En el que Tikki se ocupa

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¡Socorro! —se oyó lejanamente en la calle, alertando a Marinette y a Tikki, que acababan de entrar en el dormitorio.

¡Oh, no! ¡Mira allí arriba!

¡Necesitamos a Ladybug!

La chica subió por la trampilla a su balcón, seguida de la kwami.

—Esa... ¿es Lila? —dijo con voz congestionada por haber estado llorando.

En lo alto de Notre Dame estaba Lila, atrapada por una figura verde y naranja con cuatro tentáculos.

¡Que alguien me ayude! —decía, incapaz de zafarse de los tentáculos.

—¿¡Qué diablos es eso!? —exclamó Marinette, mirando a Tikki con ojos desorbitados.

—Parece que alguien ha sido akumatizado y ha atrapado a Lila.

—Oh, ¡no! Y ¿¡qué hacemos!?

—Ladybug tendrá que encargarse, Marinette.

—¿¡Ladybug!? ¿¡Encargarse de ese monstruo!? Ay, no. ¡Ay, no! —La chica se agarró la cabeza y se agachó tras los barrotes—. No puedo hacerlo. Imposible. Ni hablar del peluquín.

—¡Eres la única que puede hacerlo! —rogó Tikki, revoloteando frente a ella.

—¡Pero no puedo hacerlo! Una cosa es jugar a videojuegos ¡y otra muy distinta es enfrentarse a un pulpo mutante! —dijo ella, señalando muy asustada hacia el akuma.

—Pero ¿qué pasa con Lila? ¡Necesita ayuda!

—¡Ya...! Ya lo sé, ¡pero...! Aah... ¡Aaah! —Se apretó las sienes y cerró los ojos con fuerza. Resopló y se puso de pie con las piernas temblonas—. Necesita ayuda... De acuerdo... ¿Qué...? ¿Qué tengo que hacer?

—Debes encontrar dónde se esconde el akuma, y destruir el objeto en cuestión. Luego hay que purificarlo. Cuando necesites una ayudita, podrás usar tu Lucky Charm. —explicó Tikki.

—Vale, a ver... Destruyo el objeto, cazo a la mariposita... ¿Lucky Charm? Ay, mi madre. Esto va a ser muy complicado...

—Puedes hacerlo, Marinette. Tú eres la única Ladybug. Aunque no lo recuerdes, estoy segura de que aún lo llevas dentro. —La criatura roja sonrió convencida.

Marinette la miró con preocupación, pero trató de aunar todo el coraje que pudo.

—Lo haré... Tengo que salvar a Lila.

—¡Esa es la actitud! —Tikki dio una voltereta en el aire—. Tranquila, con la ayuda de Chat Noir...

—¿Chat Noir? No, gracias. No quiero saber nada de ese bocazas —dijo Marinette con desdén, yendo a la parte interior del balcón para que nadie la viera.

Tikki la miró con una expresión entristecida.

—Pero él...

—Lo haré yo sola. ¿Cómo eran las palabras? Ah, sí... Tikki, ¡transfórmame!

Cuando se convirtió en Ladybug, Marinette se sintió muy extraña, y la poca confianza que había reunido parecía a punto de evaporarse.

—Tikki, empiezo a creer que no es una buena idea... ¿Tikki? —Miró a todas partes, buscándola—. Ah, ya. Cuando me transformo, desaparece, ¿no? Estoy sola, entonces... Venga, Marinet... Digo..., Ladybug. Tú puedes. Veamos...

Estudió su traje con una mueca incrédula.

—... Un yo-yo. ¿Por qué un yo-yo? ¿Por qué no una espada, o algo más útil? Desde luego nada de esto tiene sentido... —Agarró el yo-yo con escepticismo, bajándolo y subiéndolo torpemente—. Genial. Otra cosa no, pero podré echar el rato jugando si me aburro. Mmmm, ¿y si...?

🐞 MLB: La venganza de VolpinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora