En el que Chat le pide un favor a Marinette

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Autoritaire no dejaba de sumar víctimas a su ejército, paseando en un levitar por las calles de París.

—Cuando quieras nos lanzamos a por todas, bichito —comentó el chico, escondido junto a Ladybug en un callejón a espera de la señal.

—Sí, es el momento. —Ladybug se alejó un poco y alzó un puño—... ¡Lucky Charm!

Activó su poder, impulsando el yo-yo hacia arriba. Al caer, vino acompañado de un jersey de lana rojo con lunares negros.

—Eh... —La joven lo observó con detenimiento y confusión.

—¡Estupendo! Si te da frío, podrás ir a juego —bromeó Chat Noir.

Ladybug agudizó la vista y contempló todo el panorama. La multitud de seguidores de Autoritaire esperaba sus órdenes bajo el amplio toldo que recubría la terraza de un restaurante. La amenazadora manga de la villana acechaba con expulsar más malignas flechas a todo el que se interpusiera en su camino. Ladybug sonrió triunfante.

—¡Claro!

—Menos mal que tú lo ves, porque yo no sé qué utilizad puede tener eso. —El muchacho señaló el jersey.

—Tira los dardos con su traje. Tenemos que impedir que pueda lanzarlos. —Sacudió la prenda—. Y tú tienes que impedir que esos de ahí nos corten el paso.

—Dicho y hecho, mi lady. —Chat Noir sonrió y se preparó—... ¡Cataclysm!

La enguantada mano derecha del superhéroe se tornó más negra por el poder que ahora ésta emanaba. Chat Noir echó a correr hacia las barras que sujetaban la lona sobre los secuaces de Autoritaire. Todos quedaron atrapados mientras Ladybug se acercaba por detrás de la akumatizada y le ponía el jersey por encima de la cabeza, limitando el movimiento de sus brazos. Una vez acabadas ambas acciones, la heroína le arrebató el pequeño cuaderno a la villana y lo rompió, haciendo que de él saliera una morada y malvada mariposa.

—No harás más daño, pequeño akuma...

Ladybug activó una vez más su poderoso yo-yo para atrapar al insecto.

—¡Yo te libero del mal...! ¡Te tengo! Adiós, mariposita —dijo, mientras la mariposa purificada salía volando. La chica agarró el jersey y lo lanzó al aire—. ¡Miraculous Ladybug!

Finalmente, con el poder de Ladybug, todo volvió a la normalidad, y la villana se convirtió de nuevo en la secretaria que era antes.

—¡Bien hecho! —exclamaron Chat Noir y Ladybug, chocando los puños.

Ambos se giraron a la que ya no era víctima de Hawk Moth, quien ahora se hastiaba en su guarida por haber fracasado una vez más.

—¿Se encuentra bien? —preguntó Chat Noir.

—He trabajado para Jagged Stone durante más de cinco años... —dijo la mujer de melena corta morada y piel mulata, haciendo que ambos héroes la reconocieran de inmediato—. No puede despedirme ahora...

—¡Penny Rolling! —gritó alguien a lo lejos.

—¡Penny! —chilló alguien más.

—¡Jagged Stone! —Ladybug y Chat Noir lo señalaron a la vez.

—Y Bob Roth —dijo el señor de cabello cano que ajustaba su chaqueta junto a la estrella de rock—. Solo he venido porque ha amenazado con dejar mi compañía otra vez.

—Cállate, Bob. Penny, vuelve. No debí echarte —dijo Jagged, secundado por su cocodrilo Fang, que los había seguido hasta allí—. No podría encontrar a una ayudante mejor que tú.

🐞 MLB: La venganza de VolpinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora