Capitulo 12

7.1K 477 127
                                    


Narra Ranma

Decidí dejar el secreto entre Ryoga y yo como eso, solo un secreto, luego de estar entre la espada y la pared frente a mi padre, no quise hablar de lo que en verdad pasaba entre mi amigo y yo.

-¿Por qué se fue?-pensé mirando el techo; luego de habernos acostado, creía que se quedaría conmigo, digo, no es como si no hubiéramos pasado tiempo juntos, ni que hoy no nos viéramos, el punto es que quería pasar más tiempo con él.

"Me gusta estar contigo, pero no en la casa de tu futura esposa"

¿Por qué no solo acepta que, a pesar de que Akane es mi prometida, yo lo quiero a él? sinceramente me importa poco y nada que esta sea su casa. Pronto también sería mi casa, esto puede pasarse por alto totalmente. Dejé de darle tantas vueltas a esto y me levanté.

-¿Ya te vas, Ranma?-preguntó Akane en cuanto salí de la habitación, simplemente asentí-que te vaya bien entonces-se acercó a mi rostro para luego besarme en la mejilla-por cierto, ¿desde cuándo duermes con P-chan al lado?-la miré arqueando una ceja sin entender.

-¿P-chan? Él no estaba aquí-ella asintió y señalo su cuarto.

-Está dormido en mi cama-sonrió-al parecer volvió anoche, lo vi cuando iba a llevarte algo de comer, ya que no habías cenado-así que Ryoga pasó la noche conmigo después de todo. Una pequeña sonrisa se formó en mi rostro, vi como Akane se iba, desvié mi mirada a su cuarto, esperé hasta que ella estuviera al pie de la escalera para dirigirme a su cuarto, entré esperando que nadie me hubiera visto (en especial Nabiki, si ella me ve lo pagaré caro, literalmente), inspeccioné con la mirada la habitación hasta dar con un pequeño cerdo negro dormido en la cama de mi prometida, me acerqué a Ryoga y lo tomé en brazos. Salí del cuarto y bajé las escaleras rápidamente para luego salir de la casa como una flecha.

Sentí como se removía en mis brazos mientras iba de camino a su campamento para poder echarle algo de agua caliente; desvié la mirada hacia él y le dediqué una sonrisa. No tardé mucho en llegar, rápidamente puse agua en una tetera y luego la puse a calentar.

-Así que anoche te colaste dentro de la casa-dije tomando la tetera para luego echarle su contenido a Ryoga-creí que no querías estar conmigo cuando Akane estuviera en la casa-dejé la tetera en el suelo y lo miré.

-Me arrepentí a medio camino-desvió la mirada de mi rostro-regrese aquí, dejé mis cosas y luego volví a su casa pero como P-chan-dijo haciéndome sonreír, lo tomé del mentón y le planté un pequeño beso en los labios.

-Eres realmente tierno-volví a besarlo-bien, será mejor que nos vayamos-él asintió, emprendimos camino hacia la tienda, a la cual llegamos en pocos minutos.

No tenía muchas ganas de ponerme un jodido traje, por lo que me tardé la vida entera en cambiarme dentro del probador, es más, sigo metido debatiendo si probarme el traje que Ryoga había elegido.

-¿A qué hora saldrás de ahí? No creo que la tienda esté abierta todo el día, ¿sabes?-dijo Ryoga del otro lado de la cortina-anda, apúrate, quiero verte con el traje-suspiré pesadamente y me puse el traje-¿cuánto más vas a tardar?-noté lo fastidiado que estaba por el tono de su voz.

-Deja de apurarme, no me siento cómodo con esta ropa-dije saliendo de una vez del probador.

-Te ves bien-se acercó a mí y acomodó el cuello de mi camisa-desearía ser Akane para poder estar contigo para siempre-susurró con un dejo de tristeza en su voz. No tenía por qué decir eso, viéndolo de esta manera, desearía no haber empezado esto.

No quiero odiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora