▫️3▫️

63 6 0
                                    

El vestíbulo quedó en completo silencio

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


El vestíbulo quedó en completo silencio. ___ volteó a ver a cada uno de los presentes con una mirada llena de confusión y miedo, no estaba entendiendo nada, quiénes eran ellos y en dónde estaba el señor Karl?

La joven albina estaba a punto de dar unos pasos hacia atrás dispuesta a huir pero una voz monótona la hizo sobresaltarse y mirar hacia la persona que le habló.

— ¡Hey tú! Hasta cuándo te quedarás parada como idiota? — gruñó el chico de cabellera rojiza a un lado de Yui.

— Ayato~ no le hables así a nuestra nueva compañera — le contestó otro chico, este traía el cabello de un color marrón rojizo y un sombrero encima de él.

— Tú no te metas — le contesta enojado el mismo chico del inicio.

— Callense los dos, estamos enfrente de una invitada, comportense de una vez. — habló un tercer joven de cabellos grisáceos y con anteojos.

— Yo... No estoy entendiendo nada.. — murmura ___ llamando la atención de todos los que estaban ahí a excepción del rubio, este parecía darle igual lo que sucediera ahí. — ¿Quiénes son ustedes? ¿Por qué no está aquí el señor Karl..? —

Y así como dijo ese nombre el rostro de todos los varones se oscureció mientras que en unos cuantos se les formó una cara molesta y de repugnancia hacia ese nombre en particular.

— Mira mocosa, mientras vivas en esta casa tienes prohibido mencionar el nombre de ese hombre, entendiste? — finalmente habló el hermano mayor levantándose de donde estaba para verla fijamente.

— No lo entiendo, acaso no es su padre? Cómo por qué no..— su frase quedó a medias al ser aventada bruscamente al suelo y un quejido salió de su boca seguido que sintió como unas manos apretaban su cuello con fuerza, queriendo quitarle la respiración.

— Cállate! Maldita maldita — gritaba el dueño de esas manos mientras apretaba su agarre cada vez más — Eres una estúpida! Quién te crees que eres para decir eso, ah?! — repetía con furia en su voz. ___ sentía que en cualquier momento perdería el conocimiento pero aún así intentó apartar sus manos de su cuello.

— B-basta! Kanato, déjala por favor! — gritó Yui en modo de suplica comenzando a moverse hacia la joven que era asfixiada por el pelimorado, pero una mano en su muñeca la detuvo.

— No interfieras en esto, Yui — le dijo Ayato manteniéndola a su lado.

— Kanato basta, la vas a matar — mencionó el peli-gris viéndolo con advertencia.

— ¡Tú no me dices qué hacer! — gritó histérico Kanato sin apartarse de la joven.

— Te dijeron que la sueltes, idiota! — un albino hizo presencia para separar al pelimorado de la chica que al ser liberada dió grandes bocanadas de aire e incorporándose rápidamente del suelo tocando su cuello, tosiendo de vez en cuando.

— Es suficiente — levantándose, Reiji miró a todos sus hermanos seriamente. — Todos, retirense de aquí, Subaru y Yui, ustedes se quedan — al oír eso comenzaron a levantarse abandonando la habitación dejando a ___, Yui, Subaru y Shuu.

Reiji suspiró pesadamente y le hizo un ademán a la rubia de que ayudara a la albina y ella haciéndole caso inmediatamente fue hacia ella para revisarla. Por otro lado Reiji se dirigió hacia su hermano menor quien lo veía de manera molesta.

— Lleva sus cosas a la habitación que está a lado de la tuya. — el albino rápidamente lo vio furioso y no tardó en expresar su molestia por ello.

— Por qué exactamente a lado de mí? Hay más habitaciones, o acaso me vas a poner como su niñero?! — reclama acercándose más a él, Reiji ni siquiera se inmutó por su movimiento.

— Tú mismo lo viste, Kanato querrá asesinarla — menciona viendo a la chica que estaba sentada en el suelo intentando recuperarse de aquel ataque. — Ya lo escuchaste hace un rato, no podemos matarla y si llegáramos a desafiarlo podría ser capaz de cualquier cosa. Parece ser que esta niña es importante, hasta que no descubra el porqué es importante no pueden matarla, entiendes? — terminó viéndolo a lo cual el albino apretó los puños pero no dijo nada y solo de dió la vuelta tomando las pertenencias de la joven.

— Hey, agarrala y sígueme — Subaru dijo dirigiéndose a Yui y esta asintiendo para tomar con cuidado a ___ para ayudarla a caminar hacia las escaleras siguiendo al varon de puntas rosadas.

— Hasta cuando te harás cargo de los problemas que hay en esta casa... Shuu? — preguntó Reiji una vez que los tres se fueron. El rubio que estaba acostado cerró los ojos y con voz aburrida le contestó.

— No tengo ningún interés en ustedes y sus problemas me importan en lo más mínimo —

— Eres un maldito estorbo, alguien inútil — dicho esto se fue a investigar dejando a su hermano mayor solo en el vestíbulo.

— Aunque hiciera algo... Lo que se aproxima no podría evitarlo ni Dios — una sonrisa se instaló en sus labios dispuesto a dormir.

▫️▫️▫️

— Esta será tu habitación, si necesitas algo puedes ir a mi habitación que está del otro lado del pasillo — dice Yui dejándola con cuidado en la cama recibiendo un agradecimiento por parte de ___.

— ¿Puedo preguntarte algo..? — su tono de voz era bajo, como si temiera que su respuesta sea negativa pero fue todo lo contrario, la rubia asintió, por lo que la albina tomó un poco de aire para soltar su pregunta. — ¿Corro peligro estando aquí? ¿Ellos me matarán? — La rubia la mira en silencio sin saber qué responder ante sus preguntas. Ella no podía darle una respuesta certera, ni siquiera ella podría asegurar de que ella vivirá.

— Déjala descansar, necesitará reponer fuerzas para lo que se viene — interrumpe Subaru asustando a ambas. Yui asiente y mira por última vez a ___ para darle una sonrisa triste, marchandose rápidamente. Subaru al dirigirse a la salida es detenido por ___ quien lo llama.

— Gracias... Por ayudarme con aquel chico — su agradecimiento suena sincero haciendo que Subaru se sienta extraño por ello. — ¿Puedo saber tu nombre? — pregunta esperando que el volteara y se lo dijera pero en vez de eso el reanuda su caminata hacia la salida, abre la puerta y antes de salir se gira a verla de reojo.

— Subaru — antes de que ___ pueda decirle algo este ya había abandonado la habitación dejándola sola. ___ suspira y se acuesta en la cama viendo hacia el techo.

— Muchas gracias... Subaru.

Miles de cosas invadieron su cabeza, los recuerdos de hace un rato rondaban por su mente. Al estar debajo de aquel chico, al sentir sus manos al rededor de su cuello, un miedo espantoso la envolvió, haciéndola desesperarse... Por un instante creyó que moriría de no ser por Subaru que lo alejó de su persona. Su fuerza era descomunal, al igual que sus miradas, eran muy atemorizantes, y su piel... Muy pálida y fría, eso no era normal en un ser humano.

Poco a poco sus ojos fueron cediendo hasta caer en un sueño profundo, siendo la mirada escarlata del albino su último pensamiento antes de quedarse dormida.

Fue Bueno Mientras Duró       |Diabolik Lovers|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora