capitulo 19

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Disculpen por no actualizar en... ¿Cuanto, un año? ^^u pero aquí está...

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Marshall miró su celular atónito. ¿Qué podría querer ahora? ¿Es que no pensaba dejarlo en paz nunca? Estaba pensando en ignorarla para que viera que no iba a cumplir sus caprichos. Pero, si lo hacía, corría el riesgo de que, justamente porque era una caprichosa, le hiciera daño a Fionna o a Valen.


No tenía otra opción.


-¿Está todo bien? -preguntó la humana.


-Lo siento, tengo que irme -respondió cortamente.


Se apresuró a dirigirse hacia la salida antes de que nadie pudiera preguntar o intentar detenerlo, aunque no funcionó. Alexander se puso delante de él y lo bloqueó, mirándolo con una expresión de confusión.


-¿Adónde vas, Marshall?


-No importa eso, sólo tengo que irme.


Alexander lo observó, aún más confundido que antes.


-Entonces voy contigo -le dijo decidido.


-No. Ni siquiera lo pienses -le dijo, con un tono amenazante-. Tú te quedarás aquí cuidando de Fionna y Valen mientras yo no estoy. No puedo correr el riesgo de dejarlos solos.


Al escuchar su nombre ser mencionado, Fionna se levantó del sofá en el que se había sentado y fulminó al vampiro con la mirada.


-Ni creas que me voy a quedar aquí sentada mientras tú te vas a resolver tus "cosas" -le dijo-. Valen y yo iremos contigo, y fin de la discusión.


-No me importa lo que opines, rubia. Se quedarán aquí. ¿Crees que voy a dejarlos salir y poner sus vidas en riesgo? No discutas, porque de todas formas no te llevaré.


Fionna se cruzó de brazos y clavó su mirada en los ojos de Marshall, el cual hizo lo mismo, como retándola a proseguir con lo que estaba por decir.


-¿Qué diferencia hay de todas formas? -contraatacó-. Estemos o no estemos en la casa, si nos tiene que suceder algo, nos va a suceder. Ashley ya logró entrar una vez y puede hacerlo todas las veces que quiera, así que no hay punto intermedio en esta situación.


-¡No seas tan terca y quédate aquí! -gritó-. No hagas las cosas más difíciles de lo que ya son. Estaré de vuelta pronto. Sólo quédate, y no protestes más.


-Entiende de una vez, Marshall. No voy a dejarte solo. Si tú vas, yo voy. Si tú te quedas, yo me quedo. No tienes opción. ¡Entiende eso!


El vampiro se llevó las manos a la cabeza, tirando de su cabello en el proceso. Dios, sí que era testaruda. ¿Por qué simplemente no podía hacerle caso y quedarse? ¿Por qué siempre tenia que cuestionarle todo?


-Mira -le dijo, más calmado-. No voy a discutir. Alexander, hazme el favor y cuídalos bien. No dejes que nada les pase, o que Fionna intente hacer algo impulsivo.


-El único que está haciendo cosas impulsivas aquí eres tú -respondió Alexander, acercándose a su amigo-. Dime qué ocurrió. Dinos que ocurrió. Podemos ayudar, Marshall. No hagas esto tan a la ligera.


-No tengo tiempo para regaños por impulsividad y cosas a la ligera. No tengo tiempo, así que dejen sus interrogatorios para más tarde así puedo irme de una puta vez.


-Yo iré contigo, entonces -añadió John, que no había aportado nada a la conversación, y se había limitado a observar.


El rey asintió conforme, pero Alexander, que aún seguía en frente a su amigo, no parecía tener intenciones de terminar la conversación ahora.

entre el cielo y el infierno (fiolee)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora