Capitulo 4: En Sus Brazos.

579 42 6
                                    

Oh Dios mio! Esto es imposible, bueno no es imposible, pero me cuide, no es posible. ¿Que haré? No puedo hablar con Amelía, sera un caos, se volverá loca. Oh Dios! No puedo dejar de pensar en este momento, me encuentro en él ancho balcón de mi habitación, pensando en que mierda haré. Ya no soy una niña, pero no tengo ni 20, a penas cumplí 18 hace un mes. Santísima mierda! ¿Que haré? ¿Con quien hablo? ¿Quien puede ayudarme?

-Ya se! -Dije chasqueando mis dedos.

Me dirigió hacia él único lugar, donde esta la única persona que me puede ayudar, pero en vez de entrar de una vez, me quede afuera dando vueltas de un lado al otro de la puerta ensayando, como puedo decirlo, sin que le cause molestia.

-Si, es posible, pero mejor no! -Era lo único que decía, con cada posible hipótesis hecha en mi cabeza. -Ya! Lo haré de una buena vez! -Me dirigí a toda velocidad a tocar la puerta, pero solo la abrí, cuando pude darme cuenta de algo, estaba encima de George, del impulso que di, cuando entre lo tire al suelo, al parecer venia saliendo distraído.

-¿Britthanny? -Estaba muy confundido, no se si por que estaba encima de él, o por que estaba en su oficina sin aviso. No es que le importara, pero no me gustaba ir a menos que no tuviera que hablarme.

-Si, ¿Quien mas? Menso! -Lo vi reír, mientras me ayudaba a poner en pie.

-No, es que solo me sorprende...

-Si, si, te sorprende que este en tu oficina. -Dije mientras me notaba muy nerviosa. -Tenemos que hablar! -Dije al tratar de ocultar mis temores en esos momentos.

-¿Estas bien? -Sonó muy preocupado, pero estoy segura, que no mas que yo.

-Si. - Dije mientras él me tomaba por los hombros, trate de ser fría, para ocultarlo un poco mas, pero como no podía saber mi expresión ya que solo él la podía observar en ese momento, seguí intentando mi postura fría para ver, si podía mantenerla.

-No parece pequeña! -Sus palabras me hicieron romper todo intento de ocultar cualquiera de mis sentimientos en ese momento.

-No, no estoy bien! -Y me abalance en sus brazos a llorar.

-Me estas preocupando querida Brith! ¿Que es lo que te pasa? -Dijo apretándome contra su pecho con desesperación, y era obvia la razón. Tengo casi dos años que a menos que no sea con personas, no lo trato bien. Y de repente hasta lloro en su pecho. Creo que hasta yo estoy algo asustada.

-No se como decirlo! Es mas complicado de lo que parece!

-Solo dilo pequeña. -Esas palabras me dieron un poco de valor.

-Ok. -Seque mis lágrimas. -Pero debes prometer dos cosas! -Dije señalándolo con mi dedo índice algo amenazadora.

-Ok! Ok! -Dijo levantando sus brazos hacia atrás en modo de inocencia. -Tranquila! Sólo dilo. No pienso decírselo a nadie. -sonó divertido.

-Primero. -Comencé a enumerar con mis dedos. -No puedes decirlo a nadie. -sonó algo estúpido, ya que lo había dicho, pero ignore su cara de idiota y sólo seguí. -y segundo, no te alteraras. -Él solo asintió con la cabeza, pero no fue suficiente para mi. -Prometelo!

-Ok, lo prometo! -Estaba tan tranquilo que la verdad no se, si seguiría así, luego de que se lo dijera.

-Ok, sientan-te. -Dije mientras, lo empujaba hasta un sillón.

-Bien! Solo dilo! No puede ser tan malo.

-Santísima mierda! -Exclame. Él me observaba y se reía, tenia su dedo en su labio, tratando de ocultar la pequeña mueca que hacia.

Los Williams.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora