Takao Kazunari [9]

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Tu padre se había dado cuenta de que Takao, tu ahora prometido, tenía una buena voz. Quizá no para ser cantante de ópera ni nada por el estilo, pero sí serviría para algo más moderno, pop o rock quizá. 

Y tú estabas completamente de acuerdo con ésto. De vez en cuando Kazunari te cantaba canciones, y no sólo a ti, también al bebé que venía en camino. Así es, iban a tener un bebé.

-Vamos, canta sólo una más- le rogaste.

-Está bien- te sonrió y te dió un beso- la última y nos vamos a dormir.

-Está bien- te sentaste en la cama y esperaste a que te empezara a cantar.

Simplemente tu voz te encantaba, adorabas el escucharlo. 


-Listo, ahora a dormir- dijo una vez terminó- recuerda que mañana grabaré mi primera canción.

-Lo sé- lo abrazaste- es increíble que lo vayas a hacer.

-Si- te tomó en brazos y te dejó en la cama- todo gracias a que tu padre me ayudó a contactar con una productora.

-Pero también fue gracias a tu voz, si no fuera tan grandiosa como es no te habrían dejado  trabajando.

-Lo sé- se acostó a tu lado y te abrazó. Pudiste sentir esa calidez típica en él, esa calidez que cada vez que estabas entre sus brazos te hacía sentir en casa, protegida de todo mal. Él tocó tu vientre de manera suave. Como si estuviera tocando el tesoro más precioso del mundo y más delicado. Quizá porque eso era para él el bebé que venía en camino.- ya quiero que el bebé nazca.

-Y yo igual, no es fácil andar por la vida con un vientre de casi seis meses- le besaste la barbilla. El chico simplemente amaba ese gesto tuyo. Lo amaba tanto que te dió un beso bastante profundo pero dulce.

- Te amo, simplemente te amo- susurró- más que a nada en este mundo, más que a nada en este universo.

-Y yo te amo a ti-lo abrazaste escondiendote en su pecho, teniendo así fácil acceso para escuchar los latidos de su corazón.

El día en que Takao grabó su primera canción estaba hecho un manojo de nervios. Se alteraba por todo. Tuviste que sacarlo del estudio y regañarlo para que él pudiera calmarse. Además de uno que otro beso que le diste. 

Una vez el chico se calmó todo salió bien. La canción quedó perfectamente grabada y pronto la lanzarían. La ocuparían como el tema principal de un película de un director quizá no muy conocido. Pero bueno, por algo se empieza, ¿no?

Pero el chico nunca estuvo tan nervioso como en el día de la boda. Y en ese momento tú no podrías estar a su lado para poder calmarlo. 

Tú debías ocuparte de tus propios problemas como la ansiedad, los antojos que te daban a cada rato y que el vestido, en ese momento te quedaba muy ajustado en la parte del vientre.

-(T/N) quédate quieta y deja de comer o no te podré ayudar con el vestido- dijo tu madre mientras estaba detrás de tí tratando de arreglar aquel problema. Tú, bueno, tú sólo te estabas atragantando con un pedazo de pastel de chocolate.

-Lo siento, lo siento- trataste de quedarte quieta. Pero otro problema surgió, te dieron ganas de ir al baño- mamá, se que me vas a matar, pero déjame ir al baño. Tu madre sólo te miró entre divertida y cansada.

-Ve de una vez y ten cuidado con el vestido y el bebé

Despavorida y tanto como tu embarazo te lo permitió saliste disparada al baño e hiciste malabares para poder orinar con aquel delicado vestido y una panza.

Kuroko no basuke x readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora