Kuroko Tetsuya [8]

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Él no podía entender cuan afortunado podía ser. Qué alguien se fijara en él era raro, pero el hecho de que siempre lo tuviera en mente lo hacía aún más raro y la vez fabuloso. Y Kuroko Tetsuya no podía entender como una chica tan magnífica como tú se había fijado en él y ahora no sólo se acordaba constantemente de él, si no que ahora estaban juntos, y hasta cuando, eso sólo el tiempo lo diría.

Ese día harían una pequeña fiesta de despedida para Kiyoshi, quien se iría al extranjero para así poder sanar su rodilla por completo. A pesar de que Kuroko no lo demostrara él estaba ansioso por verte. Esa semana en particular había sido bastante agitada, entre los trabajos de la escuela y el entrenamiento no habían tenido mucho tiempo para estar juntos, por lo que esperaba que en la fiesta pudieran verse por más tiempo de lo que hicieron durante la semana.

—Tetsuya, Tetsuya— la madre del chico trataba de llamar la atención de su hijo.

— ¿Qué pasa? — dijo mirando a su madre.

— ¿En que piensas? — Lo miró a los ojos— esta semana has estado distraído.

—En nada— desvió la mirada. Esto lo hacía cada vez que pensaba en ti— esta semana nos dieron muchas cosas, por eso.

— (T/N)-chan verdad— sonrió— estabas pensando en (T/N)-chan.

—Si— asumió el chico— esta semana no nos hemos visto demasiado.

—Lo sé— rio— ya la podrás ver con normalidad, ahora vete a la escuela o llegaras tarde.

Kuroko se dio cuenta de la hora y de manera rápida tomó sus cosas, se despidió de su madre y su abuela y partió rumbo a Seirin, donde por fin ese día podría verte con tranquilidad y sin apuros.

Pero no fue así, ustedes apenas si pudieron cruzar palabra durante los recesos ya que la entrenadora prácticamente te secuestraba para poder ver cosas acerca de la decoración que pondrían en la fiesta de despedida.

El entrenamiento de básquet de ese día había sido suspendido para así poder organizar la fiesta de manera tranquila. Y sería en el único lugar en donde todos cabían, el departamento de Kagami.

—Qué alivio que esta semana no tenemos que hacer muchas cosas— le dijiste al chico mientras caminaban rumbo a la casa de Kagami.

—Sí, eso es bueno— dijo el chico con el cielo en los ojos tomándote la mano. Desde hace días que no lo podían hacer con soltura, por lo que ese tacto era ansiado por ambas parte por igual.

—Los otros días fueron horribles— comentaste— casi no pude verte.

—Lo sé, casi no pudimos ni estar juntos— suspiro— te extrañe.

—Y yo a ti— le besaste la mejilla y siguieron su camino en silencio. Ya no hacía falta el tener que hablar mientras se pudieran sentir, mientras supieran que el otro estaba a su lado. La simple presencia del otro hacía que se sintieran completos.

Kuroko se sentía como si nada mas le faltara, como si nada mas le importara que el solo hecho de sentir tu calor, aunque sea con el mero contacto de sus frías manos con las tuyas, cálidas en contraste con las del chico.

Cuando llegaron al departamento de Kagami trataron de ordenar todo lo más rápido posible con tal de que estuviera listo para la llegada de la lisiada...digo Kiyoshi y con lo infantil que era, todos sabían de antemano que él querría llegar antes.

—Kuroko-kun, Kuroko-kun— la entrenadora estaba tratando de llamar la atención del chico de ojos celestes. Él no podía despegar la vista de ti— Kuroko-kun— le dio un fuerte golpe en la cabeza.

—Eso duele entrenadora— se sobó la cabeza— ¿por qué me pega?

—Porqué te estoy llamando hace rato— exclamo— dame esas tijeras.

Kuroko le paso las tijeras a la entrenadora y volvió a mantener su mirada pegada a ti. Observando cada gesto tuyo, cada detalle, los buenos y los malos, cada una de esas cosas que hacían que él se enamorara cada vez un poco más.

Estabas pegando una decoración con ayuda de una pequeña escalerilla que Kagami tenía. A decir verdad no era un escalerilla en muy buen estado, pero aún así te hiciste la valiente y te subiste a ella, tratando a como dé lugar de mantener el equilibrio.

— (T/N)-chan...—la voz de Kuroko te sobresalto de tal modo que terminaste por perder el equilibrio. Si no fuera por el chico habrías besado el suelo.

—Tetsuya, me asustaste— dijiste aliviada de verte en los brazos del chico.

—Lo siento—te apego un poco más a él— ¿estás bien?

—Lo estoy gracias a ti— le diste un beso en la mejilla— y bien, ¿qué querías?

— ¿Podrías venir un momento? — te tomo de la mano y sin esperar tu respuesta te guio hasta la terraza del departamento del pelirrojo.

— ¿Qué pasa? — inclinaste la cabeza hacia un lado.

En realidad Kuroko no quería decirte nada en especial, él solo quería estar contigo sin que nadie los interrumpiera.

El chico con el cielo en los ojos te abrazo y comenzó a besarte por toda la cara, sin importar que los demás chicos los vieran. Había aguantado casi una semana completa sin ti, ya no podía aguantar un segundo más. Te necesitaba más que a los batidos de vainilla y el básquet juntos (más que nada los batidos). El chico siguió con sus besos hasta que llego a tus labios. Los beso con dulzura, disfrutando de su sabor, el cual para Kuroko era mejor que mil batidos de vainilla.

—Te amo (T/N)-chan— susurro contra tus labios.

—Y yo a ti— le sonreíste y le diste un fugaz beso.

Cuando terminaron aquel tierno ritual los chicos del equipo de básquet, menos Kagami, miraban al chico con cierta envidia, después de todo, ellos aún no tenían la suerte de encontrar a la persona perfecta para ellos como lo eras tú para Kuroko.

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adivinen quien tiene amigdalitis y esta medio muerta escribiendo esto ;-;

siento la demora, la escuela, ya saben

de todos modos ojala les guste esto que salio de la mente de alguien con fiebre ;-;

Kuroko no basuke x readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora