Akashi Seijuuro [9]

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Después de la boda de ustedes dos, todo había ido bien. Te habías mudado a la mansión de los Akashi, se te hacía algo difícil acostumbrarte a la vida allí. Había gente que hacía todo por ti, lavaba los platos, tu ropa y ordenaban tu cuarto. En cierto modo te aburría. 

El único momento en que podías escapar de ese aburrimiento era cuando bailabas. Nadie se atrevía a interrumpirte cuando estabas practicando. Bueno, nadie excepto Seijuuro. 

Un día en que estabas preparando tus cosas para poder ir a practicar Akashi te abrazó por la espalda, poniendo sus manos en tu vientre.

-No vayas a practicar hoy- dijo apoyándose en tu cuello- tengo el día libre, pasemoslo juntos.

-Tengo que practicar Sei- lo miraste de reojo y le besaste la mejilla- no tardaré mucho.

-Está bien- suspiró. En ese momento se dio cuenta de un pequeño detalle- tu vientre, está abultado.

Ni el emperador se salvaba de joderla. Decirle eso a una mujer era como cavar su propia tumba.

-¿Me...acabas de decir gorda?- te separaste de él y lo miraste. Con el tiempo habías aprendido que hasta Akashi se sentía intimidado si lo mirabas de cierta forma.

-No, no dije eso- dijo tratando de pensar en una manera de no cagarla más- quizá sólo tienes mucha ropa puesta.

-Sei, tengo puesta una polera muy delgada, nada más- lo miraste- sabes que, iré a la casa de Reo y senpai, nos vemos a la tarde.

-Espera, lo siento, no era mi intención decirte gorda- eras la única persona en el mundo que podía ver y escuchar al emperador arrepentirse de algo que dijo o hizo- es más, no estás gorda, estas perfecta.

-Di lo que quieras Akashi Seijuuro, pero yo iré a casa de Reo- tomaste tus cosas- y para que te entretengas, busca lo que significa la frase te voy a cortar el agua, me lo dijo una compañera de practicas, es extranjera.

Akashi no pudo hacer nada para que te fueras, y como tenía mucha gente a su servicio mando a que buscaran el significado de aquella frase tan extraña para él. Por mientras se las ingeniaría alguna manera de pedirte disculpas, quizá alguna cena, un regalo o un viaje corto a alguna parte alejada de la ciudad.

En realidad no estabas enojada con él, te gustaba verlo pedir perdón e incluso suplicarlo. Esto demostraba que ciertas actitudes de él se habían traspasado a ti, no era tan malo como sonaba. Aunque si tenías que asumir que tu vientre estaba bastante abultado y no recordabas haber comido nada que provocara que tu estómago se inflamara. Quizá era sólo algo pasajero.

De camino a la casa de Reo y aquel que fue tu senpai hace años, que por cierto ya estaban casados y habían adoptado una muy linda niña, se te antojaron varias cosas, así que pasaste a una tienda y compraste varios dulces, unos para ti y otros para la niña. Antes de llegar a la casa te comiste la mitad, pero no importaba, aunque la mitad se había ido aún quedaban muchos.

-(T/N)- chan, vamos pasa- dijo Reo con la niña en brazos. La niña tenía raíces africanas, la habían adoptado en aquel continente, su piel era oscura, su cabello era largo y esponjoso, pero lo que más resaltaba en ella eran sus ojos. Eran dorados. 

-Los vengo a visitar- dijiste entrando y ofreciéndole un dulce a la niña, ella aceptó de inmediato.

-Que bueno, hace mucho que no te veíamos- dijo Reo sentándose en el sofá y dejando a la niña en el sueño para que jugara.

-Lo sé, lo siento- rió- vendré más seguido.

-Te cobraré la palabra- dijo mirando a su niña-por cierto Zuri ya está empezando a hablar.

-¿En serio?- sonreíste mientras tomabas a la niña- eso es muy bueno, la pequeña niña bonita ya está creciendo.

- Lo sé, sé que aún es pequeña pero se me aprieta el pecho de solo pensar en que un día ella querrá salir al mundo, quizá quiera conocer sus raíces y yo no soy nadie para detenerla- Reo se había emocionado- nunca pensé que ser padre se sentiría como esto.

- Yo aún ni me lo imagino- reíste mientras sacabas más dulces de la bolsa- ni siquiera sé si Sei quiere ser padre.

- Yo creo que si tu eres la madre de sus hijos, él estará encantado de ser padre- te miró fijamente, algo extrañado.

-Hablando de Sei, hoy antes de venir aquí me dijo gorda- te metiste unos dulces a la boca- no con esas palabras pero era lo que quería decir, sólo me tocó el vientre y me dijo que lo tenía abultado.

-Bueno, quizá tenga razón- dijo Reo- tu cara está mas redonda, puede que hayas subido un poco de peso, dime ¿ has estado comiendo demás?

-Bueno no tanto, así como mucho no- mentiras, en la noche te levantabas y te devorabas la cocina. Dicen que el que come callado come dos veces.

- o sea, comes más de lo normal para ti, tienes la cara más redonda y Sei dice que tienes abultado el vientre- te miró-¿ eso no te da un indicio de algo?

-¿Qué soy una cerda por comer a media noche?- lo miraste.

-Eres lenta para algunas cosas- suspiró, botando las ganas de golpearte con una pantufla- ¿y si estás embarazada?

-No, no creo- dijiste de inmediato. Era una posibilidad, pero no querías pensar en ella.

Pero Reo era testarudo, tomó las cosas de la niña, te obligó a pararte del sofá y fueron a la tienda más cercana donde compraron varias pruebas de embarazo. Lo creías innecesario pero no había nada que parara a Reo en ese instante. 

El de cabello negro te dio litros de agua para que así te dieran ganas de orinar y pudieran hacer las pruebas. 

Al final de aquella tarde la mayoría había dado positivo.

-Bien, felicidades- dijo abrazándote- para la próxima confía en los instintos de Reo.

-¿Y si a Sei no le gusta la idea?- dijiste sumamente nerviosa.

-Recuerda lo que te dije en la tarde, mientras que el bebé sea de ustedes dos, a Sei le encantará ser padre.

-Confiaré en tus instintos- le sonreíste. Afuera de la casa se estacionó un auto que tocó la bocina.

-Llegaron por ti- dijo Reo riendo- Sei vino a buscarte.

-Gracias por todo Reo- tomaste tus cosas, le diste un beso en la mejilla a Zuri, abrazaste al chico y saliste. 

Akashi te estaba esperando en la puerta, estaba vestido elegantemente, el verlo así simplemente te encantaba. 

Para recibirte no te dijo nada, pero te dio beso, luego te metió al auto y te encerró, allí había un vestido rojo, ni muy largo ni muy corto además de zapatos a juego. Era obvio lo que él quería, así que te cambiaste rápidamente, una vez estuviste lista, el pelirrojo se subió al auto.

- ¿Esta es tu forma de pedirme disculpas?- le tomaste la mano.

-Si- te dio un beso en las manos- esta es mi forma de disculparme con la mujer más hermosa del mundo.

-¿Soy la mujer más hermosa del mundo y que más?- adorabas que te dijera esas cosas.

- La mas hermosa del mundo y eres sólo mía- te miró fijamente.

-Soy la más hermosa del mundo, tu esposa y la madre de tu hijo, así que tendrás que compartirme- dijiste atenta a su reacción. 

Su reacción fue gloriosa, quedó con la boca abierta y los ojos bien abiertos. Estaba atónito. Con una expresión que nunca antes lo habías visto hacer.

-¿Estas...embarazada?- dijo sin despegar la vista de ti.

-Sorpresa- dijiste riendo mientras le dabas un beso- vamos a ser padres.

Akashi de inmediato te abrazó, estaba emocionado. Tiempo atrás, se prometió a si mismo que sería mejor padre de lo que Masaomi fue con él. Pasaría tiempo con el niño, lo dejaría jugar, lo dejaría ser libre. 


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holis, quien diria que la universidad es una hija de puta que se alimenta de tu vida ;-; pero rescaté un tiempito para escribir, ojalá les guste




Kuroko no basuke x readerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora