Epílogo

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Nota: me veo con la obligación de avisarle que esta parte contiene mpreg.

Narra Ryoga

Desperté por la luz que entraba por la ventana, me removí en la cama incómodo, estaba cansado y no quería levantarme, anoche Ranma y yo "festejamos" el primer año de noviazgo, como era de esperarse, hoy no tengo mucha energía como para levantarme, o al menos por ahora. Sentí como Ranma jugaba con mi cabello, haciendo que abriera los ojos y lo mirara, él me dedicó una pequeña sonrisa junto con un corto beso.

-¿Ya te has despertado?-pregunté mientras acomodaba mi cabeza en su pecho; seguramente en este momento él tiene más energía que yo, como siempre-¿no estás cansado?-negó con la cabeza, comenzando a jugar nuevamente con mi cabello. De repente sentí un terrible mareo seguido por nauseas. Me levanté de un salto y fui, prácticamente, corriendo al baño a vomitar. Hace poco más de tres semanas que me levanto así, ya me estaba sorprendiendo un poco que hoy se tardara en darme ganas de vomitar.

-¿Tengo que traerte otro medicamento?-me giré encontrándome con Ranma parado contra el marco de la puerta-sigo pensando que deberíamos ir al médico-negué con la cabeza mientras me enjuagaba la boca.

-Sé que se me pasará pronto-lo miré por el espejo, escuché un suspiro de su parte-sólo tomaré los antiácidos y se me pasará-soltó un nuevo suspiro.

-Está bien, como digas-me gire a verlo-no te obligaré a ir si no quieres-se acercó a mí-no me gusta verte despertar así todos los días-posó su mano en mi mejilla y la acarició suavemente.

-Está bien, si continúo así iré a ver un médico-asintió con una pequeña sonrisa mostrándome que está satisfecho con mi respuesta.

Ambos decidimos bajar a desayunar, hoy es el día libre de Ranma así que él se encarga del desayuno, una vez que ya ha terminado de prepararlo, lo sirvió y comenzamos a desayunar. Comí algo rápido ya que le prometí a Ukyo que iría a ayudarla con el restaurante hasta pasado el mediodía, ya que Konatsu no estaría. Mientras comía podía sentir la mirada fija de Ranma, me incomodaba un poco, pero traté de ignorarlo lo más que pude.

-¿Por qué me miras tanto?-pregunté aun sintiéndome algo incómodo.

-No deberías ir con Ukyo, no te encuentras bien-tenía una expresión de preocupación en el rostro.

-No te preocupes, estaré bien-le sonreí tratando de calmarlo, lo cual no logré, él se cruzó de brazos y negó con la cabeza.

-¿Y si te ocurre algo mientras vas para allá, cómo podría enterarme?-soltó un suspiro-no quiero que nada te pase-una sonrisa demasiado estúpida se formó en mi rostro al escuchar esto último; me parece realmente tierno cuando se preocupa tanto por mí. Me levanté y me acerqué a él para besa su mejilla.

-No te preocupes tanto, ¿sí?-dije acariciando la mejilla donde lo había besado anterior mente-no me pasará nada-soltó un suspiro resignado para luego asentir; sé que no está contento con que me vaya estando enfermo, pero no me siento especialmente mal como para no ir a ayudar a Ukyo. Tranquilicé nuevamente a Ranma, me despedí de él y luego salí en dirección a Ucchan. Tardé algunos minutos llegar hasta el restaurante, como ya es costumbre mía, me he perdido ni bien salí de la casa. En cuanto llegué, Ukyo me recibió con una sonrisa, inmediatamente me dediqué a ayudarla haciendo de camarero. Las horas fueron pasando, en todo lo que llevaba allí no me había sentido mal, creí que mi malestar había pasado, al menos hasta que sentí mareo, luego de atender a unos clientes. El mareo era tal que tuve que sostenerme con una pared.

-¿Te encuentras bien?-preguntó Ukyo acercándose a mí-estás algo pálido-tenía una expresión de preocupación en el rostro-¿quieres que llame a Ranma?-negué rápidamente con la cabeza; si Ranma se entera que no me encuentro bien, me llevará a rastras hasta el hospital.

No quiero odiarteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora