Chapter 10.

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10.

Los hombres no lloran.

—¡Mas cuidado Sam! —Se quejo Savannah.

—Disculpa por pisar tu blusa —Escupio sarcástico.

Savannah bufo rodando los ojos. Sujeto sus brazos aun mas fuerte rodeando el cuello de Sam y habló:

—No es cualquier blusa... Es Armani

—Armani, si como sea —Dijo Sam con desdén.

Deslizo el cuerpo de Savannah de entre sus bazos hacia su cama. Se agacho para tomar su blusa. Sentir la suavidad del algodón blanco hizo que su piel se erizara, pero al sentir el aroma del perfume que Savannah utilizaba a diario, lo enloquecía. Si bien no le gustaba nada en particular de Savannah, su fragancia lo envolvía completamente.

—¿Sabes? Podría prestártela cuando lo desees, el rosa quizás te sienta bien

—Muy graciosa

Sam le arrojo la blusa a Savannah y comenzó a caminar por el apartamento. Se detuvo al ver dos boletos brillosos. La mandíbula de Sam se desencajo, tomo los boletos y se giro hacia Savannah quien sonreía hacia la cámara delantera de su teléfono móvil, sacándose una foto para Snapchat.

—¿Como? —Se sorprendió.

Savannah se exalto y dio un respingo al sentir la voz de Sam.

—No puede ser —Rió— ¿Tu? ¿Lakers contra Celtics?

—Era un obsequio para Dylan

La sonrisa de Sam se borro al escuchar el nombre del mariscal de campo que tanto aborrecía. Savannah se levanto de la cama cojeando y arranco los boletos de las manos del castaño.

—Pero las cosas no andan bien entre nosotros así que...

Savannah iba a romper los boletos para luego botarlos al cesto de la basura.

—¡No! —Grito Sam arrebatandole los boletos— ¿¡Estas loca!? ¡Son los lakers!

—Da igual

—¿Da igual? ¡Lo ves! Eso pensaría una hueca con cerebro de plástico pero la gente normal te asesinaría por estos boletos, están agotados

—¿Quieres dejar de insultarme cada vez que puedes?

—Lo siento —Se disculpo— Supongo que da igual si quieres tirarlos.

Oh, vamos. Tan solo pídelos...Pensó Savannah.

—¿Los quieres?

Sam se volteo a mirarla como si hubiese visto a Kia Thompson completamente desnuda.

Sus ojos le brillaban como a un niño pequeño cuando ve una helado de chocolate.

—¿Hablas en serio? —Sonrió.

—Pues si —Asintió— no tengo nada que hacer con ellos... No se si esto de que nos tomamos "un tiempo" sea real o si en verdad he acabado con Dylan

Una sonrisa nació desde la comisura de sus rosados labios hasta las mejillas. Ese gesto fue tan confuso porque:

1- Nunca me sonríe si no es para burlarse de mi.

2- No sabia si estaba feliz porque le obsequie los boletos o...

3- Si fue por lo que comente de Dylan.

Mi intuición femenina nunca fallaba, pero en ese momento no sabia que intuir. Así que opte por la opción numero 2.

—Yo... —titubeo— no —Negó moviendo la cabeza y dejando los boletos por encima del escritorio— no puedo aceptarlos

Mademoiselle popularity.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora