4. Arcuri de Piatra.

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Así fue. Cuatro hombres estaban en círculo y nos daban la espalda, dos de ellos parecían muy pequeños de edad.

—¡Ram, hermano! —gritó Fane con una sonrisa.

Ram, se volteó hacía Fane y le sonrió de vuelta.

—¡Fane! ¿Qué tal? —Fane me tomó del brazo entrelazándolos. Nos acercamos poco a poco. Cuando estuvimos enfrente de él, Fane y Ram se dieron un abrazo acompañado de unas palmaditas en la espalda.

—Todo bien, hermano —dijo Fane apartándose. Me limpié la garganta y me moví incómoda en mí mismo lugar. Ram me miró y me sonrió.

—¡Hey! ¿Cassandra? —valla... Hace mucho que no me llamaban de esa manera. Ram me miró de pies a cabeza tratando de reconocerme.

—Nicolett, Ram —le tendí mi mano— Llámame Nicolett.

Ram miró a Fane y él asintió—. Mi señora —hizo una referencia.

Negué y lo tomé por los hombros—. No, no hagas eso.

—¿Cassandra? —. Escuche esa familiar voz a mis espaldas. Giré sobre mis talones y lo vi.

Apreté mis labios, las lágrimas querían salir. Él abrió sus fuertes y ahora más marcados brazos hacía mí. Corrí a él y me refugié en sus brazos.

—¡Frederic! ¡Estás bien...! —él acariciaba mi cabello y me daba besos.

—Cassandra... No te reconocí. Éstas... Cambiada... —me miró determinadamente.

Llevaba puesta una camisa blanca con un pantalón y unas botas negras que llegaban arriba de mis rodillas. Mi cabello estaba agarrado en una coleta alta y bien hecha.

—Es porque ella no es Cassandra, ¿Recuerdas Frederic? —Ram se dirigió a Frederic. Él asintió y la sonrisa que había desaparecido por el comentario de Ram; volvió a aparecer unos instantes después—. Es hora. Tenemos que partir.

Frederic había desaparecido hace unas semanas, Megan, mi prima, decía que Frederic había ido al bosque pues un libro extraño hablaba del bosque que está a las afueras de Clearbrok, justo en el que vi las sombras. Tal parece que mi prima leyó el mismo libro y los dos terminaron en este lugar.

Íbamos caminando siguiéndole el paso a Ram. Yo iba detrás de Fane, y esto no impedía que nuestras manos estuvieran entrelazadas.

Páramos de caminar cuando Ram y Frederic percibieron un movimiento en el área. Fane estaba adelante de mi de una forma protectora mientras yo me aferraba a su brazo derecho.

Nadie se movía o siquiera hacia un ruido. Se escuchó como alguien o algo pasaba entre los arbustos.

Fane tenía un cinturón donde estaba su gran espada.

Sacó la gran arma mientras los demás «Ram, Frederic y los otros dos» tenían unos ojos brillosos y empezaban a parecerse a los de un perro.

De los arbustos salieron dos lobos blancos, detrás de estos, venían dos personas altas, tenían largas vestiduras y uno de ellos tenía un bastón de su tamaño, en lo alto se mantenía brillando una hermosa luz amarilla.

Fane guardó su arma. Ahora el ambiente ya no era tenso. Pero yo aún estaba agarrada de Fane.

Ellos hicieron una reverencia—. Su majestad, ¿Qué la trae por aquí? —. Lo miré con los ojos bien abiertos. Fane me dio un leve codazo. Lo miré y él hizo un ademán para que le contestara.

Salí de mi escondite y me acerqué a ellos—. Estamos buscando a los ogros que han raptado a mi gente ¿Acaso ustedes saben algo? —. Se miraban entre ellos. Hasta yo estaba sorprendida. Sin desear esas palabras habían salido de mí.

Monstenitori©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora