♙ 5.

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Se gira en la cama intentando encontrar una posición cómoda para seguir durmiendo, pero el hecho de que sienta como alguien le mira intensamente hace que se siente en la superficie acolchonada. Abre la boca para soltar un bostezo y parpadeo un par de veces intentando alejar el sueño.


Un tintineo se escucha de pronto en la habitación y tiene que apartar los cabellos revueltos del flequillo de su cara para poder ver mejor.


—Nugget, no es hora de comer –murmura con voz ronca hacia la caja de cartón a un costado de su cama–. Déjame dormir, mañana te doy comida.


Vuelve a tirarse en la cama, pero de nuevo esta sentada al sentir un bulto debajo de su espalda. Aparta un poco la sabana felpuda y se da cuenta que su ratita estaba en la cama y casi la había aplastado.


—Casi te hago tortilla –la agarra entre sus manos–. Una tortilla de rata, nada saludable -mueve su cuerpo hacia un lado, estirando las manos para poder dejar a su mascota en la caja del suelo.


Sonríe tapando a Nugget con la linda sabana que había tejido y una vez asegurándose que está bien abrigada, vuelve a acomodarse en la cama.


Esta por quedarse dormida de nuevo cuando el mismo ruido se escucha en la habitación. Gime bajito apretando los ojos con fuerza.


—Nugget, duérmete.


¿Por qué su animalito no se callaba? Ella quería dormir.


Pero el ruido no se detiene y está vez es más fuerte. Aprieta los puños sentándose otra vez en la cama, fuerza sus ojos para ver en la oscuridad que es lo que provoca ese feo ruido, pero sus ojos humanos no son capaces de captar nada. El ruido se hace cada vez más y más fuerte, sus oídos pican y ya no quiere seguir escuchándolo más.


— ¡Cállate, cállate! –dice tratando de no alzar tanto la voz para no despertar a nadie y aventando una de sus almohadas hacia la pared. En ese momento se da cuenta que Nugget no es quien provoca el ruido y un poco asustada suelta una maldición nada propia de una niña de su edad. Aunque no tuviera nada de niña. La habitación se queda en silencio repentinamente y suelta un suspiro encantada–. Ya era hora, buenas noches, Nugge-... ¡AH! –el grito sale de su boca sin improviso cuando siente como le toman de los pies y arrastran de la cama hasta caer de trasero al suelo. Todo pasa tan rápido que apenas y logra darse cuenta.


Oh, no, no, no. Repite en su mente.


El gorrión canta en la mañana...


Su bello se eriza ante el susurro en su oreja, sus ojos se aguan y solamente es capaz de abrir la boca y soltar un grito.


El gorrión canta en la mañana...


Ella conocía esa canción y jamás de los jamases la voz que la cantaba le había parecido tan real. Estaba en su cabeza, siempre había estado ahí encerrada. No podía. No.

GHOST ➳ The Originals.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora