Todo empezó cuando yo tenía unos cinco años. Recuerdo haber jugado con un niño de ojos verdes y pelo castaño, bastante rizado. No recuerdo muy bien su nombre, pero sí que tenía unos bonitos hoyuelos. También recuerdo que le gustaba picarme, y que los gatos le volvían loco. Yo tenía una, se llamaba Trigresa. Este nombre se lo puse porque era una raza que venía de los tigres según el hombre que nos la vendió. Pues este chico, se pasaba horas y horas corriendo tras mi gata. Recuerdo que era mi mejor amigo y que unos días después de que mi gata muriera, ese chico desapareció. Mi madre me dijo que se había mudado y recuerdo que me tire muchos días llorando. Cuando él se mudó, ya habíamos cumplido los ocho años. Aun guardo las fotos que nos hicimos. Sinceramente, lo echo de menos. [...] Ahora que han pasado ocho años, es cuando más pienso en él. En el instituto estoy sola, y sé que si él estuviera aquí, me haría compañía cada día. También sé que entonces todas las chicas irían detrás de él, porque cuando yo era pequeña, también iba detrás. Mientras estaba acostada en mi cama remoloneando como cada sábado, pensaba '¿Se acordará de mí? Ha pasado mucho tiempo, quizá no se acuerde, normal, yo tampoco me acordaría de mi si fuera él.'
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Let me be yours.
Teen FictionEsta es la historia Sally Scott. Cuenta cada uno de los obstáculos que la vida le va poniendo. Obstáculos que no le hicieron tirar la toalla, sino que levantara con más ganas de luchar por algo que ella quería. Liam Payne. Como se reencontró con su...