CAPÍTULO 13

12 1 0
                                    

... Christina en la entrada de la biblioteca, iba a entrar y se topó conmigo me miro y yo le devolví la mirada, mi mirada era de miedo, mi corazón empezó a latir muy fuerte, mi labio inferior empezó a temblar, ella parecía estar bien, normal. Se adentró a la biblioteca y se sento en una mesa, yo la mire para después disponerme de nuevo en mi camino rumbo a mi habitación, ella me miro, pero no dijo nada.

Sentí su mirada fija en mí mientras me alejaba, no podía entender como es que ella seguía en el colegio después de lo que me hizo.

Me encontraba en los pasillos para pasar a las habitaciones, todo estaba en silencio como siempre, y obscuro, seguí caminando para pasar las habitaciones de los chicos, eran demasiadas habitaciones y un camino largo por recorrer, al final del pasillo me tropecé con algo, caí al suelo, era raro que me callera así de la nada, me levante y seguí caminando..., ¿Por qué me habre caído?, no pude percatarse el porque, finalmente termine el largo pasillo de las habitaciones de los chicos, pero eso no acabo ahí, al terminar, seguía un enorme pasillo, solitario, que no lograba entender para que estaba, pero eso dividía las habitaciones de chicos y chicas.

El pasillo no tenía paredes, bueno si pero son de vidrio, eso deja apreciar la luz del Sol y de la Luna, en este caso la de la Luna.

2:30 a.m., y yo no podía llegar a mi habitación, esto se me hacía eterno..., ¿A qué hora voy a llegar?, me preguntaba en mi mente desesperada, no se porque pero algo se me vino a la mente. ¿Qué es lo que paso con Kendall y Nicolás el día que se retiraron de mi habitación?, ¿Por qué Christina seguía en el Colegio?,... ¡Alguien que me explique!

Mi mente y pensamientos estaban revueltos, confundidos, pero lo que más me intriga es el no saber nada, no tener respuestas.

2:45 a.m., ¡Al fin!, termine de recorrer el enorme y hermoso pasillo que no se para que tan largo, pero ya me encontraba al inicio de las habitaciones, mi habitación es la número 303, Afortunadamente no compartía habitación con nadie y eso me tranquilizaba, porque no tendría que estar con la preocupación de que es lo que podria estar haciendo mi compañera de habitación, pero..., ¿Cómo entró esa persona y me pudo curar y..., ¿¡Besarme!?, era ilógico, no se puede abrir ninguna puerta si ni se tiene la llave, yo tenía la mía, y no habían repuestos.

350 habitaciones de chicas y 400 de chicos, eso da un total de 750 habitaciones, menos mi habitación (750 - 303 = 447), habitaciones que tengo que recorrer y solo llevo 400, apenas me encontraba en la habitación y mi celular vibró, al parecer era un mensaje de un número desconocido...

"MENSAJE"

Hola Megan...

Se que te sorprendera el mensaje, pero tú tranquila que no te haré daño, o al menos por ahora, solo quería darte las buenas noches y que duermas bien.

Aunque no te lo imagines, siempre estoy cerca de ti, siempre estoy al tanto de lo que haces, te observo de cerca y lejos a la vez, no avisaré cuando venga por ti pero si quiero verte sufrir como te lo mereces.

P.D. Se todos tus movimientos así que no trates de engañarme.

El mensaje me asusto un poco e hizo que me tensara, mire todo a mi alrededor y no había nada, pero me recordo la vez que me caí en el pasillo de las habitaciones de los chicos y a Christina, ella era la única persona que estaba en la biblioteca y a la que vi, nada coincidía, pero soli de ella podía sospechar, ella esta celosa de que Kendall este enamorado de mí y yo de Nicolás, no entendería el porque me haría sufrir tanto si eso solo provocaría que la detesten más.

3:05 a.m. y por fin estaba en mi habitación, entre, encendí la luz, deje mi mochila a un lado de la puerta y me fui a darme una ducha, entre al baño y me desnude, abrí la llave del agua caliente y espere a que saliera la misma, mientras tanto, limpiaba mis boca y dientes, al teminar tome mi ducha de cinco minutos, me tape con una toalla que cubriera mis pechos hasta la altura de mis rodillas, salí del baño y me dirigí a mi armario, de ella saqué un sosten azul, unas bragas del mismo color y mí juego de pijama rosa, me vestí, cepilke mi cabello, apague la luz y camine hacia mi cama, me recoste en ella y sentí que alguien estaba detras de mi, podía sentir sus respiración, me gire pero por la oscuridad no pude ver nada, me giro y me abrazó de mi cintura acercandome a él, era esa loción otra vez, esa loción a frambuesas, esa loción me perseguía en todos lados.

Nicolás, es el nombre que se vino a la mente, él era el único que tenía ese aroma, traté de sentarme, pero me lo impidió, no podía moverme, era más fuerte que yo, pero aún así inútilmente trate de levantarme pero fue imposible, mi pecho subía y bajaba con rapidez, una lágrima se derramó por mi mejilla, con un nudo en la garganta y mi voz rota susurre.

-¿Qué es lo que quieres? - se percató de mi llanto y beso mi mejilla, se acerco a mí oído pero no dijo nada, solo beso mí oído.

Me dejó sentar y tomó mi mano, con su otra mano dejo en la mía una nota, quise encender la luz, pero no me permitió me recosto y beso mi frente, acarició mi cabeza y cabello, eso me hizo tranquilizarme, y provocó que saliera una palabra de mí boca sin permiso.

-Nicolás. -él pareció escuchar, pues rápidamente se posó encima de mí, sus manos quedaron sobre mis hombros y sus labios sobre los míos, me estaba besando con coraje y eso hizo que recordará a Nico, le empuje con fuerza y calló al suelo, se levanto y salió de mi habitación enfurecido, me sente sobre la cama, encendi la luz y empeze a leer su carta...

Una Marca PersonalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora