Contra reloj

226 25 0
                                    


Su aroma paso de largo cuando cruzo el vestíbulo, no me hablo y eso fue lo que más me derrumbaba. Tenía tantas preguntar rondando en mi mente y tantas intrigas que por un momento creí que mi cabeza estallaría de dolor y agonía.

-¿Todo bien?- pregunta serenamente aquella voz que comenzaba a detestar, por su culpa tenía problemas con Ji.

-No, nada bien.- respondo molesta tomando la charola con botana para los invitados. En mi familia siempre se organizaba un pre- fiesta antes de la ceremonia mayor. El tic tac del reloj me golpea con fuerza en la cara.

Solo tenía día y medio para decirle a Ji todo, pero él me impedía acercarme y ahora con Seungri jodiendo todo me era más difícil.

-Aún tenemos una charla pendiente, Madison.- una sonrisa burlona aparece en sus labios. Me muerdo la lengua para evitar gritarle y decirle hasta de lo que se iba a morir y que se arrepentiría de la trampa que me había puesto. Lo odiaba, si creí amarlo ahora estaba segura que nunca le ame, siempre fue el sexo el que nos mantuvo unidos.

-No tenemos nada pendiente, Seungri.- dije sin girarme a enfrentarlo, di unos cuantos pasos y su mano se apodero de mi codo izquierdo. Primero observe su mano y después le vi a los ojos.

-Suéltame.- los dientes comenzaban a doler por la fuerza en la que mantenía la mandíbula presionada.

-Madison.- niega sonriendo.- ¿Acaso quieres que todos se enteren de la clase de hombre que es Ji?- el terror inunda mi cara. ¿Estaba hablando enserio? Hablar de Ji cuando toda la familia y amigos están reunidos hoy en un día especial para mi hermana y mi cuñado.

-Seungri.- murmuro.- Ten cuidado con lo que hablar, no quiero que mi madre o alguien más escuche esta conversación.

-¿A que le temes Madison?- pregunta serenamente observándome a detalle.

¿A qué le temía? A que todos supieran mi mentira, que Ji me odiara por revelar su verdad. Y eso era lo que más me dolía.

-Y si yo le digo a mi familia que me has tenido secuestrada en un departamento donde me citaste para tenderme una trampa. Te acuestas con Kenia desde hace tiempo. ¿Acaso creíste que no vi quien era la mujer con la que te revolcabas? Ah y todavía que le hiciste creer a Ji que tú y yo pasamos la noche juntos y a causa de ello...- me callo, la siguiente era la más dolorosa. La que no quería recordar y la que mi cerebro se obsesionaba con recordármela.

Ji se había acostado con varias mujeres por despecho, porque estaba en su derecho.

-Oh Madison, yo soy hombre y es normal que los hombres hagan ese tipo de cosas. En cambio una mujer como tu intachable y querida por toda la familia sería una desgracia que se enteraran lo bajo que has caído. ¿Contratar a un prostituto?- se ríe con fuerza y el corazón comienza a hacerse añicos en mi interior.

-Eres un bastardo.- las lágrimas comienzan a crearse en mis ojos, y yo hago el mayor esfuerzo por retenerla. No quería que viera como me destruía, no le daría ese placer.

-¿Entonces que eres tu Madison? Una puta barata que necesita comprar amor porque no sabe fabricar el suyo.- no lo vi venir, solo lo veo tirado en el suelo de la cocina le sangra la nariz y Ji aún tiene la mano derecha empuñada, sus nudillos están rojos y manchados de sangre.

-Espero y te quede claro quién es el puto barato.- susurra Ji molesto, sus ojos están rojos por la adrenalina. En sus brazos a pesar de ser delgados comienzan a marcarse las venas.- Vámonos de aquí.- quita la bandeja de bocados de mi agarre, no me había dado cuenta con la fuerza con la que sostenía aquella charola que al finar terminaron doliendo mis dedos.

Novio de Mentiras.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora