Capitulo 2 Encuentros

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Ya era un poco tarde, casi el atardecer para ser más exactos y el menor y su pareja se encontraban bebiendo una deliciosa taza de café en la sala de su departamento. Aunque Ayato al principio estaba realmente preocupado por lo de esas cartas anónimas y la llamada que recibió horas atrás, Haise se había encargado de hacer que se tranquilizara puesto que desde que llego se había encargado de darle mimos a su querido conejito.

Realmente lo estaba disfrutando puesto que con el pasar de los años el peliazul llego a madurar bastante debido al horrible trauma que sufrió al momento de ver como asesinaban a Kaneki, ya que se sentía culpable por no haberlo salvado y aún más por el hecho de que nunca le dijo que lo amaba como se debía, siempre le gritaba insultos y lo alejaba cuando le daba cariños, pero, con el tiempo este se volvió menos agresivo y arrogante; aún se enojaba al avergonzarse pero ya no era tan terrible como antes y además podía controlar mejor su actitud, por eso, le era más sencillo disfrutar estos momentos a solas con su Haise ya que por fin podía expresarse y, eso era bueno pues en ese mismo instante se hallaba abrazado al lado de su pareja escuchando sus palabras tiernas y recibiendo uno que otro beso mientras que observaban las llamas de la chimenea.

- Ayato: Me alegra que hoy finalmente pudieras llegar temprano a casa...

- Haise: Lo sé, son unos explotadores en la CCG, perdóname si te he abandonado estos días pero el caso de Eto está verdaderamente difícil y cada día estoy enterrado entre posibles pruebas que debo revisar...

- Ayato: Oh...No te preocupes por eso Hai

Desde que inicio el caso de encontrar al rey de un solo ojo, Haise había comenzado a ausentarse días debido a que se quedaba a pasar la noche en la CCG tratando de resolver las lagunas que aún les impedían encontrar al rey de un solo ojo y erradicar por completo al Aogiri. Desde entonces, el peliazul se había sentido un poco abandonado, y eso no era bueno ya que inconscientemente recibía estrés también por eso y según las palabras del doctor este no debía estresarse para nada.

El azabache noto que su amado se había quedado algo distante, así que comenzó a llamarle.

- Haise: ¿Ayato? ¿Estás bien?

Pregunto preocupado mientras que el mencionado volvía en sí.

- Ayato: ¿Eh?...Eh jejeje si...

- Haise: ¿Hay algo que te moleste?

-Ayato: A-Am...no nada jeje solo me quede algo pensativo sobre el caso de Eto, pero no es nada de qué preocuparte...

- Haise: ¿Estás seguro Ayato...?

Mierda desde que recupero sus recuerdos Haise se había hecho más intuitivo y perspicaz, lo que le dificultaba a Ayato el poder engañarlo.

- Ayato: O-Oye...Sabes me alegra que hayas vuelto ya que esta noche por fin podre dormir tranquilo

Cambiando el tema de manera radical este se paró del sofá y camino hacia el marco de la puerta para después mirarle de reojo.

- Ayato: ¿Qué te parece si nos vamos a recostar? Quiero que me abraces en la cama

El mayor le miro un poco sorprendido pero aunque este seguía sospechando no pudo resistirse ante esa mirada azulina que parecía hipnotizarlo y, sonriendo pícaramente, este se acercó hacia el menor y lo abrazo desde la cintura.

- Haise: Parece que me lees la mente cariño, además me vendría bien una suave cama en la cual dormir...luego de tres días sentado en un escritorio necesito descansar junto a la persona que amo

Ayato se había abrazado de su cuello y le veía con una sonrisa, pero, al dar una rápida mirada hacia la ventana pudo notar una extraña sombra. Al verla este se asustó y trato de ver con más claridad pero de repente desapareció, Haise quien noto su expresión le pregunto rápidamente.

- Haise: ¿Ocurre algo?

- Ayato: Ah no...creí ver una araña...ya sabes cuánto las odio...

- Haise: Jejeje tranquilo bebe ninguna araña te hará nada mientras yo esté aquí

Con una varonil y seductora voz este levanto al peliazul en brazos al estilo princesa y lo llevo hasta la habitación donde le recostó con cuidado y después, quitándose su ropa de oficina se colocó su pijama para luego recostarse al lado de su pareja y abrazarlo con fuerza mientras que le veía con sus ojos color plata cautivando así la atención del menor quien siempre había amado esos profundos ojos.

Ala mañana siguiente luego de una noche reparadora para el hibrido, Ayato se levantaba con cuidado de la cama pero con algo de pereza ya que no había podido dormir mucho la noche anterior, aun le preocupaba la sombra que había visto, pero, sabía que si seguía preocupándose así no sería bueno para él, así que dirigiéndose hacia la cocina decidió prepararse un café y despejar su mente un poco, pero no habían ni pasado cinco segundos después de que coloco el agua para hervir que el sonido del timbre se hiso presente y mirando en dirección hacia la puerta principal este trago duro y se dirigió hacia la antes mencionada. Al llegar ahí abrió la puerta y dijo.

- Ayato: ¿Buenos días?

Pero de nuevo....nada, no había nadie afuera, solo un endemoniado sobre tirado en el suelo.

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