traicionas!  -grite mientras le daba otra bofetada para callarle.

Nico solo se quedo asombrado, dio un paso hacia adelante, ya que Kendall se me había acercado, lo cual no dejo que él  se acercara, dimos media vuelta y nos fuimos.

Christina quedo en el suelo con las manos en sus mejillas, las cuales las mismas de sangre, de mi sangre y de la suya, por la bofetada que plante en ellas.

Se levanto, saco una navaja de su bolsa del suéter, se levanto y corrió hasta donde estaba yo, deslizó con fuerza la navaja por detrás de mi cintura, lo cual hizo que me quejara de dolor cuando caía al suelo.

Christina corrio tras haber hecho lo que hizo, mis amigos se acercaron a verme, Kendall me abrazo hacia él, yo empezaba a perder la conciencia, Mandy corrió tras Christina para plantearle una buena paliza, Miranda se acerco a Nico quien parecía haber quedado en estado de shock sus ojos sobresalian al ver la sangre que había en el suelo, Miranda y Kendall le dieron una mirada de odio, Miranda no se pudo contener más y lo abofeteó dos veces, este no hizo nada solo...

-Lo siento.  -susurro mirándome a los ojos.

Pude escucharle oír pero no podía decir nada.

-Ire por ayuda espérame.  -sonó con voz preocupante, se llevo las manos a su cabello, se lo alboroto, apreto los labios, frunció el ceño y salió corriendo a buscar ayuda o a un profesor.

-¡Megan, Megan!, ¡No me dejes, no te duermas!  -su voz estaba ahogada, sus ojos estaban llenos de lágrimas, sus mejillas mojadas, ¡Kendall estaba llorando!. Un pequeña lágrima salió de de mis ojos, toque su mejilla y Nico llego con el doctor del gran colegio.

-Tranquila estarás bien.  -le oi susurrarme.

-¡Tenemos que llevarla a mi consultorio y revisarla mejor, esta perdiendo mucha sangre!  -dijo el médico mirando a Oscar y a Kendall.

Kendall asintió con la cabeza y me levantó, gemí y di un pequeño grito por el dolor.

-Lo siento, seré más cuidadoso.  -dijo besando mi mejilla.

Oscar, Kendall y el doctor se dirigieron al enorme consultorio del doctor, el fondo era color menta un color bonito, su escritorio era de cristal, me faltan palabras para describirlo, yo sin más fuerzas me desmaye, el pobre Kendall se alarmo...

-¡Megan, Megan! 

-Se ha desmayado Kendall.  -dijo el doctor al ver su cara de dolor y preocupación.

Kendall me recosto boca abajo en la camilla, el doctor levanto mi camisa y con agua oxigenada y alcohol empezó a limpiar mi herida.

Kendall estaba muy nervioso y Oscar trataba de tranquilizarlo, mientras tanto...

Mandy tomo del brazo a Christina y la jaló, esta se quejó, Mandy la bofeteo, esta la jalo del cabello, Mandy respondió a la agresión tirandola al piso, le dio dos patadas en el estómago, cuatro puñetazos en cada mejilla, acompañadas de cuatro bofetadas dos en cada mejilla, las mejillas de Christina estaban muy rojas y con un poco de sangre de tanto golpe se le abrió  el labio, las mejillas y se le había roto la nariz.

-La herida no es tan grave.  -dijo el doctor.

-¿Necesito puntos?  pregunto Kendall

-No muchos, pero necesita estar en reposo, te daré un permiso para que ella no pueda asistir a clases, estará adolorida pero es normal, lo que ahora necesitamos es alguien que pueda donarle sangre, perdió mucha sangre, por poco y pudo morir por una hemorragia.

-Yo podría donar sangre.  -dijo valientemente.

-No es tan fácil, necesito hacerte unos estudios para saber si eres compatible o no.

-¡Me los haré!  - dijo moviendo el brazo derecho (como diciendo si).

El doctor le hizo los estudios y no era compatible.

-Lo siento Kendall pero no podrás ser el donante.

-¿Pero entonces quién?  -pregunto preocupado.

-Yo lo haré.  -se escucho una voz.

-Nicolás, ¿Tú por que donarías sangre para Megan?

-Soy su única opción.  -dijo metiendo las manos a las bolsas de sus pantalones.

El doctor le hizo los estudios y era compatible.

Nicolás dono sangre y en un par de horas me la traspasaron a mi cuerpo.

-¿D-Dónde estoy?  -dije entre abriendo los ojos.

-Megan.  -dijo kendall mientras corría hasta donde me encontraba.

-¿Cómo te sientes?  -pregunto el doctor revisando mis manos.

-Estoy bien, solo me duele mi cintura.

-Eso es normal, estarás bien, ahora descansa has perdido mucha sangre y estas débil, ya le di a Kendall un permiso avisando que te quedaras en tu habitación reposando, ¿Tus manos te duelen?

-¡Pero en menos de una semana y dos días es noche buena y un día después es navidad!, no mis manos no solo siento un poco de ardor pero es muy leve.   -dije olvidandome del dolor.

-Megan no te perderás de nada ya verás, yo mismo me encargaré de cuidarte y de acompañarte para que no te quedes o te sientas sola.

-Gracias Kendall eres un encanto.  -salió una sonrisa de mi.

Llegamos a mi habitación y me lleve una sorpresa, yo iba en silla de ruedas, por la herida que tenía en mi cintura.

-¡Bienvenida, Megan!  todos mis amigos estaban en mi habitación, en ella había globos, unos hot cakes.

-¡Wow, gracias!  -dije con entusiasmo.

-Qué bueno que te encuentras mejor.  -dijo Stephanie.

-Si gracias.

-¿Pe-Pero quien hizo todo esto?  -pregunté curiosamente.

Kendall empujó mi silla hasta el centro de la habitación y dijo.

-Y-Yo lo hice Megan.  -dijo poniendose de rodillas enfrete mío, estaba sonrojado y su voz se escuchaba un poco ahogada.

-Ooh, Kendall, gracias.  -dije tomando su mano entre las mías, él safo su mano de las mías, me miro y dijo...

-Yo lo hice pero... pero no fue mi idea fue de alguien más, me hubiera gustado, ser yo quien lo hubiera pensado antes.  -dijo fruciendo el ceño y sus manos hechas puños.

-Kendall por favor mírame  dime de quién fue la idea.  -pregunte asombrada mirándole fijamente a los ojos.

Kendall no dijo nada ese silencio no me gusta, me empezaba a preocupar, era una sorpresa hermosa pero Kendall no tuvo la idea de hacermela, si no fue él, ¿Entonces quién?, ni Kendall ni nadie me decía nada, todo se quedo en silencio, hasta que después de un par de minutos alguien hablo...

-Fui yo...  se escucho mientras cerraba la puerta y se acercaba.

Una Marca PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora