Abro mis ojos perezosamente, acostumbrándome a la luz del día y observo mi alrededor: tengo a YoonGi debajo de mí. No mal piensen, sucias; mucho porno hace mal.
Estiro mi cuerpo y me levanto del sofá, me duelen todos los músculos de mi cuerpo por dormir en ese incómodo sofá; no quiero ni pensar cómo se levantará YoonGi, al haber dormido con todo mi peso encima.
Camino hasta la cocina y miro por todos lados; mi madre ha de haber dejado algo de comida preparada, o eso espero. Busco en todas partes y, no; no hay nada.
Suspiro con pesadez y saco mi teléfono, buscando una receta de comida fácil. No recuerdo bien a qué hora me dormí anoche, pero ya son las doce del mediodía y no me parece correcto sólo darle cereal con leche de almuerzo a YoonGi. Una vez carga la página, busco los ingredientes necesarios en la heladera, y comienzo a cocinar; no puede ser tan difícil cocinar.
30 minutos después…
—YoonGi hyung. — susurro, moviendo su hombro para que despierte, pero no lo hace. —Min, despierta.—
Se gira, dándome la espalda, y suspiro.
—YoonGi, ya es tarde para que sigas durmiendo…—
—No. —murmura entre sueños. No me queda de otra para despertarlo: pongo mi mano debajo de su playera. Suelta un sonido desaprobatorio, pero sigue sin despertar. —Saca tu mano, o piérdela.—
—Levántate~ — me quejo. Comienza a olfatear.
—Huele a quemado.—
—Eso ya lo sé; la cocina se está quemando y tú no quieres ni levantarte.—
De pronto, abre los ojos y se levanta de golpe del sofá. Me mira, horrorizado, y camina hacia la cocina; lo sigo y veo cómo observa el lugar, buscando el fuego, pero no hay nada.
—¿Qué es eso? — señala lo negro carbonizado que hay servido en dos platos, le sonrío.
—Nuestro almuerzo.—
Se gira a verme y ladea la cabeza.
—¿No has oído hablar sobre el delivery? Suele ser muy útil en casos como éste.—
—No te preocupes, ya pedí comida china. Tu querido futuro esposo es eficiente. — hablo con suficiencia fingida, YoonGi rueda los ojos, pero, aun así, no puede aguantar la risa que se le escapa. —¿Dormiste bien?—
—Me duele un poco la espalda. — lo sé: lo aplasté. Me acerco para quedar frente a él y lo miro a los ojos; asiente con la cabeza, en modo de permiso, y lo abrazo, pasando mis manos por su espalda, dando masajitos. Ríe. —¿Cómo es posible?—
—¿Qué cosa?— pregunto; mi vista se topa con su pálido cuello y me agarra la tentación de dar un pequeño beso ahí.
—Que haya una foto tuya de bebé, mostrando tu trasero, colgada en la pared.—
Demonios. ¡Pensé que mi madre la había guardado, como prometió!
—Pero, lo más curioso es, ¿por qué está en la cocina?— se separa un poco para poder mirarme a la cara, esperando una respuesta de mi parte; me encojo de hombros. Ríe. —No me digas que eras de esos bebés a los que metían en concursos de El trasero más blandito o La pompa más redonda. —
—Hey, quedé en primer lugar en cuatro ocasiones.—
—¿Jimin, qué haces en la cocina? Tienes prohibido entrar por ma- — ambos giramos la cabeza, mirando hacia la puerta: mi hermano nos mira con asombro, más a YoonGi que a mí. Me había olvidado que él se encuentra en casa, casi no lo he escuchado anoche. —A nuestros papás no les gustará esto.—
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[윤민] WhatsApp Y Algo Mas...
FanficUna historia en donde YoonGi siempre deja en visto a un número desconocido. Su irritante pero lindo acosador: JiMin. | Correcciones ortográficas y gramaticales hechas por ©Uneven_Odds_ | Historia Original ©MinftPark