En el que Lila vuelve a clase

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Marinette llevaba un buen rato en la esquina contigua al Françoise Dupont, debatiéndose entre acudir a clase o escapar de vuelta a su casa. Se mordía las uñas con nerviosismo.

—Venga, Marinette. Llegarás tarde —avisó Tikki desde su bolso, dándole un susto.

—¡Perdona, Tikki! Aún no me acostumbro a que haya una cosita parlante conmigo... Es que me da miedo. Esa Marinette de mentira... ¿qué cosas ha podido decirles a todos? ¿Y si ahora me odian y no quieren verme más? Aunque mandé mensajes a todo el mundo, pero nadie respondió... Incluso Alya...

—Solo tienes que explicarles que no eras tú, y seguro que lo comprenden. Alya sabe que su mejor amiga nunca le haría daño a conciencia. ¡Todo irá bien, Marinette!

Tikki le sonreía con confianza, y Marinette suspiró y tuvo que aunar fuerzas para caminar mecánicamente hasta el instituto.

—Todo irá bien... Todo irá bien... Todo irá... ¡AAAH! —Su monólogo externo se interrumpió cuando chocó de frente con Alya, que se giró a ella al oírla—. ¡Alya, eres tú!

Alya la miró con severidad. La observó detenidamente, girando a su alrededor como escaneándola. Al cabo de unos segundos, asintió conforme.

—¿Eres la verdadera Marinette? —preguntó con suspicacia, cruzándose de brazos.

—¡Sí! ¡Lo juro! Soy la de verdad, ¡la de verdad! —Marinette se señaló a sí misma con ambas manos, y luego se palmeó las mejillas para enseñarle lo real que era. Alya no pudo evitar partirse de risa enseguida, rompiendo su gesto serio.

—Esta sí que parece de verdad mi Marinette —dijo, sonriendo bromista.

—¡Alya! —Marinette se lanzó a darle un abrazo que necesitaba con urgencia—. ¡Creí que no volverías a hablar conmigo jamás! ¡No contestaste al móvil en toda la tarde!

—Lo dejé apagado hasta esta mañana... Perdona.

Marinette sabía que eso solo podía deberse a lo mal que la impostora había hecho sentir a Alya. La miró muy apenada, pero Alya le sonrió de nuevo.

—Debí hacer algo más para ayudar... Creo que el poder de esa villana era demasiado fuerte...

—¡No te disculpes, Alya! Debí tener más cuidado... No me puedo creer que casi pierda a mi mejor amiga...

—¡De eso nada! Somos las mejores amigas, ¿no? —Alya le dio palmaditas en la cabeza para consolarla, haciendo reír un poco a la chica—. ¿Estás bien, Marinette? ¿Qué es lo que ocurrió exactamente?

—Lo cierto es que no estoy segura, pero parece que una chica akumatizada pretendía plagar la ciudad de odio siendo despiadada con todo el que se cruzara..., o algo así —dijo Marinette, explicando la versión resumida de todo lo que le había dicho Tikki.

—¿Y por qué reemplazarte a ti? ¿No habría sido más fácil usar a Ladybug? —Las palabras de Alya hicieron que a Marinette casi le diera un tic en el ojo.

—¡Eso digo yo! —Rió un poco, alzando ambas manos en el aire. Pero se paró a pensar en ello, y Alya tenía razón. ¿Por qué querría el akuma usarla a ella en concreto en lugar de a Ladybug, y así quitarle el Myleulous? ¿Era porque Marinette resultaba un blanco más fácil?

—A lo mejor tu doble malvada tenía algo en contra de ti, Marinette. ¿Quién era? —preguntó Alya.

—No lo sé, no llegué a verla —dijo, aunque la verdad era que, si la había visto, no lo recordaba—. Alya..., ¿qué te dijo la impostora? —Marinette no estaba segura de querer saberlo, pero debía preguntarle a su amiga.

🐞 MLB: La venganza de VolpinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora