ㅡ¡Mamá para el auto ya! ¡Regresa!
Mis gritos estallaban dentro del auto, mi madre seguía llorando pero ahora conducía afuera del estacionamiento del hospital, camino a Tampa, y lejos de papá.
ㅡ¡Mamá no hagas esto! ¡Tenemos que sacarlo de ahí!ㅡmis gritos se mezclaban con el sollozo y desgarrador sonido que salía de mi garganta. Me sentía impotente, triste y a la vez furiosa, un remolino de emociones que juntas nunca dan un buen resultado. Sentía como si cabeza fuera una bomba a un segundo de explotar. Me habían tomado y sacado repentinamente de mi vida, ni siquiera la realidad lo parecía, cuando lo impensable se convierte en realidad tu mente no sabe como reaccionar, es como un choque mental.
Ya no podía gritar, no encontraba mi voz, sólo el sonido de mi llanto se podía escuchar. Mi madre ahora no profería ningún sonido, se limitaba a conducir, aunque probablemente ella también lloraba. Lloraba en silencio por lo que había abandonado.
No supe en que momento se detuvo mi llanto, pero en un momento el sonido que venía de mí paro, al igual que las lágrimas. Supongo que uno no puede llorar eternamente, incluso si el sentimiento puede durar por siempre. Sentí el auto detenerse y solo hasta ese momento reaccione, estábamos en una gasolinera. Conocía esa gasolinera bastante bien, mis padres siempre paraban a cargar combustible en el trayecto a casa de la abuela, era la primera vez que uno de los dos no estaba. Sabía por inercia que llevábamos cuarenta minutos de viaje, y falta otra hora para llegar a nuestro destino.
Mamá tomo unos lentes de la guantera y su cartera para salir a cargar gasolina, yo me quedé ahí, la mirada fija en un punto en el tablero del auto frente a mi. Mi mente estaba dando vueltas a lo ocurrido hace menos de una hora. Estaba intentando con todas mis fuerzas darle un poco de sentido a todo lo ocurrido pero mi mente racional se negaba.
Escuche un sonido familiar que venía del asiento trasero. Al dar una vista a los asientos traseros vi mi mochila, el sonido provenía de una notificación en mi celular. Me alcé en mi asiento para alcanzar la mochila, sentía mis extremidades duras como piedra. Abrí mi mochila y tome mi celular. Tenía doce notificaciones nuevas, pero no había escuchado ninguna hasta ahora.
Desbloquee la pantalla y vi que eran mensajes de Whatsapp y una notificación acerca de un vídeo en Facebook que varios de mis amigos estaban compartiendo. Decidí abrir primero los mensajes.
Eran mensajes de mi grupo de amigos.
Daniel: Demonios, vieron el vídeo??
Rebeca: Acabo de verlo en Facebook, alguien sabe q paso?
Lidya: No trabajan ahí los padres de Beth? BETH DANOS NOTICIAS!!!
Simon: Es cierto, desde mi casa puedo ver el humo, hay 2 helicópteros volando por aquí
Veronica: LO ACABO DE VER EN LAS NOTICIAS DEL CANAL 7, DICEN QUE HABÍA UNA CUARENTENA!
Daniel: Cuarentena de k?
Lidýa: Beth, responde x Dios! K sabes? Tus papás están bien?
Veronica: De ese virus Zekra, dicen que había un infectado aquí!
Simon: Eso es una mentira, no existe tal cosa como un virus asi
Cerré los mensajes sin mandar una respuesta a mis amigos y abrí Facebook inmediatamente, no hacía falta buscar, treinta de mis amigos habían compartido el vídeo y apareció en cuanto abrí la aplicación. Le di play.
Saber algo es una cosa, pero verla es muy distinto.
El vídeo duraba poco más de dos minutos, grabado con un celular desde un edificio cercano al hospital, el vídeo enfocaba primero a militares que estaban a una distancia considerable del hospital y luego se vio una lluvia de objetos lanzados al hospital, todos al mismo tiempo, todos lanzados por militares, después el fuego comenzó a surgir de los puntos donde los objetos habían sido lanzados. Luego una segunda ronda. El edificio tardo unos segundos y dos rondas más en empezar en arder en llamas. El vídeo, que había sido grabado a una distancia considerable lograba capturar los gritos que provenían de dentro del hospital, gritos de terror, gritos de personas enfrentando la muerte inminente. Se veía una amotinación de pacientes, enfermeras y gente en una ventana del edificio donde el fuego no había llegado, golpeando el vidrio y profiriendo gritos de auxilio. Mis ojos se esforzaron por localizar una cabellera marrón oscuro que era tan familiar para mi, pero no vi nada. Finalmente la gente logró romper el vidrio, el fuego parecía estar por alcanzarlos dentro del edificio, en su cara podía verse su expresión de horror. Tenían que decidir, saltar hacia el concreto a varios metros debajo de ellos o entregarse a las llamas, ambas eran una muerte segura. Sabía lo que iba a ver en el minuto restante, pero no detuve el vídeo cuando la primera persona salto, era una enfermera. Podía verlo por su vestimenta, pero su cuerpo no llegó simplemente al piso, mientras su cuerpo caía múltiples disparos atravesaron su cuerpo. Murió antes de tocar el piso. Y fue igual para todos los que saltaron después de ella. Finalmente, cuando todos saltaron, tres militares se acercaron y lanzaron más fuego a cuerpos ya sin vida, luego se alejaron nuevamente. El vídeo terminó.
--
¡Hola! Antes que nada quiero tomarme el tiempo de agradecerle a cada uno de ustedes que le han dado una oportunidad a esta historia :)
Este capítulo es algo corto, pero espero poder subir otro capítulo más tarde, así que estén atentos:D
ESTÁS LEYENDO
Pandemia{Pausada}
Ciencia FicciónBeth tiene 17 años, tiene amigos, unos padres cariñosos y una vida normal al sur de Florida. Beth no esta preparada para el virus «Zekra», el devastador virus que esta haciendo realidad las historias sobre los zombies. Nadie lo esta. ¿Y es que cómo...