Me hubiera gustado quedarme al otro lado de la ventanilla disfrutando de la decepción de Ben, pero Patrick ya tiraba de mí, de nuevo hacia abajo. La escalera de metal de la salida de emergencia, volvió a chirriar con nuestras pisadas.
-A faltado poco-les dije a ambos chicos mientras seguíamos corriendo hacia abajo.
Los chicos siguieron hacia abajo a la carrera, Danny, delante de mí, abriendo camino y el otro detrás. Oía a Patrick quejarse de mis pisadas tan cortas, pero yo no era atleta como ellos, ni tenía un cuerpo de gimnasio preparado para aquello. A mi me daban calambres las piernas con cada paso forzado que daba. En otras circunstancias ya habría caído al suelo pero con Ben pisándonos los talones para matarnos, la adrenalina se apoderó de mí ayudándome a continuar.
Llagamos hasta la primera planta. Intentamos adentrarnos en ella para poder salir por la puerta principal. Las llamaradas explosionaron contra nosotros, en cuanto Danny abrió la puerta de la primera planta. El dio un grito y cayó hacia atrás, chocando contra el cuerpo de Patrick que iba en segundo lugar. Los tres limitamos a socorrernos los ojos y a retroceder todo lo deprisa que pudimos.
-¿Estas bien?-le preguntó Patrick a su hermano en cuanto estuvo en condiciones de volver a levantar la cabeza del suelo.
-Si-contestó.-Solo ha sido la impresión.
Por allí no podíamos salir, a si que no tuvimos más remedio que seguir bajando. Llegamos hasta la planta baja y con mucho más cuidado que antes, Patrick abrió la puerta. Esta vez no hubo nada de explosiones, y aunque la hubiera habido no teníamos más escapatoria, la escalera finalizaba allí. El chico entró primero.
-Vamos-el chico me tendió la mano y yo se la dí. Con la otra y sin pedir permiso agarré la mano de Danny que se había quedado al final. Por un momento quedamos atados los tres, como si volviéramos al patio del colegio.
Pese a que el fuego estaba aún distante de aquella puerta, amenazaba con avanzar deprisa pasillo adelante, a si que nada más entrar en la planta baja, retrocedimos por el pasillo. La estancia olía horriblemente a humo. Humo que se te pegaba en los ojos, te envolvía los pulmones y dificultaba tanto la respiración que cada bocanada de aire era como un puñetazo en el pecho. Los bancos que quedaban más cerca de la puerta ardían violentamente, proyectando las llamas del fuego por las paredes de azulejo. Había una puerta al fondo ya ennegrecida en su mayor parte y medio consumida por las lenguas de fuego que la acariciaban en todas direcciones, tampoco cesaba en su insistente temblor. Cosa que me hizo suponer que ya venían a por nosotros. Antes de que pudiéramos reaccionar ante aquella horrible escena, la puerta voló en mil pedazos. Los restos de la madera hecha añicos se desperdigaron por toda la estancia. Las tres personas que habíamos allí retrocedimos unos pasos más atrás. Yo quedé al frente de la fila. Al principio no vimos nada. Luego entre las grandes llamas y el espeso humo una figura fue emergiendo hasta el centro del pasillo, otras figuras lo seguían de cerca. Ben había encontrado la manera de bajar tan rápido como nosotros y volvía a amenazarnos. Patrick me apartó de allí y se puso delante de mí durante un momento.
-Vamos-Danny, tiró fuertemente hacia el extremo del pasillo que no estaba en llamas aún.
-No, ¿y Patrick?-le dije preocupado de que me pudiera estar sugiriendo que lo dejáramos atrás.
-Viene detrás, no te preocupes-susurró. Pero yo ya me había soltado de su brazo y miraba la figura del amor de mi vida y unos metros más alejado la de la serpiente de Ben. No podía verle bien la cara, pero sabía cual sería la expresión de su cara. Una expresión de odio. No podía imaginar a nadie más en el mundo que se odiaran tanto como lo hacían aquellos dos chicos.
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Pequeños Reinos
Teen FictionHan pasado mese desde la marcha de Patrick y Riley intenta con todas sus fuerzas salir adelante, pero el camino que empezó sin querer meses atrás no le será tan fácil poder dejarlo atrás. Ben sigue suelto y en su busca, un nuevo personaje llega para...