—Marinette... Marinette, levanta, vas a llegar tarde otra vez... —el pequeño kwami le tiraba de un mechón de pelo y resoplaba impaciente.
—Mmmm... —alcanzó a decir la chica con la cabeza aplastada en la almohada. De repente reaccionó y se le incorporó de golpe topándose con Tikki y lanzándola lejos —¡Ay, voy a llegar tarde otra vez!
—... Sí... —dijo Tikki desde el otro extremo de la habitación recuperando la compostura tras la embestida.
—¡Ah! Perdona, Tikki. —Marinette miró a su amiga con una sonrisa burlona, levantándose deprisa.
Pasado un rato ya había conseguido vestirse y desayunar, pero aun así no había sido lo suficientemente rápida como para no estar llegando tarde. Sin aliento, entró al instituto.
—P-perdón, es que el autobús se... —comenzó a formular su excusa en cuanto estaba entrando a su clase, pero se paró en seco al darse cuenta de que la señorita Mendeléiev aún no estaba impartiendo su asignatura.
Resopló aliviada y consiguió llegar a su asiento pasando entre sus compañeros que se dispersaban por la habitación charlando.
—Salvada por la campana, ¿eh? —Su mejor amiga Alya la observó divertida mientras tomaba asiento en su lugar de siempre junto a ella—. Otro retraso y la profesora te manda al despacho del director.
—Lo sé... Me quedé dormida... —Marinette rió nerviosa, dejando su mochila sobre la mesa.
—No sé cómo puedes dormir tanto. Seguro que te pasas toda la tarde entre siesta y siesta y no haces nada —se burló su compañera, sacudiéndole el brazo.
—¡Claro que hago...cosas...! —exclamó indignada Marinette, sin saber qué inventarse para defenderse y no decir la verdad.
—Bueno, vale. Pues yo sí que he estado muy ocupada. —Alya le mostró el móvil a la chica—. ¡Ladybug ayer estuvo de nuevo en acción!
—Oh, sí... —Marinette solo observó el video en el que aparecía la heroína saltando de aquí para allá, recordando todo el día anterior.
—Fue increíble. Casi me trago eso de la nueva superheroína: "Volpina". Menuda farsa —decía Alya con desagrado cuando la supuesta Volpina apareció en el video, hablando con Chat Noir y Ladybug.
—Sí... —Marinette bajó la mirada, recordando lo ocurrido.
—¿Lila...?
—Ah, ¿Ladybug?
—Yo... Exageré demasiado, nunca debería haberte hablado así... Lo siento.
—Olvídalo, Ladybug, tenías razón... Tú y yo nunca seremos amigas.
—Marinette... ¡Marinette! —Alya le dio un codazo a su amiga para traerla de vuelta de sus pensamientos.
—Eh..., ¿qué...? —la chica se sobó el brazo y alzó la vista confusa, quedándose pasmada.
—¿Marinette y Alya, cierto? Yo soy Lila —dijo la joven con una sonrisa torcida y poco sincera.
Alya se cruzó de brazos y la saludo silenciosamente, mientras Marinette se debatía por sacar alguna palabra.
—¡Ho-hola, Lila! —consiguió decir, sonriendo nerviosa mientras Lila aún observaba la reacción de la primera.
—¿Qué tal fue tu aventura con Ladybug? ¿Lo pasaste bien? —comentó con sarcasmo Alya. La expresión de Lila se tornó muy irritada.
—Pues sí, muy bien... —soltó con sequedad, retando con la mirada a la chica—. Tengo que irme, hasta luego.
Se alejó bastante menos amistosa que al principio, y una sonrisa de victoria apareció en la cara de Alya.
ESTÁS LEYENDO
🐞 MLB: La venganza de Volpina
FanfictionPuede que esta vez Ladybug haya topado con una enemiga mucho más poderosa: Volpina. Y es que el odio que siente hacia la superheroína es mucho mayor de lo que parecía, y no busca otra cosa que VENGANZA. ¿Estará en peligro el secreto de los salvadore...