12 minutos

609 56 17
                                    

Me acosté y  me costaba respirar, sentí que todo el peso del mundo cayó sobre mi, supongo que será que estoy cayendo en la cuenta de lo que va a pasar. No puedo soportarlo, simplemente no puedo. Ya no lo soportaba mas, estaba a punto de explotar cuando siento que se abre la puerta de la habitación y siento que alguien entra y se acuesta al lado mio. Era Lara, yo giré y ella solo me dio un beso en la mejilla, se recostó en mi pecho y me abrazó. Sentía como sus lágrimas recorrían su rostro y llegaban hasta mi piel, estaba tan triste como yo, pero no me decía nada, sé muy bien que no quiere hacerme sentir mal y en ese momento me di cuenta de que este dolor no es solo mío, mi familia y mis amigos también están sufriendo y eso me partió aún mas el corazón...

Lara:- Te extrañaba mucho Mica

Mica: (Secándole las lágrimas) - Y yo a vos chiquita. No estés mal por favor

Lara:- No puedo evitarlo perdón, verte así me hace muy mal, no te mereces nada de esto, sos una de las personas mas buenas que conozco y realmente es muy injusto

Mica:- Yo tampoco puedo creerlo, estoy destruida

Lara:- Lo sé hermana. Pero no sos la única. Gonzalo y Pablo también están sufriendo. Nunca lo ví a Gonzalo así de mal, no seas injusta con ellos

Mica:- Tenes razón, tal vez fui muy injusta al decirle que esto es su culpa, no sabía lo que estaba haciendo, no sé por qué lo dije pero no lo siento así realmente. Ni ellos ni nadie tienen la culpa

Lara:- Y con Paio qué vas a hacer? 

Mica:- Lo amo, pero en este momento no quiero nada, quiero estar sola y poder salir de esto

Lara:- Él te ama

Mica:- Lo sé, pero ahora no quiero pensar en nada 

Lara:- Está bien, sabes que te apoyo en todo lo que decidas 

Mica:- Gracias hermanita

Lara:- No quiero insistir ni ser pesada, pero los chicos están tan mal como vos, deberías hablar con ellos, no es lo mismo que les cuente yo a que salga de tu boca

Mica:- Otra vez tenes razón. Sabes que odio que tengas razón no?

Lara:- Si lo sé. Los llamo?

Mica:- Si, decíles que vengan

Lara se levantó y salió de la habitación, yo me senté en la cama tipo chinito y estuve acariciando mi panza unos segundos hasta que los chicos abrieron la puerta. Cuando los vi sentí como un nudo en la garganta, Gonzalo estaba todo colorado por tanto llorar al igual que Paio, aunque a él lo que se le pone colorada es la nariz cuando llora.

Paio:- Hola bonita, podemos entrar?

Mica:-Si. Pasen 

Gonza: (Tratando de contener las lágrimas se sentó al lado de Mica en la cama al igual que Paio) -Puedo tocar la panza?

Mica: (Mordiéndose los labios para evitar llorar) - Obvio que si, pero despacito porque le podes hacer mal

Gonza: (Sin poder contener las lágrimas, le da un beso a la panza y apoya su rostro en ella) - Te amo bebito, perdón por no poder cuidarte. Sos lo que mas amo en este mundo y me hiciste muy feliz todos estos meses. Siempre vas a ser mi chiquito

Al escuchar lo que Gonza le decía a Teo no pude evitar ponerme a llorar. Todo es tan injusto, pero me di cuenta de que este dolor no es solo mio, podía sentir como el corazón de Gonzalo estaba tan roto como el mio. En definitiva él es el papá, este bebé también es suyo y fui muy injusta. Cuando lo mire a Paio para poder tranquilizarme también estaba llorando, al darse cuenta que lo estaba mirando, se secó las lágrimas y me agarró la mano 

Amor Secreto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora