☆ Sesenta y Cuatro ☆

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La chica pide permiso para retirarse y se dirige hacia la habitación designada para ella, controlándose en mantenerse tranquila frente a los demás, si había tomado la decisión debía mostrarse segura de aquello.

Ya no era solo la madre y el hijo quienes estaban parados observando su partida, sino que SeokJin también estaba presente escuchando sin querer al bajar por un vaso de agua. Ariadna suelta un gran respiro y le muestra una ultima sonrisa a su mejor amigo antes de cerrar la puerta y dejar de fingir. Sabia que iba a doler lo que había hecho pero también sabia que era lo correcto, aunque eso no significaba que le había costado demasiado hacerlo.

«Fue lo mejor» intenta convencerse a si misma mientras limpia sus lágrimas. No debía llorar, no cuando hay tantas personas afuera de la recamara que podían oírla.

Mucho menos con...

—Ariadna —Jimin llama desde afuera de la habitación. No, no quería escuchar su voz. Era irónico, quería que desaparezca y a la vez que no se vaya. Lo quería todo de él pero lo único que le pertenecía era una parte, la cual solo era afecto amistoso. —Por favor... abre la puerta.

«Si te abro no te dejare ir»

Limpia cualquier rastro de lágrimas y camina hacia la cama donde había dejado su teléfono móvil para ir pidiendo a un taxi que venga por ella.

—Tenemos que hablar.

—No insistas, Jimin. Ya me voy.

—No te dejare salir de la casa hasta que hasta que abras la puerta y hablemos —le amenaza. Ariadna sonríe con tristeza, sabia que Jimin no se rendiría tan fácil, el chico era muy persistente cuando se lo proponía y no se iría ni aunque lo lastime. Guarda las ultimas pertenencias en su bolso para dejar todo listo, y se acerca a la puerta para abrirle y dejarlo entrar. Ella no tenia nada que decir porque cada palabra seria una herida mas, así que solo supo sonreír, una sonrisa triste pero eso no era lo importante ahora.

Jimin al verla chasquea la lengua y da los tres pasos que los separaban para estrecharla en un cálido abrazo, algo que Ariadna jamas negaría era que los abrazos de aquel chico eran los mejores que había recibido en toda su vida.

—Lo siento tanto, por favor perdóname —cierra los ojos y se mantiene callada escuchando lo que su ex prometido tiene para decirle, luchando consigo misma en no llorar mas, pero por mas que se lo repetía varias veces era difícil hacerlo. —Fui un idiota en hacer que todo llegue tan lejos, te use de la peor manera pero te juro que nunca quise hacerte daño.

—Lo sé — pudo hablar sin que su voz salga rota, a fuerza de voluntad se aparto de aquel abrazo y lo miro a los ojos. —No se puede forzar a que alguien te ame cuando ya hay otra persona ocupando ese puesto.

—¿Ya lo sabes? — el rubio frunce el ceño. La chica suelta una risa por la expresión del chico y asiente. Jimin se veía mas sorprendido que nunca y Ariadna no puede creer que después de como se comportó los últimos días, Jimin no se haya dado cuenta que ella sabia todo, el bajito podía ser lento y tonto algunas veces.

«A partir de ahora es tu problema, Yoongi» pensó la chica.

—Me hubiera gustado que lo sepas por mi.

—Eso es lo de menos, de todas formas era muy obvio lo que pasaba entre ustedes, solo que mi egoísmo por tenerte no me hizo recapacitar hasta ahora.

—Tu no tienes la culpa — el rubio niega con la cabeza.

—Ninguno de los tres la tiene.

—Me gustaría que podamos seguir siendo amigos....

No se sorprendía que le pidiera eso, era Jimin así que esa petición descabellada solo podía salir de su cabeza, pero no puede aceptar así de fácil. El seguir viéndolo, tan feliz al lado de otra persona solo lograría que el odio se apodere de ella. Ariadna podía llegar a ser una persona muy competitiva, y tener siempre presente que había sido sacada de juego por un hombre la haría perder la cabeza.

[윤민] WhatsApp Y Algo Mas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora