Después del incidente del baño, Fionna no le habló más a Marshall en todo el día. ¿Qué pasó después de eso? No mucho en realidad. Valen se había despertado y había corrido a los brazos del vampiro porque había tenido una pesadilla. Él lo arropó en sus brazos y se sentó en la cama con el pequeño, mientras que la humana se encerró en la habitación del lavabo con un portazo. “¿Qué le pasa a la tita?” Le había preguntado el pequeño, con diminutas lágrimas en sus ojos. “¿Hice algo malo?” El rey había negado con la cabeza y sonreído. “Fui yo el que me equivoqué, enano. Tú no tienes nada que ver.” Y luego de eso, se habían puesto a jugar.
Media hora luego, Fionna salió del lavabo y los vio jugando a la XBOX. Se sentó en la cama, sin dirigirle la palabra a ninguno, y se quedó mirando el techo, suspirando de vez en cuando. Seguramente seguía enojada por la escena de celos que le había armado el vampiro allí. Porque, había que admitirlo, eran celos. “Pero nunca en voz alta” Le dijo su subconsciente. Obviamente que nunca lo aceptaría en voz alta, pero la verdad es que había quedado claro, bastante claro.
A veces, Marshall la observaba por el rabillo del ojo, y por eso Valen le había ganado en el fútbol. Después, como hombre que era, se había enojado. Tenía que ganarle al pequeño. Nadie le ganaba, y menos si se trataba de fútbol.
Digamos que, fue una tarde llena de competición, “peleas” y risas. Sí, el vampiro se reía de la cara de enfado que ponía Valen cada vez que le ganaba, y este se reía de las caras que hacía el rey cuando él era el que perdía. Y Fionna… Ella se reía de ambos cuando se le pasó su enojo.
—No sabía que un criminal tendría una XBOX en su casa —Se burló la rubia, hablándole por primera vez luego de mucho tiempo.
—Hay tantas cosas que no sabes de mí, ángel —Le sonrió sin mirarla—. Mierda, enano. ¿Cómo es que eres tan bueno en esto? —Preguntó exaltado.
—Será porque no le estás poniendo atención al juego —Contraatacó la humana.
—Buen punto, linda —La miró y tenía sus piernas hacia arriba, y se divertía jugando con sus pies—. Pareces una niña pequeña —Sonrió.
—Por lo menos soy una niña bonita, no como tú, que eres un viejo feo —Le sacó la lengua, provocando que el rey riera.
—¿Eso piensas? ¿Que soy un viejo feo? —Arqueó una ceja.
—Por algo lo dije —Rió, jugando aún con sus pies.
—Valen —Susurró el vampiro en su oído—. ¿Por qué no vas a jugar un rato a la terraza? —Él lo miró con cara de sorpresa—. Necesito arreglar unas cosas con tu tita —Sonrió inocente.
Asintió sin decir nada, se bajó de la cama y fue hacia la gran terraza a la que daba la habitación, la cual estaba repleta de juguetes que Valen había dejado allí anteriormente. Marshall cerró las cortinas y miró a la humana, la cual seguía acostada en la cama, con las piernas levantadas y jugando con los dedos de sus pies.
—Ahora realmente pareces una niña pequeña —Sonrió—. Pero te ves sexy.
—¿Qué tiene de sexy mi posición? —Preguntó con una ceja arqueada.
—Velo desde mi punto de vista. Tumbada en mi cama, con el pelo alborotado, los labios rojos de tanto mordértelos —Se subió encima de ella—. Y abierta de piernas —Susurró, y escuchó cómo la humana tragaba saliva ruidosamente.
—Si lo miras así…
El vampiro la interrumpió poniendo su dedo en su labio inferior, acariciándolo.
—Aquí sobran las palabras —Murmuró, acercándose a su cara—. Esta vez no te salvas.
Atrapó sus labios y la empezó a besar con hambre. Fionna le devolvió el beso, y pasó sus manos por su cuello, atrayéndolo más hacia ella. Él acariciaba sus piernas desnudas, cubiertas únicamente por un short, mientras tornaba el beso más apasionado. De un momento a otro, la humana le dio la vuelta, quedando ella encima del vampiro, quien metió la mano por dentro de la camisa de Fionna y acarició su espalda suavemente.Siguieron así por un rato, hasta que a la humana se le ocurrió torturarlo, y metió su mano debajo de la remera de Marshall, acariciando cada uno de sus marcados abdominales.
—Si sabes lo que te conviene, deja de hacer eso —Murmuró, separándose un poco de ella.
—¿Hacer qué? —Preguntó inocente.
—Acariciar mi pecho. Así que, si sabes lo que es bueno para ti, deja de hacerlo.
—Pero, yo no sé lo que es bueno para mí —Le sonrió y volvió a besarlo, y el vampiro la puso debajo de él nuevamente.
—No tuviste que haber dicho eso, cielo.Comenzó a besar su cuello, dejando marcas rojas en partes, y haciendo que la humana suspirara varias veces. Luego de eso, se dirigió a los botones que cerraban su camisa y los fue desabrochando lentamente, hasta terminar de quitar la prenda completamente. Se separó de ella para mirarla de arriba abajo, haciendo que Fionna se sonrojara.
—Eres hermosa —Le susurró, fundiéndolos nuevamente en un beso apasionado, y comenzando a desabrochar los pantalones de la humana, bajándolos lentamente.Hubiera seguido, pero escuchó a alguien por los pasillos gritando su nombre. Kenny. La puerta se abrió de golpe, y su amigo se quedó asombrado al ver la escena. Y, digamos que sus ojos no fueron a parar al rostro de la humana, por lo cual Marshall se acercó más a ella, tapándola con su cuerpo.
—¿Qué mierda, Kenny? —Le dijo, y vio como Fionna enterraba su cabeza en su cuello, avergonzada.
—Marshall, tengo que decirte algo muy importante —Volvió a su estado de desesperado, del cual había salido al ver a la rubia así.
—Vete, ¡Ahora! —Gritó enfadado porque no apartaba la vista del cuerpo de Fionna—. Mierda, Kenny. ¿¡Qué te dije!?
—Pero… —Comenzó a decir.
—Iré, ¡Pero vete ahora!
—Date prisa, Abadeer. Tú y tus calenturas —Dijo, y se fue por la puerta.
—¿Estás bien? —Le preguntó a la humana, la cual estaba totalmente roja.
—S-Sí, tran-tranquilo. Estoy bien.
—No estés mal, pequeña. Kenny solo ve lo normal. Yo y mis calenturas —Se burló, y ella rió—. No sabes las ganas que tengo de seguir con lo nuestro ahora mismo —Besó sus labios—. Pero, si Kenny dice que es importante, lo es —Hizo una mueca.
—Está bien… Yo… Me voy a vestir.
—Busca a Valen, está en la terraza —Ella asintió, y el vampiro le dio un último beso.Sin ponerse la camisa, salió de la habitación y fue al sillón del salón donde solía estar su amigo siempre que algo pasaba. Ese lugar es su sitio para pensar. Y, efectivamente, allí se encontraba, sentado, y con una mirada perdida.
—¿Qué pasa, bro? —Su ceño se frunció.
—Hubo un cambio de planes —Le pegó al sofá con toda la fuerza que pudo.
—¿Qué cambio de planes? ¿Qué paso?
—No pude matar a Ashley.
—Lo haré yo, entonces —Suspiró—. ¿Dónde está?
—No lo sé. Se fue antes de que pudiera verla.
—No me jodas —Él se encogió de hombros—. ¿Se fue así sin más? —Kenny negó—. ¿¡Por qué mierda no hablas!? ¿¡Te comió la lengua esa perra!?
—¡No me grites, mierda! —Se levantó del sofá bruscamente y se paró delante del rey.
—¿Qué…? —Una voz fina apareció, haciéndolos separar—. Lo siento, no debí venir —Comentó, agachando la cabeza.
—No sientas nada, Fionna —La miró, pero enseguida su atención se volvió a su amigo—. ¿Dejó algo?
Kenny no pudo decir nada, sólo extendió su mano, la cual sostenía un papel. Marshall lo tomó de un manotazo y lo abrió con urgencia.Queridos amantes,
Como podrán ver, no estoy en la casa. ¿Los sorprendo? Déjenme decir que, no soy ninguna idiota. ¿Eso pensaban? ¿Que era una estúpida? Se equivocan. Nunca lo fui y no iba a empezar ahora a serlo. Se preguntarán, ¿Por qué la perra de Ashley se fue? Déjenme decirles que las paredes tienen oídos. Ustedes no tuvieron cuidado y yo escuché todo. A veces pienso que para haber matado tanta gente -en especial tú, Marshall- son bastante imbéciles.
Yo sabía que esto iba a pasar algún día. Que ustedes se iban a cansar de mí y me iban a mandar al infierno. Pero, ¿Saben qué? Yo soy lista, no como a las otras perras que mataron. Yo me escapé.
Voy a empezar de nuevo, pero no crean que me vaya a olvidar de ustedes. ¿Cómo olvidar a mis dos amantes? ¿Mis dos ex-novios? Marshall, no gruñas. Sabes lo que viene ahora, ¿Verdad? Pienso que tendrán que tener cuidado, sé todo sobre los dos. Movimientos, lugares secretos, puntos débiles, y podría seguir así hasta no terminar. Por eso, deben tener cuidado desde ahora. Quizás, algún día se me escapa todo y se lo cuento a la policía, o quizás quiera venganza… Nunca se sabe, amores.
Pero no, tranquilos, no tienen que preparar un plan para que no los ataque, porque no lo haré.
Ahora, ¿Quién dice que no atacaré a Fionna, Valen y a esa chica? Sí, esa chica con el nombre de… Creo que Katie. ¿Puede ser? Sé que saben de quién hablo.
Sólo les dejo esta carta para que sepan lo que les puede pasar en un futuro cercano, amores. Espero que la reciban con mucho cariño y que les guste, me tomé mucho tiempo para escribirla y para poner las palabras exactas.
PD: Por mucho que cambien de lugar, los encontraré, y les aseguró que haré que la pasen mal.
PD2: Los quiero.
PD3: Mándenle saludos a Fionna. A ella también la quiero… Pero muerta.
Ashley.
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entre el cielo y el infierno (fiolee)
Fanfiction¿Nunca les ocurrió que se niegan a aceptar algo que les sucede, solo para no admitir la verdad? Y, aunque sepamos qué es lo cierto, ¿Intentamos mentirnos a nosotros mismos? ¿Que por momentos no quieren sentir o vivir? A mí me pasó. Intenté de todas...