El salón era un gran rectángulo de baldosas azules que brillaban al son del sonido de una fuente de piedra situada en un rincón de la estancia, junto a dos sofás de cuero negro y una mesita de cristal opaco. En el otro extremo había una puerta de madera clara cerrada, con pomos de color marfil y dos espadas de hojas brillantes justo encima de esta. Al lado de la puerta, una escalera cuadrada y recta del mismo color del suelo y sin barandilla que desaparecía hacía la izquierda en el punto más alto. Cada detalle estaba conectado a la perfección. Un poco más allá de la fuente aparecía un arco, sin puerta, que me dio la impresión, que conducía a las demás estancias de la casa.
Patrick me condujo hacia uno de los sofás y me indicó que me sentara. Me senté. Luego se dirigió hacia su hermano y me dijo:
-Voy hablar un momento con Danny, ahora regreso-dijo el chico.
Luego se volvió hacia su hermano a la carrera y desapareció en pocos segundos.
De repente Reccelen, se plantó en medio de la sala soltando un molesto silbido. La gente que había allí se volvió para mirarla. Entonces me dí cuenta de la cantidad de gente que había en aquella sala.
Reccelen era el centro de la reunión, con un gran vestido de color azul marino y una trenza apoyada sobre la cabeza a modo de corona, dos chicas estaban detrás de ella, ambas vestidas pulcramente de negro. Una de ellas tenía el pelo moreno, por encima de los hombros y con un flequillo recto por encima de las cejas, la otra era una tipa alta con el pelo cobrizo y las facciones más juveniles que la primera. Patrick un poco más allá, con la mirada perdida en la fuente y con una mano apostada sobre su amuleto. En el otro extremo había dos chicos sentados en el suelo con las piernas cruzadas y que habían estado hablando distraídamente, hasta entonces. Uno de ellos era un chico pelirrojo, con ojos negros y estatura mediana, tenía el cuerpo de un atleta, pero las facciones de la cara eran las de un niño, el otro era muy parecido salvo que aparentaba ser de mayor edad. Si no eran padre e hijo, lo parecían.
También había varias personas más atrás de ellos. Dos mujeres y un crío pequeño, de unos siete años de edad.
-¿Que es lo que tienes que decir?-otra voz mas lejana se escuchó en la sala.
La voz provenía de una chica rubia que estaba en el otro extremo de la estancia sentada sobre un piano de cola de color negro, mientras sostenía un libro gigantesco sobre su regazo. La chica saltó del piano, dejando el libro encima de este y dirigiéndose a toda prisa hacia el centro de la sala. Era menuda y delgada. Su pelo del color del oro le llegaba hasta debajo de los hombros y llevaba una camiseta de manga corta de color blanco con mucha purpurina verde y unos vaqueros parecidos a los míos, Danny que había estado a su lado, se quedó solo allí plantado, tenía la misma cara de niña que el chico, pero al igual que él, su cuerpo era tan desarrollado al de una mujer adulta. Reccelen miró alrededor con la intención de cerciorarse de que no faltaba nadie y se aclaró la garganta. Contándome a mí en aquella sala éramos doce personas.
-Chicos, Peter, mi amigo de la policía me ha llamado hace un rato-comenzó la chica retorciéndose los dedos de las manos. Estaba nerviosa.-Han encontrado el cuerpo de Vereena en una cuneta.
Aquella noticia me pilló de sorpresa. Vereena había sido a la chica que más había temido dentro de aquella casa, pero también había sido la chica que me había ayudado a escapar de Ben. Y ahora estaba muerta. Pero había dos cosas que me preguntaba. La primera, ¿Se habrían enterado de que Vereena me había ayudado y la habían matado por mi culpa?, y la segunda, ¿Por qué todo el mundo se había puesto triste de repente por una chica que los había traicionado?, hubiera entendido que sintieran pena por la chica, ya que suponía que muchos de aquellos chicos habían crecido con ella, pero tanta tristeza era algo que no comprendía. En aquel momento Danny, que se había quedado tan solo al lado del piano como yo, caminó despacio y se sentó en el sillón junto a mí.
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Pequeños Reinos
Ficção AdolescenteHan pasado mese desde la marcha de Patrick y Riley intenta con todas sus fuerzas salir adelante, pero el camino que empezó sin querer meses atrás no le será tan fácil poder dejarlo atrás. Ben sigue suelto y en su busca, un nuevo personaje llega para...