-[You make me strong.]-

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Quizá hasta me caería bien. Estaban allí sentados, junto a mi. Abrazándome mientras lloraba y lloraba. Sentí los labios de Bentley en mi mejilla y susurro:

- Vamos, levántate y sal a comerte el mundo.

- Bentley, ¿puedes salir un momento fuera, para hablar con tu padre?

Bentley salió del cuarto y Liam se sentó justo en frente de mi. Subí mis piernas, pegando mis rodillas a mi pecho. Y apoye en ellas mi cabeza. Sentía la fija mirada de Liam clavándose en mi cabeza. Deje de llorar y abrí los ojos cómo platos al oírle decir:

- Sally, creo que estoy enamorado de ti.

- Pero Liam, te he hecho daño. Mucho daño.

- Se que podría perdonarte.

Me eche a reír. ¿Por qué yo? ¿Acaso no habían tías increíbles y maravillosas en el mundo, como para conformarse conmigo? ¿Se había vuelto loco?

- Sally, quiero hacerte sentir especial. Hacerte disfrutar entre mis fuertes y musculosos brazos. Besar cada milímetro de tu cuerpo. Contar todos tus lunares. Acariciar cada una de tus curvas, en las que quiero matarme. Quiero hacerte gritar y retorcerte de placer. Que tus vecinos se aprendan mi nombre de memoria. Tener hijos y verlos crecer, a tu lado.

Las lágrimas se apoderaron de mis ojos. Me eche en su pecho a llorar y entonces recordé a Bentley. Mire la hora del reloj y saltando de la cama, lo hice entrar.

- Pensé que os habíais olvidado de mi.

- Para nada cariño, vamos a dormir, es tarde. Volvamos a casa.

- No, quedaros a dormir aquí, si queréis.

Ambos asintieron encantados. Le deje a Liam un pijama de mi hermano; el cual ahora vivía en una residencia universitaria y a Bentley, un pijama de cuando Max; mi hermano, era pequeño. Acostamos a Bentley en mi espaciosa cama, mientras yo iba al baño a ducharme, Liam miraba a su hijo. Me desnude y metí dentro, corriendo la cortina. Abrí el grifo de agua caliente y me deslice, hasta acabar sentada. Cerré los ojos y apoye la cabeza a un lado. Realmente se estaba bien allí. Abrí los ojos al oír la puerta abrirse. Poco después un "click" del pestillo me aviso de que era él. Descorrió la cortina y si, era Liam. Estaba desnudo. Me sorprendí. Nunca nos habíamos acostado, con lo cual, nunca lo había visto desnudo.

- ¿Queda hueco en esa bañera para alguien más?

Asentí. Quería bañarme con él. Necesitaba sentir sus brazos rodeando mi desnuda cintura. Me dijo que me levantase, para sentarse él debajo. Me levante, y él se sentó, cogiéndome por la cintura, sentándome encima de él. Acerco su nariz a mi pelo, y la presiono. Inundándose de mi olor. Acaricio mi mejilla, bajando por mi cuellos, mis pechos, mi cintura y parando encima de mi sexo. Quería que siguiera, pero no lo hizo. Se limito a repetir lo de antes. Me hervía la sangre. Necesitaba más, quería más, imploraba más. Me gire, quedando frente a frente. Lo mire a los ojos y sentándome encima suya, lo bese. Enredo sus manos en mi pelo, mientras jugaba su lengua con la mía. Me elevo un poco, para poder introducir su pene en mi. Estaba hinchado. Mucho más que el de aquel chico en la fiesta. Me sentó poco a poco. Y cogiendo mis caderas, empezó a guiarme. Aumenté la velocidad, y cada vez las embestidas eran más rápidas. Sus manos que sujetaban mi pelo, tiraron de él, provocando que echase hacia atrás mi cabeza, dándole a Liam campo libre con mi cuello y pechos. Pronto empecé a sentir que me iba. Iba a correrme, él parecía haberse dado cuenta y mordió mi cuello. Llegue. Me deje ir. Me corrí. Y poco después, él. Salimos del trance cuando el teléfono de Liam empezó a sonar. Salió de la ducha, cogiendo una toalla y enredándola en sí mismo. Salí imitando sus acciones. Fui a mi cuarto y allí estaba él, vistiéndose.

- ¿Te vas? Me echas el polvo y te vas, ¿no es así?

- Es Samantha, esta en el hospital. Tengo que irme. Por favor, cuida de Bentley, volveré lo antes posible.

Beso mi frente y salio por la puerta. Me quede allí de pie. Sin saber como reaccionar, esa zorra me caía realmente mal. Pero era la ex novia de Liam y la madre de Bentley. Me quede mirándolo dormir, pensando en que quizá seria buena madre. Mejor que Sam seguro. Serian las cinco y poco de la mañana, cuando se despertó gritando. Me levante del suelo, si, me había dormido en el suelo, y me acosté en la cama con él. Abrazándolo y acurrucándolo contra mi pecho. Le susurré que todo estaba bien, mientras le besaba la frente y se durmió. Cuando me desperté sobre las nueve y veintitrés, Bentley no estaba. Salte de la cama gritando:

- ¡Bentley, ¿dónde estas?!

Oh dios mio, la que se me iba a venir encima cuando Liam volviese a casa...

Let me be yours.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora