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Disclaimer: Los personajes de Naruto pertenecen al gran Masashi Kishimoto-San, la historia descrita a continuación es producto de mi loca imaginación. Un día me dio por escribirla, y aquí está, "Entre el amor y la venganza".

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Hola meus amores, siento mucho haberme ido así, no han sido días muy buenos. Hoy me dediqué de lleno a subirles capítulo, sé que me merezco la peor regañina del mundo, pero saben que no los abandonaré, aunque me tarde, de que tendrán final, lo tendrán. Este es el desenlace de la historia, estamos a casi nada de acabar. Espero fervientemente que les guste este capítulo. Pido disculpas si hay algún error, no me he parado a revisar xD

Disfruten de la lectura.

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Luego de dejar a Keiko en aquel muelle abandonado. Pasó por una bodega que usaba como guarida en la que se bañó y cambió sus ropas de trabajo por la que tenía cuando salió de casa de Kakashi.

Su mano estaba un poco enrojecida, la próxima vez debía ser más cuidadosa, ya vería qué excusa le inventaba al plateado. Sería realmente estúpido si la descubría antes de eliminar a Hinata.

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-Dime que es mentira por favor, dime que mi hija está bien y que solo es una broma. -Itachi bajó la cabeza, no podía mirarla a los ojos, se sentía responsable por no haber velado por la seguridad de su sobrina.

-Sabes que no jugaría con algo así. -Hinata comenzó a propinar golpes en el pecho masculino, ella había confiado en él, le había perdido que cuidara de su Keiko mientras ella no estaba. Y él le decía que había sido secuestrada por un descuido suyo.

Sintió odiarlo después de aquello.

Ocho meses de embarazo llevaba a cuestas, prófuga de la justicia, y oculta de todos para no ser encerrada. Y ahora su hija desaparecida.

Hinata no debía ser demasiado inteligente para tener en la mira a la primera sospechosa que vino a su mente, según lo que había conversado con Itachi esa mujer estaba furiosa y había quitado la careta. Al sugerir que podía ser ella, el Uchiha como en el pasado, dijo que ya la había encarado y parecía que no tenía nada que ver.

La Hyuga no era ninguna tonta, ella mejor que nadie sabía de lo que era capaz la Haruno. Si pudo engañar a Itachi tanto tiempo, que le mintiera en su implicación con el secuestro de Keiko era un juego de niños.

No dijo más, esa mujer hizo aquello con un objetivo, llamar su atención. Lo logró. Sabía cuál era su punto débil y jugó esa carta.

Intentó recomponerse, Itachi no tenía culpa de la maldad de esa mujer, al contrario, era otra víctima de sus engaños. Fue hasta él y lo abrazó con fuerza. Lloró en su hombro, como muchas veces, solo que esta vez lo hacía a modo de despedida. Tal vez luego de ese día, no volvería a verlo más. Un mal presentimiento le decía que se acercaba el fin.

Se quedaron tendidos en la cama por largo tiempo, él acunándola en sus brazos, consolando sus sollozos de dolor. La respiración del Uchiha se hizo cada vez más pausada, indicándole que se había quedado dormido. Con todo el sigilo del que le fue posible se levantó de la cama sin despertarlo. Buscó un pequeño bloc de notas en la mesita de noche junto a la cama y se dirigió hacia la sala del pequeño apartamento en el que se escondía.

En el mesón de la cocina divisó su objetivo, el celular de Itachi conectado al cargador. Por suerte no estaba apagado ni bloqueado, aprovechó de ponerlo en silencio y se dispuso a buscar en la libreta de direcciones el número de Sakura. Necesitaba comunicarse directamente con esa mujer.

Between LOVE & REVENGEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora