GHOST ➳ The Originals.

♙29.

No era posible.

—El punto negro es Klaus y todos los demás puntos rojos son sus enemigos –Freya informa mirando el mapa en la mesa–. Como pueden ver, todos se están moviendo demasiado rápido y se dirigen hacia Nueva Orleans.

—Bueno, ahora es buen momento para admitir que muchas personas te quieren muertas, Nik –Lucien aporta con ironía mientras bebé de la bolsa de sangre–. Todo por hacerles la vida imposible, matar a alguien o creerte el rey del mundo.

Klaus le lanza una mirada punzante que lo calla. Sus ojos vuelven hacia el mapa en la mesa, donde se puede ver como todos los puntos de sangre regados por distintos lugares del mundo se dirigen hacia la ciudad.

—Significa que cientos de vampiros quieren tener el honor de matarlo –Elijah dice, dándole una mirada de reojo–. Sería una lástima que quien lo haga primero sea yo.

Freya carraspea, intentando disipar el ambiente incómodo. —No podrán hacerlo si no tienen lo último que queda de roble blanco, así que por el momento no hay de qué preocuparnos.

—Solo del hecho de que tenemos a una bebé, una chica y una hibrida que no pueden defenderse contra perdonas con más de dos siglos de edad –el original trajeado vuelve a hablar.

—El hechizo de la casa es lo suficientemente fuerte para mantenerlas a salvó –Freya frunce el ceño–. ¿Qué es lo que sucede contigo, Elijah?

Elijah le da una mirada y después señalar a Lucien con la cabeza, como si eso fuera asunto de familia y tenía que esperar a que el vampiro se fuera.

—Vamos, dilo, por mí no hay problema –el vampiro termina de beber la bolsa de sangre–. Fui yo quien ayudó a Freya para que el hechizo de los Strix no funcionará contigo.

Klaus, quien se había me tenido en silencio mirando el mapa, se aclara la garganta. —Solo dilo.

Elijah dudo unos segundos. —Cabe la posibilidad de que exista otra forma de matarnos aparte del roble blanco.

Todos se quedan en silencio procesando las palabras del vampiro. Klaus y Freya se tensan en sus lugares, mientras que Lucien permanece atónito.

—Me estas jodiendo –este último dice con incredulidad–. ¡Eso es imposible!

—Lucien tiene razón –Klaus lo corta–. Somos los originales, Esther hizo que el roble blanco fuera la única arma para poder matarnos, ¿cómo demonios va a existir otra cosa?

—Es que no es una cosa, Klaus –explica–. Es alguien. Una persona.

—Eso es todavía más estúpido, Elijah.

—Será mejor que discutamos esto después –Freya murmura, deteniendo al trajeado cuando este pensaba responder–. Primero tenemos que planear algo para cuando todos esos vampiros estén en la ciudad.