Capítulo 13.

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13.

Un adormecido Sam destrabó la puerta de su apartamento y la abrió, encontrándose a la que creía una de las mujeres más lindas e insoportables sobre la faz de la tierra.

  — Savannah —logró murmurar restregando sus ojos— ¿Que sucede?

— ¿Puedo quedarme aquí? —pidió con el rabo entre las piernas— solo por esta noche, por favor 

El muchacho la vio tan indefensa que una pequeña sonrisa amenazó con escaparse de sus labios, pero la reprimió totalmente. Ni Dallas, ni Bobby dormirían esta noche aquí. En cuanto Alex aún seguía en el gimnasio y cuando llegara le explicaría. 

  — Vamos   —dijo moviéndose de la puerta, permitiendole la entrada a su apartamento. 

Savannah no dudó un segundo más en entrar como un rayo, pidiéndole a Sam que cerrara la puerta con llave y pusiera las trabas. Petición que al castaño le pareció rara, pero aun así obedeció. ¿Qué era lo que la tenía tan asustada? 

  — Vale —habló Sam sentándose al lado de ella— ¿Por qué has venido aquí?

— Porque... porque —balbuceó ella— porque en mi apartamento no había nadie, pero se oían ruidos extraños, llame a Megan pero resulta que ella no era, yo creía que era ella quien estaba en la habitación pero ella estaba fuera y, y, y...

— Vale —sonrió él con ternura— vayamos de a poco. Coge aire —demandó.

Savannah asintió y respiró como liberándose un peso de encima. Sam la miraba atento.

— Mi Dios —murmuró. 

— Bien, empecemos... ¿Dónde está Megan? 

— Con Brent —respondió.

  — Vale —asintió— ¿Y Alex?

— En el gimnasio, como siempre

— Oh, cierto —recordó de repente— lo había olvidado. ¿Y tu novio?

— No sé nada de él desde ayer

— ¿Y no tienes otros amigos? 

Savannah amagó a responder, pero así como abrió la boca la volvió a cerrar.

— Déjame adivinar —suspiró él— ¿No los necesitas? 

Savannah rió.

— Exacto... Bueno, está Chloe, pero...

— No —negó Sam— Chloe me da mala vibra 

El castaño estuvo a punto de meter la pata hasta el fondo, pero no lo hizo por más que las ganas de hacerlo lo mataran. 

— ¿Qué ocurrió? —preguntó por fin yendo al grano.

Savannah le contó lo sucedido con detalles incluidos. El rostro de Sam se fue tornando de preocupación. La muchacha estaba realmente asustada. Y él no la dejaría volver a su apartamento, no esta noche.         

                                                                             ***

La noche anterior Alex había ido a chequear el piso pero no había absolutamente nada, ni tampoco nadie. Aún así, Savannah durmió en el apartamento de él y Sam. Ambos se encargaron de asistirla muy bien, de verdad que estaba asustada. 

En cuanto a la mañana siguiente los dos la acompañaron al apartamento para quedarse seguros.

— Debe ser una jodida broma —murmuró Savannah abanicándose.

Mademoiselle popularity.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora