♔epilogo.

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Si había algo que Klaus no entendió al estar muerto, fue que cuando abrió los ojos encontró a Dena Salvatore parada a unos metros de él, mirándolo tan intensamente que por un momento se preguntó si estaba en el cielo o en infierno.


Su cuerpo todavía se sentía extraño por la ola de poder que experimentó cuando Aisha y su réplica lo tocaron a la altura del pecho. Todo había pasado en tan solo un parpadeo, su vida, la vida de sus hermano, de toda su familia fueron arrebatadas en tan solo un corto periodo de tiempo, por nadie más y nadie menos que la persona a la que habían empezado a considerar una de ellos.


Esa era una de las traiciones que no se esperaba, había pensado que cuando Elijah mató a Aisha de aquella manera, tan repentina y sin meditaciones, todo se había acabado. Quizás ese pensamiento era razonable en su cabeza cuando se dio cuenta de la verdad, más al final solo resulto estúpido. Las brujas no eran la clase de personas que se daban por vencidas tan fácilmente, y había sido una tremenda idiotez no pensar que de alguna manera ellas iban a hacer todo lo imposible para lograr su objetivo. Uno que solo les convenía a ellas y le perjudicaba a toda su familia.


Jamás iba a olvidar los cuerpos de Rebekah y Kol cambiando de color ante su inminente muerte, a Hayley soltando un jadeo mientras era su turno y a Elijah y Freya seguirlos poco después. Para que al final, solo quedara él.


Y ante el simple pensamiento, se sentó de golpe en la suave superficie en la que estaba mientras un malestar se instalaba en la punta de su estómago. Tan amargo como si hubiera bebido miles de limones.


— ¿Esto es el infierno? –su voz sonó ronca cuando pronunció aquellas palabras, desviando la mirada para ver en dónde demonios se encontraba y dándose cuenta que era su habitación.


—La vida a veces puede considerarse un infierno –respondió tan tranquila, un brillo curioso pasando por sus ojos–. Pero si te refieres al infierno literalmente, no. No lo estás.


— ¿Entonces el cielo?


—Tampoco –pausó–. Estás en tu casa.


Le tomó dos segundos procesar la información en su cabeza, dos segundos donde no sólo hubo más desconcierto, sino también el creciente sentimiento de ira que recorrió sus venas como agua caliente. Dos segundos que le bastó para ponerse de pie en un parpadeo y acorralar por la garganta a la mujer contra la pared.


Dena no hizo un amago de sorpresa, pues parecía como si ya supiera o esperara aquella reacción por parte de él y solo gimió cuando su espalda chocó contra la pared de concreto detrás de ella.


Los ojos de la mujer nunca abandonaron los suyos y eso aumento el sentimiento amargo en él pero a la misma vez creaba un cosquilleo en su estómago, el que siempre había sentido cada vez que la veía en el pasado.


—Vas a decirme que demonios pasó –ordenó apretando el agarre en el blanquecino cuello, su voz sonando ronca y amenazante–. Para que después pueda matarte con mis propias manos.

GHOST ➳ The Originals.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora