Abrí con desesperación la puerta del auto, desabroche el cinturón de seguridad y me dispuse a salir del auto pero en un paso en falso caí directamente al asfalto. Mis rodillas comenzaron a doler pero me pare enseguida y corrí camine lo más deprisa posible hasta la pequeña tienda que estaba frente a la gasolinera. Escuche los gritos de mi madre llamando mientras me veía caminar con esfuerzo hacia adentro de la tienda.
Adentro, un señor de unos cincuenta años estaba del otro lado del mostrador, en su anaquel trasero estaba mi objetivo: una pequeña televisión.
ㅡDisculpe, ¿podría poner el canal de noticias?ㅡdije señalando el televisor que estaba en algún canal de farándula.
El hombre me miró como si estuviera algo desquiciada, una chica de diecisiete, con el cabello revuelto, caminando medio coja, y probablemente las rodillas del pantalón rotas, pero ignoró mi aspecto porque cambio el canal de la TV y subió el volumen un poco.
La imagen de una reportera apareció y no era necesario esperar a que pasaran la noticia, ya estaban hablando de ello:
"Fue justo a mis espaldas donde hace menos de una hora los militares y fuerzas especiales iniciaron el incendio del Hospital Greyson Hall hasta llevarlo incendiarlo por completo, para posteriormente apagarlo y finalmente derrumbar el edificio. Las autoridades no nos confirman que hubiera personas dentro del lugar al momento del incendio y del posterior derrumbamiento, aunque los vídeos que circulan en la red nos dicen que fue así. Se sabía que había cerca de cien pacientes internados en el lugar, cincuenta personas del personal incluyendo médicos, enfermeras, personal administrativo y de limpieza. Sin embargo, vecinos cercanos y civiles que presenciaron lo sucedido afirman que las autoridades no dejaron salir a nadie del hospital y comenzaron el incendio con todos dentro. En vídeos difundidos por la web algunos espectadores de lo sucedido compartieron el momento del incendio, donde podemos observar personal de hospital y pacientes saltando desde el sexto piso del hospital, y las balas de los militares interceptándolos en el aire. Por el momento es todo lo que sabemos, el gobierno, ni las autoridades han hecho declaraciones."
ㅡDios míoㅡla voz de mi madre que en algún momento había entrado en la tienda estaba llena de horror.
Me giré para mirarla y tenía los ojos abiertos y llorosos, los lentes ya no los cubrían. Su expresión era más que de consternación, ella suponía que algún final tendría que tener, pero verlo era una cosa muy distinta.
Vi sus rodillas doblarse y caer al suelo, aún con sus ojos clavados en el televisor. Corrí hacia ella, en el piso y la atraje hacia mi, su rostro escondido en mi hombro. Yo quería decir algo. Quería decirle que todo iba a estar bien. Pero ni yo creía tal cosa. Papá ya no estaba. Se había ido, nos lo habían arrancado de la forma más horrible posible, ni siquiera podíamos tener la certeza de que había sido una muerte rápida, ya lo habíamos visto.
Yo también comencé a llorar, en algún punto mientras mi madre reprimía sus gritos y yo ni siquiera tenía mente para pensar en todo lo que había sucedido en las últimas dos horas.
Sabía que si solo hubiera sido yo, sin mi madre, probablemente me dejaría llevar por el enorme sentimiento que inundaba mi pecho, hubiera sucumbido ante la tristeza y estaría llorando hecha un ovillo. Pero no era solo yo, eramos ambas, y el sacrificio de mi padre no podía ser algo en vano. Teníamos que continuar.
Tome el rostro de mi madre entre mis manos, poniendo su cara frente a la mía. Ella aún lloraba y sus ojos rojos. No dije nada, ella entendía. Ambas sabíamos lo que teníamos que hacer ahora, por él. Había un infectado de Zekra en ese hospital y probablemente habían acabado con él junto como muchas vidas más, pero hasta no estar seguras teníamos que alejarnos. Mi madre lo entendía porque hizo su mejor esfuerzo para centrarse y asintió.
La ayude a pararse y al girar encontré el rostro extrañado del señor de cincuenta años observándonos con una expresión de pocos amigos.
—Disculpe, mi madre es algo sensible—dije.
El señor asintió, desconfiado.
—Beth, tenemos que llevar unas cosas—me dijo mi madre llamando mi atención de nuevo—, ve por botellas de agua y algunas cosas para el camino.
—Claro—mascullé.
Tome varias botellas de agua y las puse en una canasta luego puse algunos snacks y todo lo que vi por el camino hasta la caja. Probablemente estaríamos un tiempo en carretera o conduciendo hasta que las cosas se calmaran. Mi madre llevaba sobre todo cosas en lata y toallas femeninas(las madres siempre piensan en esas cosas). Pagamos al pobre y confundido señor y subimos las cosas al auto.
El camino hasta Tampa parecía que duraría por siempre. Yo había hecho ese viaje durante toda mi vida, y siempre parecía un trayecto corto, pero ahora, sin mi padre, cada minuto en carretera era una miseria.
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¡Hola de nuevo! Este capítulo tenía planeado subirlo ayer, por motivos de tiempo se me hizo imposible, pero aquí esta ya:D
Este capítulo y el próximo son algo lentos, pero lo bueno esta por llegar, de nuevo gracias por darle una oportunidad :)!
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Pandemia{Pausada}
Ciencia FicciónBeth tiene 17 años, tiene amigos, unos padres cariñosos y una vida normal al sur de Florida. Beth no esta preparada para el virus «Zekra», el devastador virus que esta haciendo realidad las historias sobre los zombies. Nadie lo esta. ¿Y es que cómo...